Guerra

El mundo árabe se echa la calle en solidaridad con Gaza

“El pueblo marroquí exige una explicación sobre la normalización con Israel”, piden los manifestantes en Rabat

Masiva respuesta del mundo árabe en apoyo de la población de Gaza, especialmente durante el pasado fin de semana. Desde Bagdad a Rabat, pasando por El Cairo, Amán o Túnez, la calle árabe, adormecida desde la ya lejana primavera de 2011, ha vuelto a movilizarse con fuerza para mostrar su oposición a la respuesta de las fuerzas israelíes contra la Franja de Gaza tras la infiltración y matanza perpetrada por Hamás en Israel.

En Marruecos, país que restableció relaciones diplomáticas con Israel en diciembre de 2020 y desde entonces no ha dejado de estrechar lazos con Tel Aviv, el Frente marroquí de apoyo a Palestina y el Grupo de acción nacional por Palestina, plataformas apoyadas por partidos y colectivos islamistas e izquierdistas –entre ellos el PJD y el movimiento Justicia y Caridad—, reunieron en Rabat a varios miles de personas. Fue la mayor concentración pública que se recordaba desde la llegada al país magrebí de la Primavera Árabe en el arranque de 2011.

Cuesta hoy imaginar una causa en Marruecos, ya sea la carestía de vida, el estancamiento de los salarios públicos o la corrupción, capaz de movilizar tal cantidad de personas como lo hace la del pueblo palestino. Aunque la mejor manera de hacerlo sean siempre las urnas, la calle es, a menudo, un buen termómetro para tomarle el pulso a una sociedad. Y ayer los marroquíes, una parte importante de ellos al menos, en un país en el que la movilización política y sindical no es especialmente intensa, se echaron a la calle para apoyar la causa de una “Palestina libre” y mostrar su condena a Israel.

“No podemos permanecer en silencio, es todo”, explica, breve y concisa, Fátima, que no quiere extenderse en las explicaciones al periodista. La joven, de 27 años, muestra en una cartulina un eslogan repetido una y otra vez en las calles de Rabat este domingo: “El pueblo marroquí exige una explicación sobre la normalización con los sionistas”. Por el momento ningún representante gubernamental marroquí se ha referido a si la situación en Gaza podría tener consecuencias en las relaciones con Israel (con la Segunda Intifada en 2000 Rabat rompió relaciones con Tel Aviv): la posición oficial hasta ahora ha sido la de “condenar la violencia contra los civiles sea cual sea la parte”. Al margen de la concentración de ayer, los marroquíes han mostrado en recientes sondeos de opinión, como el Arab Barometer, rechazar mayoritariamente la normalización con Israel.

A diferencia de manifestaciones contrarias a las operaciones israelíes en Gaza y Cisjordania posteriores a la normalización con Tel Aviv, las fuerzas de seguridad marroquíes, aunque desplegadas en un gran número por las arterias principales de la capital, evitaron en todo momento hacerse notar. No hubo ayer incidentes y la multitudinaria marcha se celebró en un ambiente festivo y multicolor.

Además de plataformas contrarias a la normalización de relaciones con Israel y favorables a la causa palestina, hubo familias enteras, grupos de jóvenes y vecinos, en fin, de toda extracción social y edad. No menos variados fueron los lemas exhibidos en pancartas: desde defender a Hamás –“es resistencia”— hasta reclamar “la muerte de Israel” pasando por la “liberación” de Jerusalén y Palestina o la mencionada llamada a las autoridades marroquíes para instarles a romper con Tel Aviv.

“Queremos enviar un mensaje claro al mundo con esta protesta. Estados Unidos controlan los medios y tienen una idea equivocada de lo que está pasando entre Palestina e Israel. Sabemos que esto servirá poco para ayudar al pueblo palestino y que tampoco harán nada los gobiernos, pero es nuestra obligación darles nuestro apoyo moral”, explica a LA RAZÓN Ilyas Lahlou, un joven de veintitrés años, junto con un grupo de amigos, varios de ellos adolescentes, que exhiben en la soleada mañana de domingo en Rabat banderas y camisetas con los colores rojo, blanco y negro de Palestina.