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La rocambolesca renuncia del ministro de Interior agrava la crisis de Macron

La decisión de Collomb -uno de los primeros valedores de Macron cuando en 2016 decidió lanzarse a la carrera presidencial- abre una nueva crisis de Gobierno al jefe del Estado en el momento en que atraviesa una fase de fuerte impopularidad

El presidente francés, Emmnauel Macron, junto a su ya ex ministro de Interior Gerard Collomb, en una imagen de archivo
El presidente francés, Emmnauel Macron, junto a su ya ex ministro de Interior Gerard Collomb, en una imagen de archivolarazon

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha aceptado la dimisión de su ministro del Interior, Gérard Collomb, que ha sido así sustituido en sus funciones con carácter provisional por el primer ministro, Edouard Philippe.

Al presidente Emmanuel Macron se le acumulan los problemas en este inicio de curso político. La rocambolesca renuncia de su ministro del Interior, Gérard Collomb, ha abierto una nueva crisis dentro del gobierno en momentos en que la popularidad del presidente toca mínimos según las encuestas. La del titular de Interior es la tercera renuncia de un ministro en dos meses e intensifica la sensación de fragilidad de un presidente que hasta antes de verano se esforzaba en mostrar sus capacidades de liderazgo autoritario y control vertical sobre todo el Ejecutivo.

La dimisión de Collomb es significativa por varios aspectos, tanto en la forma como en el fondo. En la forma porque ha dejado una sensación de vodevil en la opinión pública. Collomb, uno de los primeros aliados del "macronismo"desde el principio, había intentado dimitir el lunes, pero el presidente la rechazó. Lejos de detener sus planes, Collomb volvió a la carga el martes con una explosiva entrevista en el diario Le Figaro en la que insistía en su intención de dejar el cargo. Pocos minutos después de la medianoche del miércoles y tras varios tira y afloja, Macron aceptó la dimisión a regañadientes encargando a su primer ministro, Edouard Philippe, que tome las riendas de Interior de forma interina.

Pero si la forma de este divorcio narrado minuto a minuto por los medios franceses ha dejado perpleja a Francia, el fondo no es menos desdeñable. Oficialmente Collomb deja el gobierno para centrarse en la elecciones municipales por Lyon, ciudad de la que fue alcalde hasta que dejara su cargo como gran barón local para eregirse como gran pilar del macronismo. Pero a nadie se le escapa que la relación entre el veterano político de 71 años y el presidente se ha ido deteriorando en los últimos tiempos. Quizás porque la edad permite decir lo que uno piensa, Collomb era de los pocos de la corte que se había atrevido a criticar públicamente la "falta de humildad"del presidente, su elitismo y su desconexión con la Francia de provincias. “Ya no somos muchos los que todavía podemos hablar como él. Los que hablan con franqueza a Macron son los que estaban desde el principio", dijo hace unos días.

La espantosa gestión que hizo el gobierno del ‘caso Benalla’ –el jefe de seguridad de Macron filmado cuando pegaba a unos manifestantes el pasado 1 de mayo- fue un punto de inflexión en la relación entre ambos. El pasado 18 de septiembre, el ministro anunciaba en el semanario L’Express su intención de optar nuevamente a la alcaldía de Lyon en las municipales del 2020 y que dejaría el Gobierno después de las europeas del próximo mayo. La oposición y algunos sindicatos policiales criticaron la situación de vacío que dejaba su anuncio en un cargo clave para la seguridad del país que en el pasado ayudó a catapultar las carreras de Manuel Valls o Nicolas Sarkozy. A partir de ahí su decisión se precipitó argumentando que había que acabar con las presiones. El Elíseo decidía ayer poner fin al vodevil dejando en entredicho la fuerte apuesta de Macron de tener todo bajo control.