Argentina

La nueva vida de los argentinos en la era Milei

La devaluación del peso y las subidas de impuestos hacen mella en las distintas capas sociales del país

«La nafta» dejó de ser el combustible más barato de la región, «el asado» se convirtió en un lujo y los pasajes internacionales subieron al doble, mientras que se anuncia un billete de transporte público sin subsidio de 800 pesos (1 dólar), diez veces más de lo que actualmente se paga en Buenos Aires, un valor que se considera impagable para los golpeados salarios. Este es el nuevo día a día de los argentinos.

El jueves 14 de diciembre, Julieta, empleada de comercio y madre de un hijo de 4 años, que vive en un barrio «normal» en Buenos Aires, revisó en su móvil el saldo de su tarjeta del Banco Nación. Y respiró aliviada. El Gobierno ya le había depositado los 20.600 pesos (cerca de 25 dólares) por concepto del programa social «Asignación Universal por Hijo» (AUH) y también los 28.600 pesos que le corresponden por la «Tarjeta Alimentar». En total esa mañana el Gobierno –no le importaba si el saliente o el entrante– le había «obsequiado» 49.200 pesos para llegar a fin de mes. Esa tabla de salvación que desde hace tres años cobra del Estado y la ayuda a subsistir equivale ahora a 62 dólares, si calcula el nuevo cambio oficial del dólar a 800 pesos ó 50 dólares, si considera la cotización del dólar paralelo o «blue» a 1000 pesos.

Alertada por la radio y la televisión de la disparada de los alimentos, Julieta corrió a la carnicería y se quedó congelada. El kilo de milanesas de carne que suele comprar se había disparado al doble, de 4.000 pesos el kilo, como llevó la semana pasada a 8.000 pesos (8 dólares en promedio). De reojo miró que el bife de chorizo, el corte favorito de los argentinos, se vendía ahora en 14.000 pesos, mientras que el asado a 15.000. Optó por llevar media docena de huevos que también había subido en un 50%. De regreso a su casa, se tomó un tiempo para hacer un cálculo mental, en enero del próximo año, según lo anunció el ministro Luis Caputo, recibiría el doble de la AUH y un 50% más de la tarjeta Alimentar. En total, 84.000 pesos, unos 100 dólares, lo que viene a ser casi el mínimo vital de un jubilado en Argentina. Lo que no sabe Julieta es si hasta enero el kilo de milanesas de carne se mantendrá en 8.000 pesos o se irá nuevamente al doble como se anuncia.

La Asignación Universal por Hijo (AUH), plan creado en 2009 por Cristina Fernández de Kirchner; la Tarjeta Alimentar y el plan «Potenciar Trabajo» (ayuda estatal para desempleados) son tres de los más de 100 planes y programas sociales existentes, que el nuevo Gobierno de Milei hasta ahora ha decidido mantener y aumentar los montos, para que los más vulnerables puedan capear la tormenta del «shock económico».

Al sur del país, en la zona petrolera de Neuquén, donde se desarrolla el proyecto «Vaca Muerta», Ximena llenó el depósito de su vehículo y se dio cuenta que Argentina dejó de ser el país con el combustible más barato de la región. Tras la devaluación del peso argentino, en casi 120%, tras un dólar oficial fijado por el nuevo Gobierno de Milei en 800 pesos, la nafta y el gasoil aumentaron entre un 35% y un 40 %, en un solo día. Si hace dos días pagó 35.000 pesos por llenar el tanque de su auto, ahora le toca pagar 50.000 pesos.

Ya en días previos el combustible había ido subiendo dos veces, en suma, desde noviembre ha aumentado en casi en 80%. Y mientras esperaba que le llenen el tanque del auto, Ximena miraba una y otra vez incrédula la boleta sobre el seguro del auto que le acaba de llegar. Lo que le tocará pagar este fin de mes casi triplicó su valor. A fines de noviembre pagó 37.000 pesos, este mes de diciembre abonará 87.000 (casi 90 dólares). Por suerte a partir de este mes cobrará el doble que antes con el nuevo empleo de jefa zonal de una empresa. Su nuevo sueldo será de 980.000 pesos, un poco más de 1.000 dólares, sin embargo, le preocupa que la Administración de Milei se lo recorte porque deberá pagar el impuesto a las ganancias, que el nuevo Gobierno «libertario» ha anunciado que volverá a imponer a los argentinos que tengan un piso de salario de 950.000 pesos (1.000 dólares en promedio).

Esto ha generado una lluvia de críticas. En setiembre pasado el Gobierno de Alberto Fernández con el apoyo del Congreso, incluido el voto del entonces diputado Javier Milei, sancionó una ley que excluyó a 800.000 contribuyentes, entre empleados y jubilados del impuesto a las ganancias, al elevar el piso impositivo. Sólo pagarían impuestos quienes percibían más de 1´770.000 mensuales. El miércoles pasado, el portavoz de Milei, Manuel Adorni, justificó este retroceso por «la emergencia que vive el país» y aseguró que será por un «cortísimo plazo» y que deberá pasar por el Congreso.

Adorni también ha detallado en las últimas horas que la quita de subsidios al transporte público –tarifas de trenes y colectivos– comienza a regir el primer día del 2024. Sin embargo, los detalles de los nuevos esquemas tarifarios escasean. Se especula que el boleto de tren sin subsidio costaría 1.100 pesos y el de colectivo 800 pesos (1 dólar aproximadamente). En otras provincias, ya desde días atrás se vienen dando los ajustes. En Rosario, por ejemplo, ahora cuesta 250 pesos, mientras que en Neuquén subió de 190 a 300 pesos (0.30 centavos de dólar).

En la mañana y en la noche los telediarios en Argentina no dejan de presentar enlaces en vivo, desde las verdulerías, las carnicerías, los quioscos y las estaciones de servicio de combustible comparando los precios de antes y de ahora. Y los anuncios de cierres de panaderías y comercios. Esto es sólo el comienzo, se presume que enero y febrero se profundizará aún más la inflación y la caída de los salarios.

Protocolo antipiquetes

Ante la inminente reacción social que el Gobierno estima se dará en los próximos días tras las fuertes medidas económicas, Patricia Bullrich, exadversaria de «la casta» y ahora aliada y ministra de Seguridad de Milei explicó el jueves cómo será el nuevo «protocolo antipiquetes». Se trata de un plan para reprimir las protestas, el mismo que fue publicado en el boletín oficial el viernes 15. El Gobierno argumenta que este plan surge ante «la urgencia de la situación» y «la actitud pasiva sostenida durante mucho tiempo por las autoridades frente al desorden de la vía pública y la interrupción del tránsito, que se volvió «insoportable» para la población.

Las reacciones adversas no se han hecho esperar. «Hace falta un protocolo contra el hambre, no un protocolo contra la protesta», ha dicho Silvia Saravia, dirigente nacional de Libres del Sur, partido de izquierda que suele organizar «piquetes de protesta» contra el Gobierno de turno. «Lejos de dar respuestas concretas de contención a los caídos, se preocupa más por ver cómo reprime o cómo mete miedo al pueblo», ha dicho.