Tensión
La muerte en la cárcel de un terrorista palestino de la Yihad Islámica desata una escalada entre Israel y Gaza
Por segunda vez en menos de un mes, las fuerzas israelíes y grupos armados palestinos radicados en Gaza se enzarzan en un intercambio de proyectiles que amenaza al conjunto de la región
Nueva escalada menos de un mesde la última ofensiva contra Israel simultáneamente desde el sur del Líbano, Siria y Gaza. Si entonces el desencadenante de la tensión fue la irrupción de las fuerzas israelíes en la mezquita Al Aqsa de Jerusalén en plenas celebraciones del Ramadán, esta vez ha sido la muerte este martes de un preso palestino, destacado miembro de Yihad Islámica, en una cárcel israelí tras 86 días en huelga de hambre. Apenas trascendió la noticia del deceso de Khader Adnan, de 45 años, comenzaron los lanzamientos de cohetes desde Gaza a territorio israelí y la subsecuente respuesta de las Fuerzas de Defensa.
Adnan, que tenía 45 años, había sido encarcelado en numerosas ocasiones por parte de las autoridades israelíes y había sido además protagonista de cuatro huelgas de hambre –en 2015 la protesta por una detención duró hasta 55 días-, lo que lo convirtió en un símbolo para los palestinos. Su última y definitiva huelga de hambre –es el primer preso palestino en morir como consecuencia de una acción de protesta de este tipo- había comenzado el pasado 5 de febrero tras ser detenido por sus vínculos con Yihad Islámica e incitación a la violencia.
Nuevo mártir
Según informó en un comunicado la administración penitenciaria israelí, el reo palestino fue hallado “inconsciente en su celda” de la cárcel de Nitzan –situada en la localidad israelí de Ramla- en la madrugada del martes antes de ser hospitalizado de urgencia a un centro médico a las afueras de Tel Aviv. Los esfuerzos de los médicos por salvar su vida fueron infructuosos. En una rueda de prensa en su domicilio en Arraba –cerca de Yenín, en el norte de Cisjordania-, su esposa Randa Moussa declaró ayer que el deceso de Adnan, padre de un niño de nueve años, era un “orgullo”.
El viernes pasado, la esposa del militante de Yihad Islámica –operativa desde en 1987, la organización islamista es considerada terrorista por Israel, la UE y Estados Unidos- fallecido confesó a la agencia AFP que sus condiciones de detención eran “muy difíciles” y denunció que Israel rechazó trasladarlo a un hospital civil o permitir la visita de su abogado. Desde la ONG Médicos por los Derechos Humanos Israel se advertía esta semana de que el preso palestino “corría el riesgo de una muerte inminente”, por lo que se instaba a las autoridades “su traslado urgente a un hospital”. Según las autoridades penitenciarias, el fallecido “rechazaba someterse a exámenes médicos y recibir cuidados”.
Nueva ofensiva con cohetes desde Gaza
Al cierre de esta edición continuaba el cruce de fuego entre militantes palestinos en Gaza y las fuerzas israelíes. Según datos del servicio de emergencias israelí Magen David Adom, una persona resultó en la tarde de ayer seriamente herida por metralla en un recinto de una obra y dos más sufrieron heridas leves.
La escalada había comenzado en la misma madrugada del martes con el lanzamiento de tres cohetes y mortero contra territorio israelí desde la Franja de Gaza. Ninguno de los proyectiles impactó en zonas habitadas, sino en terrenos abiertos o próximos a la valla fronteriza, según informaron fuentes militares israelíes. No fue necesaria entonces la activación de los misiles del sistema Cúpula de Hierro.
Poco antes del inicio del bombardeo, una emisora de radio próxima a Hamás, la organización islamista palestina que controla la Franja de Gaza, informó del ataque por parte de un tanque del Ejército israelí contra una posición de la entidad islamista. Posteriormente grupos armados palestinos lanzaron hasta 22 cohetes más contra suelo israelí, obligando esta vez al sistema antimisiles israelí a emplearse, según medios locales.
Entretanto, en señal de protesta y tras una llamada a la huelga general en el conjunto de los territorios palestinos, una parte importante de los comerciantes cerró sus tiendas en la jornada de ayer en Cisjordania. En el norte del territorio palestino un ciudadano israelí resultó herido por fragmentos de cristal y dos vehículos sufrieron daños por disparos. El máximo responsable de los servicios penitenciarios israelíes ordenó ayer a las cárceles a mantener máxima vigilancia ante el riesgo de estallido de disturbios en las próximas horas.
Fuentes de Yihad Islámica que, junto a Hamás, reivindicaron los lanzamientos de proyectiles contra Israel habían amenazado al Gobierno de Benjamín Netanyahu con “pagar el precio del crimen” contra un “mártir” en relación a la muerte de Khader Adnan en una cárcel del país tras su huelga de hambre de 86 días. El líder de Yihad Islámica, Ziad al Nakhalé, aseveró que “si el pueblo palestino no tuviera personas como Khader, nuestra causa no tendría repercusión” y calificó el deceso del militante de la organización palestina como “poderoso y honorable”. Por su parte, responsables de la organización libanesa Hizbulá expresaron ayer “apoyo total” a las “acciones de respuesta” por parte de “grupos de resistencia palestinos”.
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