Oriente Próximo
Netanyahu asegura que Israel tomará el control de la seguridad en Gaza y descarta el papel de la ANP
El primer ministro carga contra los Acuerdos de Oslo en una comparecencia en la que ha evitado asumir la responsabilidad por la muerte de los tres rehenes israelíes en la Franja
«Es tan buen candidato como horrible primer ministro. Y no distingue entre ambas cosas», resume en su cuenta de X el abogado israelí Daniel Seidemann. El primer ministro Benjamín Netanyahu pronunció sus primeras palabras tras la muerte a manos de soldados israelíes de los tres rehenes israelíes en Gaza en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado por su ministro de Defensa, Yoav Gallant, y Benny Gantz, miembro sin cartera del gabinete de guerra.
«Tocaron la salvación, y entonces ocurrió el desastre», lamentó. Pero cambió rápidamente de tema para dejar claro que la operación militar en la Franja continuaría a pesar de las pérdidas y la presión internacional «hasta destruir a Hamás».
Desde el cuartel general del Ejército en Tel Aviv, Netanyahu prometió que su gabinete seguiría buscando la liberación de los rehenes a través de «la presión militar», a la que atribuyó el éxito de la tregua de siete días suscrita en noviembre. No obstante, este sábado ha trascendido un encuentro en Europa entre el jefe del Mosad, David Barnea, y el primer ministro de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad Al Thani, para discutir un nuevo canje de prisioneros.
En cuanto al futuro de la Franja de Gaza el día después de la guerra, el líder del conservador Likud, que ha visto cómo su formación se ha desplomado en las encuestas, ha recuperado un mensaje combativo contra los Acuerdos de Oslo en la antesala de una eventual campaña electoral, con el respaldo de Gallant y ante la mirada perdida de Gantz, uno de los líderes de la oposición antes de la guerra en Gaza.
«Yo heredé los Acuerdos de Oslo. La decisión de traer a la OLP desde Túnez y plantarla en el corazón de Judea y Samaria [denominación israelí para la Cisjordania ocupada], y en Gaza, fue una decisión tomada y aplicada antes de que yo fuera primer ministro», subrayó. «Pensé que era un terrible error y lo sigo pensando». Sin embargo, Netanyahu no solo heredó los acuerdos, sino que amplió sus contenidos con la firma del memorándum del río Wye. Aceptó también en su discurso de Bar Ilan de 2009 la creación de un Estado palestino, además del plan de la Administración Trump que incluía un Estado palestino.
En su comparecencia, Netanyahu aseguró que sería Israel el encargado de tomar el «control de seguridad» de la Franja de Gaza cuando acabe la guerra y Hamás sea eliminado. Dijo el primer ministro que no permitirá que la Autoridad Palestina recupere el control del enclave, convertir «Hamastán en Fatastán», según sus palabras. «El debate entre Hamás y Fatah no es si eliminar el Estado de Israel, sino sobre cómo hacerlo», justificó.
Así, Netanyahu rechazó los planes de Estados Unidos, que ha sugerido en las últimas semanas que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) asuma ese papel. «Entre amigos hay que decir la verdad y no fomentar ilusiones, más aún en una cuestión existencial y fatídica como ésta. Así que repito a nuestros amigos: después de la eliminación de Hamás, la Franja de Gaza será desmilitarizada, estará bajo el control de seguridad de Israel y no habrá en ella ningún factor que nos amenace, ni que eduque a sus hijos para destruirnos», remató.
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