Asalto

Una multitud irrumpe e incendia la embajada sueca en Irak para protestar contra la quema del Corán

Decenas de personas habían logrado ya acceder al interior de la sede diplomática escandinava en Bagdad tras la quema del libro sagrado de los musulmanes en Estocolmo a finales de junio

Continúa la furia en el mundo árabe por la quema de un ejemplar del Corán a la entrada de la mezquita mayor de Estocolmo el pasado día 28 de junio y el anuncio de la autorización de una segunda protesta similar. En Irak, la indignación alcanzó este jueves un grado de severidad máximo: una multitud irrumpió a primera hora para incendiar la Embajada de Suecia en Bagdad. Es la segunda vez que la representación diplomática nórdica en Bagdad es atacada en tres semanas.

El ataque a la sede diplomática escandinava, situada en pleno centro de Bagdad, no fue fruto de la idea de un grupo espontáneo de ciudadanos: eran centenares de seguidores del todopoderoso clérigo chií Muqtada al Sadr, una de las figuras fundamentales de la política iraquí. El fundador del Movimiento Sadrista, vencedor de las elecciones parlamentarias de octubre de 2021, anunció «salida definitiva» de la vida pública iraquí en agosto del año pasado, pero en las últimas horas se ha manifestado para pedir a los musulmanes «su apoyo al cielo» si se queman nuevas copias del Corán.

Tras sortear las vallas que protegen la representación diplomática del país nórdico, la multitud –formada por varios centenares de personas– accedió al interior portando carteles con la efigie de Al Sadr y banderas de su milicia ante la pasividad de las fuerzas de seguridad iraquíes. Durante su protesta en el interior de la embajada sueca, varios seguidores del clérigo chiita quemaron banderas arcoíris, símbolo del movimiento LGTBI, antes de prender fuego a la construcción principal del conjunto diplomático, según informaron las agencias desplazadas sobre el terreno.

Por su parte, las autoridades iraquíes condenaron «en los términos más duros» el ataque contra la Embajada: «El Gobierno iraquí ha dado instrucciones a los servicios de seguridad competentes para que lleven a cabo una investigación urgente y tomen todas las medidas necesarias para descubrir las circunstancias del incidente e identificar a los autores».

Sin embargo, mientras mostraban su rechazo a la invasión e incendio de la sede diplomática escandinava, las autoridades iraquíes anunciaban ayer la expulsión del embajador sueco en el país y la retirada de su encargado de negocios en Suecia en protesta por la autorización por parte de las autoridades del país nórdico de una nueva quema de ejemplares del Corán, según una nota de la oficina del primer ministro.

Iraq Sweden
Iraq SwedenASSOCIATED PRESSAgencia AP

El Gobierno iraquí fue más allá: advierte de que romperá definitivamente relaciones diplomáticas con Suecia«si el Corán se quema nuevamente en su territorio». Además de la protesta diplomática, las autoridades del país árabe suspendieron los permisos concedidos a la compañía sueca Ericsson para poder operar en territorio iraquí, según información de medios estatales del país de Oriente Medio.

Por su parte, Suecia definió como «inaceptable» el ataque sufrido por su Embajada en Irak y anunció que convoca al representante diplomático del país árabe en Estocolmo. A la protesta contra el asalto e incendio de la representación diplomática se unió Estados Unidos, que, a través de un portavoz del Departamento de Estado, calificó lo ocurrido de «inaceptable» y denunció la pasividad de las fuerzas de seguridad iraquíes.

Por otra parte, el Ministerio sueco de Asuntos Exteriores confirmó que el personal de su sede diplomática en la capital sueca se encuentra fuera de peligro. Asimismo, el embajador finlandés en Irak –cuya representación diplomática está situada en un edificio adyacente al atacado– reveló ayer que tanto la sede diplomática sueca como la finlandesa fueron evacuadas en la jornada del miércoles en previsión de lo que iba a ocurrir.

Con todo, la justicia iraquí ordenó de manera inmediata, en la jornada, de ayer, la detención de una veintena de personas supuestamente implicadas en el incendio de la embajada sueca en Bagdad, según se informó oficialmente. «El Tribunal de Instrucción de Karj [situado en la capital iraquí] decidió arrestar a 20 sospechosos que participaron en el ataque a la Embajada de Suecia en Bagdad», constataba un escueto comunicado difundido por el Consejo Judicial Supremo y recogido por EFE.

Segundo ataque a la embajada sueca

No en vano, la capital iraquí ya registró una protesta semejante el pasado 28 de junio, en plena festividad del Eid al-Ada, horas después de que se produjera el episodio de la quema de un ejemplar del libro sagrado de los musulmanes en Estocolmo, protagonizada precisamente por un ciudadano sueco de origen iraquí, Salwan Momika, a la entrada de la mezquita central de la capital nórdica. Decenas de personas invadieron entonces el perímetro de la Embajada de Suecia en Bagdad para permanecer en su interior unos quince minutos.

En su ataque de ayer a la sede diplomática sueca en la capital iraquí, los manifestantes se anticiparon a la nueva performance por parte del mismo refugiado iraquí, Salwan Momika, de 37 años. Pero la anunciada quema del Corán, que había sido nuevamente autorizada por la justicia sueca, no pasó de ser una acción de protesta protagonizada por un grupo de personas, incluido el propio Momika, que pisó –pero no llegó a prender fuego– lo que aseguraban era un ejemplar del libro sagrado de los musulmanes. A comienzos de este año, la Policía sueca prohibió las manifestaciones en que se quemaran ejemplares del libro sagrado del islam, pero el Tribunal Supremo las anuló al considerarlas contrarias a la libertad de manifestación.