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Sábana Santa

Un nuevo estudio sugiere que la Sábana Santa nunca cubrió a un cuerpo humano, sino a una escultura medieval

Las simulaciones 3D apuntan a que la imagen del sudario se formó sobre un bajorrelieve, reabriendo el debate sobre su autenticidad y origen histórico

La Sábana Santa podría ser auténtica La Razón

La Sábana Santa de Turín, una de las reliquias más enigmáticas del cristianismo, vuelve a estar en el centro de la controversia. Un reciente análisis mediante modelado tridimensional plantea que esta tela no habría cubierto un cuerpo humano real, sino que habría sido moldeada sobre una figura en bajorrelieve, probablemente como parte de una representación artística medieval.

El estudio, publicado en la revista científica Archaeometry, fue desarrollado por Cicero Moraes, diseñador brasileño especializado en reconstrucciones faciales históricas. A través de simulaciones digitales, Moraes comparó cómo se comporta una tela al cubrir un cuerpo tridimensional frente a una superficie plana o ligeramente elevada. Los resultados indican que, al colocarse sobre un cuerpo real, el lienzo se distorsiona y genera una imagen ensanchada, un fenómeno conocido como el “efecto máscara de Agamenón”, que no coincide con la imagen precisa y simétrica que se observa en la Sábana Santa.

Por el contrario, al aplicar la tela sobre un bajorrelieve, la imagen resultante conserva proporciones más realistas, similares a las que presenta el sudario de Turín. Esto llevó al investigador a concluir que la figura podría haber sido generada mediante contacto con una matriz sólida, posiblemente de madera, piedra o metal, pigmentada o calentada para transferir la silueta.

La hipótesis no es completamente nueva, pero cobra fuerza al apoyarse en herramientas digitales de última generación. La aparición documentada de la reliquia en el siglo XIV una época rica en representaciones religiosas en bajorrelieve, junto con dataciones anteriores que sitúan su origen entre 1260 y 1390, refuerzan la teoría de que la Sábana Santa podría ser el resultado de una elaboración artística, más que un testimonio físico de la crucifixión de Jesús.

Aunque Moraes admite que no se puede descartar por completo que la imagen se haya originado a partir de un cuerpo humano, considera que la explicación más coherente con los datos actuales es la de una manufactura artística sofisticada, obra de alguien con amplio conocimiento técnico y sensibilidad estética.

Este nuevo enfoque no solo desafía creencias profundamente arraigadas, sino que también muestra cómo la tecnología puede ofrecer nuevas perspectivas sobre los grandes misterios del pasado. La investigación abre la puerta a reconsiderar el valor simbólico y cultural de la Sábana Santa, más allá de su autenticidad como reliquia religiosa.