Irán

Netanyahu no convence a Merkel para abandonar el pacto con Irán

La canciller admite su preocupación por la creciente influencia de Teherán en Oriente Medio

El «premier» israelí, Benjamin Netanyahu, y la canciller alemana, Angela Merkel, durante su rueda de prensa de ayer en Berlín / Ap
El «premier» israelí, Benjamin Netanyahu, y la canciller alemana, Angela Merkel, durante su rueda de prensa de ayer en Berlín / Aplarazon

La canciller admite su preocupación por la creciente influencia de Teherán en Oriente Medio.

En la que es una clara campaña para aumentar la presión política sobre Irán y seguir el ejemplo estadounidense, Benjamin Netanyahu se topó ayer en Berlín con la primera intransigencia. La canciller alemana, Angela Merkel, ratificó ante el primer ministro israelí que Alemania seguirá vinculada al acuerdo nuclear firmado con Teherán y que su propósito es no retirarse del mismo, aunque mostró su comprensión ante la «preocupación» de Israel por las actividades iraníes en la región.

«Alemania condena con la mayor severidad todo ataque a Israel», dijo la canciller en una comparecencia conjunta con Netanyahu en la que añadió que, pese a la gravedad de las amenazas de Teherán, también se plantea «cuál es la mejor manera de impedir que Irán llegue a tener armas nucleares», lo que según ella pasa por mantener en pie el acuerdo alcanzado con ese país. Tal y como reconoció Merkel, ambos Gobiernos «todavía tienen opiniones diferentes» con respecto a la utilidad del acuerdo.

Mientras Berlín está a favor del tratado firmado entre Teherán y las potencias internacionales, Jerusalén lo considera una amenaza a su seguridad y Estados Unidos anunció recientemente su intención de abandonarlo. No obstante, Netanyahu está de gira por Europa con el objetivo de persuadir a sus líderes sobre este tema. Tras su paso por Berlín, hoy se reunirá con el presidente francés, Emmanuel Macron, y mañana con la primera ministra británica, Theresa May.

A este respecto, Netanyahu reiteró junto a Merkel su compromiso de impedir que Teherán adquiera la bomba nuclear, y su apoyo a que se mantengan las sanciones económicas al régimen de los ayatolás. También alertó del «peligro» de las actividades desestabilizadoras de ese país en la región. «Es importante evitar que consiga armas nucleares. Me comprometo a que eso no suceda», manifestó Netanyahu, alertando de que la clave está en cortar el grifo de la financiación, para lo que es preciso mantener la «presión económica».

El primer ministro israelí subrayó que es «bastante extraordinario» que Irán siga buscando explícitamente la «destrucción» de Israel y tratando de fabricar una bomba nuclear, según la información que, dijo, ha obtenido la inteligencia israelí. Además, criticó que Teherán mantenga sus «agresiones» en la región, como en Siria, Yemen y Líbano, y particularmente los avances de su Ejército en territorio sirio, en dirección a la frontera israelí. Según Netanyahu, el objetivo iraní es formar unas milicias chiíes de hasta 80.000 miembros (cuando en la actualidad suman ya unos 18.000, según estimaciones israelíes) para una «campaña religiosa» en territorios de mayoría suní y llevar a cabo una «nueva guerra religiosa». Esto tendrá como «consecuencia», alertó, «más refugiados» que huirán a Europa. El «premier» hebreo reiteró que el acuerdo nuclear con Irán proporciona al régimen de Teherán una «capacidad ilimitada» para enriquecer uranio y tampoco afronta los problemas del programa balístico.

Diferencias diplomáticas

Preguntada sobre un eventual reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, Merkel respondió que Alemania sigue comprometida con una «solución basada en la fórmula de dos Estados», lo que implica el reconocimiento de un Estado palestino propio. La canciller anunció, asimismo, la celebración en Israel el 4 de octubre de las próximas consultas bilaterales después de que la ronda correspondiente al año pasado quedara postergada por disensos entre las dos capitales. El viaje de Netanyahu a Berlín marca el final de un tenso periodo diplomático entre Israel y Alemania, dos aliados históricos. Una etapa que dio lugar el año pasado a una disputa en torno a la política israelí respecto a los palestinos.