Primarias republicanas
Nuevo Hampshire, sin debates: ¿la última oportunidad de los rivales de Trump?
Nikki Haley confía en recortar distancias con el expresidente para reengancharse a la carrera por la nominación
Se canceló el segundo debate presidencial republicano que estaba previsto para antes de las primarias de Nuevo Hampshire de la próxima semana. En las últimas horas, la cadena CNN suspendió el cara a cara del domingo, siguiendo con una decisión similar de ABC. Ambos se vinieron abajo después de que la precandidata Nikki Haley dijera que no participaría en ningún encuentro en el que no estuviera Donald Trump. «O será con él o con Joe Biden», justificó la exembajadora ante Naciones Unidas.
Por su parte, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, se había comprometido a participar en ambos debates, pero al final se arriesgaba a quedar solo en el estrado. La campaña de Trump sigue en su estrategia de no asumir debates electorales y cuidar su ventaja. De todas formas, bromean algunos analistas demócratas, «ya tiene suficiente con su agenda en las cortes».
Así las cosas, la segunda prueba en esta etapa temprana de las elecciones presidenciales llegará la próxima semana sin los tradicionales debates. El martes, el estado de Nuevo Hampshire celebrará unas primarias que pueden acelerar el camino de Trump hacia la nominación o revivir las opciones de sus dos principales rivales. Aunque «revivir» es un término amable dado el resultado de los caucus de Iowa –el exmandatario ganó por más de 30 puntos sobre su competidor más cercano– o la tendencia de las encuestas que ubican a Trump incluso por encima del presidente Joe Biden de cara a la elección general.
Sí, Trump parte como favorito, pero la belleza de la democracia también está en las sorpresas. A pesar de esa posición sólida, en las últimas horas una encuesta de American Research Group Inc., publicada el martes, sitúa a Trump y Haley en un 40% cada uno entre los probables votantes primarios republicanos del estado. Y este no es un dato menor dada las oportunidades de crecimiento que la única mujer en la carrera republicana tiene en este estado.
A pesar de que Nuevo Hampshire elige solo unos cuantos delegados, su importancia proviene de la cobertura que recibe de los medios de comunicación –junto con el primer caucus en Iowa– y porque el votante republicano que acude a las urnas allí es definido como más moderado en comparación a otros estados más tradicionales.
Si revisamos los datos duros Trump, en Iowa, ganó el 53% de los votos de los evangélicos blancos, en comparación con solo el 13% que fue para Haley. Pero en Nuevo Hampshire, donde algunas partes son efectivamente suburbios de Boston, y el estado ha respaldado a un demócrata para presidente en cada ciclo electoral desde 2000, las prioridades son distintas. Allí los independientes podrán votar y, seguramente, lo harán teniendo en cuenta motivaciones alejadas a la religión, por ejemplo, que fue un gran motor movilizador para los electores evangélicos en Iowa.
Es decir, es una oportunidad para tomar una radiografía más amplia del pulso republicano pensando en la elección general. Hay la sensación de que será una verdadera contienda primaria por primera vez en este ciclo.
Además de las características demográficas de Nuevo Hampshire, la naturaleza de su proceso de primaria en comparación con las asambleas de Iowa podría favorecer a Haley, cuya coalición depende más de los votantes independientes o aquellos que apoyaron al presidente Biden en 2020. Esto porque el estado permite que los votantes no declarados participen en las primarias del partido, lo que significa que los independientes y los republicanos podrán votar en esos comicios.
Recientemente el expresidente Trump se refirió al tema diciendo que Nuevo Hampshire «es un gran lugar, un gran estado, con gente increíble. Pero permiten que independientes y demócratas voten en la primaria republicana. Uno se pregunta, "¿De qué se trata eso?"». Acto seguido afirmó que daba poca importancia a eso porque confía en que pueda ganar.
Pero el tercer lugar obtenido por Haley en Iowa da un reflejo del tipo de coalición que podría darle una victoria que le «reviva». Los sondeos mostraron que ella ganó el 63% de los asistentes a los caucus de Iowa que se identificaron como moderados o liberales, la mayor cantidad entre todos los candidatos. Ganó, además, el 34% de los independientes autoidentificados, quedando atrás de Trump por ocho puntos en esa categoría.
Otro factor es que las primarias de Nuevo Hampshire también es de alguna manera más accesible que el formato del caucus, una asamblea que requiere que las personas se presenten en un lugar específico en un momento específico y escuchen discursos de cada campaña antes de emitir su voto. Por tanto, esta orienta más a activistas profundamente involucrados en la política del partido. En este caso, se trata de una primaria abierta considerada más atractiva.
«Hemos invertido 11 meses aquí y realizado más de 75 asambleas ciudadanas», explicó Haley en un nuevo intento por movilizar electores. Un fracaso sería aplastante y prácticamente la obligaría a salir de la carrera. El esfuerzo ha sido tanto, que su campaña espera beneficiarse porque el gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha dedicado poco tiempo a la búsqueda de votos allí. También está por verse si a ella irán los votos en ese estado del ex gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, quien abandonó la carrera la semana pasada justo antes de Iowa.
El gran favorito, Donald Trump, solo ha celebrado unos pocos eventos en Nuevo Hampshire en los últimos meses, aunque realizará al menos cinco mítines en el estado en los días previos a la primaria. Antes, en 2016, el expresidente ganó en esas primarias con el 35% del resultado, obteniendo 11 delegados. Trump y su equipo esperan repetir y asegurar otra victoria la próxima semana por cualquier margen, poniendo esencialmente fin a cualquier pregunta sobre si podría surgir una alternativa en la contienda republicana.
Algunos analistas dicen que estas contiendas republicanas que han iniciado también son una prueba para Joe Biden, porque los demócratas están midiendo el grado de poder de los votantes republicanos moderados.
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