Egipto

Mursi se enroca

El presidente egipcio trata de calmar a la oposición y asegura que el blindaje de sus decisiones es limitado

Un manifestante egipcio arroja piedras durante los enfrentamientos con la Policía, ayer, en la plaza Tahrir
Un manifestante egipcio arroja piedras durante los enfrentamientos con la Policía, ayer, en la plaza Tahrirlarazon

Mohamed Mursi y sus Hermanos Musulmanes siguen defendiendo el decreto con el que el presidente egipcio se otorgó hace pocos días poderes «faraónicos» y que ha hecho saltar todas las alarmas fuera y dentro del país. El Gobierno aseguró anoche que no va a retirar el decreto, que es lo que le exigirá hoy la calle. Mursi se reunió ayer con el Consejo Supremo Judicial para buscar un acuerdo con los jueces, a los que el presidente les quita la autoridad de cuestionar sus decisiones. Según el portavoz presidencial, Yaser Ali, esto sólo se haría en cuestiones de «soberanía», sin especificar. Durante su reunión, Mursi aseguró a los jueces que el decreto «protege la independencia judicial» y les habría prometido no actuar por encima de ellos salvo en casos muy concretos.

Mursi trata de rebajar las tensiones con la judicatura, ante las amenazas de huelga de todo el sistema judicial, pero con la oposición ni siquiera podrá sentarse a hablar, ya que ésta rechaza el diálogo hasta que el presidente cancele el decreto. Los principales movimientos sociales y partidos políticos han convocado para hoy grandes manifestaciones en Tahrir. Tres marchas saldrán a las 5 de la tarde de distintos barrios de la capital rumbo al epicentro de la revolución. También habrá marchas desde los sindicatos profesionales, como el de los periodistas y los artistas, que apoyan las protestas aunque no de forma unánime, ya que tradicionalmente los Hermanos Musulmanes son muy fuertes en su seno.

En principio, los islamistas también iban a bajar a la calle para mostrar su apoyo a Mursi, pero anoche desconvocaron las manifestaciones para «evitar la división y la tensión» en las calles egipcias, que están siendo testigos de una peligrosa polarización. En los pasados días se han registrado enfrentamientos entre los partidarios y los detractores de Mursi en diferentes localidades del país, y varias sedes de los Hermanos Musulmanes han sido atacadas. El domingo, un joven de 15 años fallecía en un ataque en Damanhur, en el delta del Nilo.

Mientras, activistas y periodistas opositores han denunciado que están siendo amenazados. Al mismo tiempo, Tahrir es escenario de choques entre las Fuerzas de Seguridad y los manifestantes desde hace más de una semana. Aunque de baja intensidad, los enfrentamientos han sido ininterrumpidos y ya se han cobrado la primera víctima mortal: un joven de 16 años, Gaber Salah, miembro del grupo 6 de Abril. La muerte de los dos adolescentes pone en evidencia la dramática situación que vive Egipto, sin que nadie logre poner orden en las calles, ni mucho menos en las instituciones.

EE UU aboga por el diálogo

El principal aliado occidental de Egipto se mantiene expectante ante los últimos sospechosos movimientos del presidente Mursi. La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, habló ayer con su homólogo egipcio, Mohamed Kamel Amr, según informó la Casa Blanca, que dijo que confía en que Egipto pueda resolver la actual crisis a través de «vías democráticas». Washington se mostró optimista por el hecho de que Mursi esté manteniendo conversaciones con sus oponentes y dijo estar a la espera de los resultados de ese diálogo, sin «prejuicios».