Erupción volcánica

Una nueva erupción volcánica en Islandia alcanza algunas viviendas en la localidad pesquera de Grindavík

El presidente Guoni Johannesson confirma que la ciudad había sido evacuada con éxito y que «no hay vidas en peligro»

Islandia amaneció el domingo con una nueva erupción volcánica, la quinta en menos de tres años. La última tuvo lugar el pasado 18 de diciembre, hace apenas unas semanas, en la misma región, situada hacia el suroeste de la capital, Reikiavik.

La actividad sísmica se había intensificado durante la noche y las decenas de residentes que permanecían en Grindavík, una localidad pesquera de unos 4.000 habitantes, fueron evacuados de madrugada, según la emisora pública RUV.

La erupción se produjo finalmente en torno a las 8.00 hora local, de acuerdo con la Oficina Meteorológica (OMI). «Una erupción comenzó a las 07.57 GMT. La apertura de la fisura se encuentra al sureste de la montaña de Hagafell. La parte más meridional de la fisura está a unos 900 metros de la ciudad de Grindavík», informaron las autoridades. «Según las mediciones del helicóptero de los guardacostas islandeses, el perímetro (de la lava) está ahora a unos 450 metros de las casas más septentrionales de la ciudad».

La erupción generó llamas, humo y lava cerca del puerto pesquero islandés de Grindavík, donde provocó el incendio de dos viviendas, según muestran las imágenes de vigilancia difundidas por la televisión pública.

«La ciudad ya había sido evacuada con éxito por la noche y no hay vidas en peligro», confirmó el presidente Guoni Johannesson en su cuenta de X (antes Twitter).

Decenas de residentes de Grindavík comenzaron las labores de traslado preventivo el pasado 11 de noviembre después de que los expertos advirtieran de que un túnel de magma se estaba desplazando bajo el suelo. Sin embargo, poco después de la erupción del 18 de diciembre, las autoridades permitieron a los residentes regresar a sus casas durante breves periodos de tiempo. El día 23 de diciembre pudieron ya volver de forma definitiva, aunque muchos optaron por no hacerlo.

A última hora del sábado, se ordenó una evacuación de emergencia que debía completarse antes del lunes como consecuencia de la creciente actividad sísmica y su impacto en las grandes grietas ya presentes en la ciudad. «Lo que importa es por dónde fluye la lava. Ahora es muy importante vigilarla», declaró a RUV la vulcanóloga del IMO, Kristin Jonsdottir.

El presidente Johannesson admitió que las infraestructuras «pueden estar amenazadas», mientras que Fannar Jonasson, el alcalde del municipio afectado, Grindavík, dijo que la nueva fisura «crea una nueva situación» preocupante pero, añadió en la emisora pública, «no hay nada que podamos hacer».

El miércoles, un obrero islandés de 51 años que estaba reparando una grieta en un jardín residencial desapareció cuando el suelo cedió repentinamente bajo sus pies, informa la agencia France-Press. Cayó más de 30 metros. El viernes se suspendieron las intensas labores de búsqueda porque la zona era demasiado peligrosa.

Las autoridades vigilan de cerca la central geotérmica de Svartsengi, que suministra electricidad y agua a los 30.000 habitantes de la península de Reykjanes. Desde noviembre, los obreros construyen un muro para proteger la instalación.

Islandia alberga 33 sistemas volcánicos activos, el mayor número de Europa. Sin embargo, hasta marzo de 2021, la península de Reykjanes no había experimentado una erupción desde hacía ocho siglos. Las erupciones en agosto de 2022 y en julio y diciembre de 2023 llevaron a los vulcanólogos a afirmar que probablemente se trataba del comienzo de una nueva era de actividad en la región.