Reino Unido
La naviera del «barco cárcel» inglés hizo su fortuna con la esclavitud
El patriarca Bibby invirtió en, al menos, tres buques con trata de negros
La ciudad inglesa de Liverpool es conocida hoy internacionalmente por los Beatles. El Cavern Club, donde se subieron por primera vez al escenario, es parada obligatoria para los millones de turistas que cada año recorren la cuna de la banda. Pero hay otro Liverpool más desconocido. Porque la historia de la metrópoli del estuario del río Mersey es también inseparable de la trata de esclavos.
Entre 1695 y 1807, partieron del puerto 5.300 barcos para hacer el «viaje triangular» a través del Atlántico. Las naves salían de Liverpool cargados con productos fabricados en Reino Unido con destino a África Occidental, donde el cargamento se intercambiaba por esclavos. Estos se llevaban luego a las Américas para venderlos a las colonias británicas, españolas y francesas. Les ponían a trabajar en condiciones infrahumanas en plantaciones, cultivando y recogiendo productos como azúcar, café, cacao y algodón, que luego eran cargados en el barco de regreso a Inglaterra, donde se vendían como artículos de lujo o materias primas para la industria. Así muchos británicos hicieron grandes fortunas. Entre ellos, John Bibby.
Hijo de granjeros ingleses, el cuarto de cinco hermanos, comenzó con un par de socios en la industria del acero y el transporte marítimo. Pero se independizó profesionalmente cuando contrajo matrimonio en 1805 gracias a la dote que aportó su mujer, Mary Margaret. Ese mismo año, invirtió en la trata de negros, como muchos otros. Se estima que una de cada ocho familias de la ciudad portuaria dependía del comercio de esclavos. Sin embargo, es el nombre de Bibby el que ahora protagoniza la prensa porque la empresa familiar que fundó hace más de 200 años, Bibby Marine, es la dueña de «Bibby Stockholm», el polémico barco contratado que el Gobierno británico para albergar a los solicitantes de asilo llegados irregularmente, como parte de su controvertida política migratoria.
Esta semana han comenzado a llegar los primeros inmigrantes al gran buque de tres pisos con 222 camarotes del puerto de Portland (Inglaterra). El Ejecutivo lo describe como «alojamiento básico y funcional» y asegura que será más barato que los hoteles que se utilizan ahora para albergar a los alrededor de 51.000 solicitantes de asilo con un coste al contribuyente de alrededor de 6 millones de libras por día. Pero las ONG aseguran que se trata de «una prisión flotante» y denuncian que retener allí «a personas que han pasado por experiencias traumáticas en el mar es cruel e inhumano».
Tan solo cuatro días después de que los inmigrantes llegaran a la barcaza han tenido que ser evacuados por un brote de legionella en el agua. Los migrantes han sido trasladados fuera de la estructura como medida de precaución y, de momento, no se ha registrado ningún caso de enfermedad. El Ejecutivo ordenó una prueba de rutina al suministro de agua el 25 de julio pero los resultados no llegaron hasta el día 7 de agosto, cuando los migrantes habían comenzado a ser embarcados.
Los Bibby retienen a día de hoy el control de la naviera. Sir Michael Bibby, sexta generación de descendientes del fundador, es el actual presidente de un imperio de 800 millones de libras, activo en 16 países y con 4.000 empleados directos. La web corporativa asegura que «el pasado nos ha enseñado que valores sólidos y la voluntad de aprender, innovar y adaptarnos asegurarán nuestro futuro en un escenario empresarial en constante cambio».
Pero cuando ese pasado asociado a la trata de esclavos ha salido ahora a la luz, la polémica respecto a la «prisión flotante» no ha hecho más que crecer. Más de cincuenta ONG, incluidos Refugee Council, Asylum Matters y Refugee Action, han escrito una carta abierta a la compañía pidiendo que renuncie al contrato gubernamental. «La asociación histórica de su empresa con la trata de esclavos hace que sea aún más importante que reflexione profundamente sobre si un contrato que conduce a la detención efectiva de personas que huyen de la guerra y la persecución es donde desean posicionarse en 2023», recalca.
Westminster prohibió la venta de esclavos en marzo de 1807, pero la esclavitud siguió activa en las colonias británicas hasta 1838. Según archivos históricos, como los pertenecientes al Museo Nacional de Liverpool, el patriarca Bibby invirtió en, al menos, tres barcos con trata de negros. En 1805, el «Harmonie» partió de Liverpool para un viaje que transportó a 250 cautivos comprados en África occidental y Santa Elena, entregándolos a Cumingsberg.
El exitoso empresario llegó a ser muy conocido en Liverpool, de ahí que su misteriosa muerte en 1840 causara «una sensación considerable», según revela la prensa de la época. Después de una reunión de la junta en el Royal Bank de Liverpool, Bibby tomó un taxi con un amigo de regreso a casa. El coche paró a 400 metros de la puerta. Pero nunca llegó. A la mañana siguiente, un granjero encontró el cuerpo en un estanque. El sombrero había sido aplastado en su cabeza, que presentaba un gran golpe en el lado izquierdo.
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