Nuevo fallo de seguridad en Boeing: un avión de carga 767 efectúa un aterrizaje de emergencia en Estambul

La crisis en Boing parece no tener fin. Este miércoles, un avión de carga 767 perteneciente a la gigante logística FedEx se ha visto obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Estambul como consecuencia de un fallo en el tren de aterrizaje delantero. En las imágenes, se aprecia cómo el piloto utiliza el tren de aterrizaje trasero para tomar tierra y luego hunde el morro para deslizarse sobre la parte delantera del fuselaje. Una maniobra arriesgada que hizo que saltaran chispas y saliera humo pero que, por fortuna, no causó víctimas. La tripulación pudo ser evacuada en buen estado, pese a que la aeronave tuvo que ser rociada con espuma aintiincendios y ser remolcada fuera de la pista para reanudar el tráfico.

El avión, que despegó tres horas antes del aeropuerto Charles de Gaulle de París, se encontraba en el último tramo del vuelo cuando los pilotos se dieron cuenta de que el tren de aterrizaje delantero no se había abierto. Sin embargo, la aeronave consiguió mantenerse en la pista, según el Ministerio de Transportes de Turquía. Los pilotos informaron a la torre de control del aeropuerto de Estambul y consiguieron aterrizar con la asistencia del equipo de seguridad.

De momento, no ha trascendido el motivo que ha provocado el fallo de seguridad. FedEx asegura estar coordinando la investigación y se ha comprometido a proporcionar «información adicional» del incidente «en cuanto estuviera disponible». El avión es un Boeing 767 de carga de casi diez años de antigüedad, uno de los más comunes del mercado, que se basa en el modelo 767 de pasajeros de la década de 1980.

Se trata de un nuevo episodio en el historial de fallos de seguridad del fabricante, cuestionado por sus procesos de control de calidad desde principios de enero, cuando un panel de la puerta de un avión 737 Max 9 de Alaska Airlines estalló y provocó un aterrizaje de emergencia en Portland (Oregón). Un informe encargado por los reguladores estadounidenses publicado en febrero llegó a poner en cuestión la «cultura de la seguridad» de Boing. Un mes después, su CEO, Dave Calhoun, comunicó que abandonaría sus responsabilidades orgánicas en la compañía a finales de año.