Una mujer deja morir a su hija de un año tras abandonarla para irse de vacaciones

Conmoción en Estados Unidos después de que una madre de Ohio haya sido imputada por asesinato tras la muerte de su hija de un año y cuatro meses. El bebé falleció, presuntamente, a causa de que la mujer le dejó abandonada durante una semana para irse de vacaciones a Puerto Rico y Detroit.

Los hechos ocurrieron durante la semana del 8 al 16 de junio. La joven de veinte años inició sus vacaciones para visitar la ciudad de Detroit, en Michigan, e irse del país para ver Puerto Rico. Tras regresar a su hogar, buscó a la menor y se encontró que no respondía. Llamó al hospital y varios sanitarios que se desplazaron al lugar para atender a la bebé, pero, pese a los múltiples esfuerzos y maniobras de reanimación, no pudieron hacer nada por la menor, tal y como explican medios locales.

Según investigaciones, la menor había muerto por "extrema deshidratación". Los vecinos de la zona donde residía la madre con su hija aseguraron que durante la semana en la que la mujer estuvo fuera, escucharon a la niña llorar en varias ocasiones.

Dos días después de la muerte de la menor, la mujer fue detenida y se le impuso una fianza de un millón de dólares. Como no pudo pagarla, ingreso en la prisión del Condado de Cuyahoya, donde permanecerá hasta la vista preliminar ante el Tribunal Municipal de Cleveland, que tendrá lugar el próximo 28 de junio.

Numerosos precedentes en que un bebé muere por responsabilidad de la madre

No es el primer caso en el que un bebé fallece por causas inhumanas a causa de una irresponsabilidad de la madre. En 2021, una madre fue detenida en Brighton y condenada a nueve años de prisión por dejar morir a su bebé mientras estaba seis días de fiesta. La madre había estado celebrando su cumpleaños por varias ciudades, mientras que la niña se quedó sola en casa. Por otro lado, en 2020, una mujer deja morir a su bebé recién nacida bajo los efectos de la cocaína. La pequeña tenía solo dos días de vida cuando sufrió un daño cerebral catastrófico, después de que la encontraran boca abajo en la cama de su madre, en una sala neonatal en el Hospital Barnsley, en Reino Unido. Los médicos intentaron luchar por la vida de la neonata, sin éxito. En 2019, condenaron con cadena perpetua a una Sheila O’Leary, una mujer vegana de 38 años, que solo alimentaba con vegetales y frutas crudas a su hijo de 18 meses, que cuando falleció tenía el tamaño de un bebé de 7 meses.