Estados Unidos
¿Obama espía a Merkel?
El Gobierno alemán sospecha que Estados Unidos ha vigilado el teléfono móvil de la canciller Angela Merkel en el marco de su programa de espionaje masivo destapado por el ex agente de la NSA Edward Snowden. La canciller no tardó en ponerse en contacto telefónico con el presidente norteamericano, Barack Obama, para exigirle explicaciones. «Hemos mandado raudamente una petición a nuestros socios americanos para pedirles una inmediata y exhaustiva aclaración», señaló ayer el portavoz del Gobierno germano, Steffen Seibert, en un comunicado. Seibert añadió que en su llamada Merkel le dejó claro a Obama que si la información es verificada sería «completamente inaceptable» y representa una «grave brecha de confianza». Desde Washington, Jay Carney, el portavoz de la Casa Blanca, rápidamente salió a defender a su presidente Obama. «Estados Unidos no está vigilando ni vigilará las comunicaciones de Merkel», indicó. Aun así, la canciller le advirtió a Obama de que este tipo de espionaje no se debe permitir. La diplomacia alemana se puso manos a la obra y ya ayer se mantuvieron en Berlín reuniones de alto nivel con representantes de la Casa Blanca y de la Secretaría de Estado estadounidense con el fin de aclarar los hechos. Según informa Efe, además, el jefe de Gabinete de Merkel, Ronald Pofalla, se ha reunido con los responsables de la comisión parlamentaria de secretos oficiales para explicarles la situación y los pasos a dar por el Ejecutivo germano.
Al calor de estos nuevos descubrimientos, el escándalo del espionaje masivo por parte de EE UU, denunciado desde junio por diferentes medios de comunicación, podría colarse además en la agenda del Consejo Europeo que arranca hoy en Bruselas, al que asistirá el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. El Parlamento Europeo (PE) quiere incluso que los líderes tomen represalias. Ayer aprobó una resolución en la que pide la suspensión del acuerdo con EE UU sobre el Programa de Seguimiento de la Financiación del Terrorismo (TFTP, en sus siglas en inglés), en respuesta al supuesto espionaje de datos bancarios almacenados por la empresa belga SWIFT. Dado que la Eurocámara no tiene competencias formales para proceder a la suspensión o rescisión de un acuerdo internacional, el PE ha advertido que tendrá en cuenta la respuesta de la Comisión y de los Estados miembros a esta solicitud a la hora de aprobar nuevos tratados.
El acuerdo entre Bruselas y Washington sobre el tratamiento y la transferencia de datos bancarios para rastrear los flujos de financiación del terrorismo entró en vigor el 1 de agosto de 2010. Sin embargo, el Europarlamento cree que no puede seguir vigente después de los artículos publicados recientemente según los cuales la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense ha utilizado datos sensibles de ciudadanos europeos. La Eurocámara lamenta además que ni un solo Estado miembro haya realizado una investigación sobre este tema y exige a los socios europeos que autoricen una investigación por parte del Centro de Ciberdelincuencia de Europol. Por otra parte, el texto aboga por iniciar una «investigación técnica in situ completa e independiente» sobre las acusaciones de que las autoridades de EE UU disponen de acceso no autorizado o han creado «puertas traseras» para acceder a los servidores de la empresa SWIFT.
La cumbre europea también abordará la cuestión de la inmigración, tras la tragedia de Lampedusa. España, Italia, Grecia Malta, Chipre, Eslovenia y Bulgaria han logrado que se introduzca en las conclusiones una referencia expresa a los principios que deben regir la política de inmigración de la UE, en particular la prevención en origen, la solidaridad con los países de tránsito y el reparto de responsabilidades.
La Cumbre de Bruselas
No se piden, sin embargo, fondos adicionales ni más capacidades para la seguridad y salvamento en el Mediterráneo. Según el borrador de conclusiones, los Veintiocho creen necesaria una respuesta europea a través de un enfoque integral de los flujos migratorios basado «en la protección, la prevención, la solidaridad práctica y un reparto equitativo de responsabilidades». Además de reclamar al grupo de trabajo de la Comisión Europea creado «ad hoc» tras la tragedia de Lampedusa, el Consejo pondrá el acento sobre la importancia de la cooperación con países de origen y tránsito para abordar las causas del aumento de los flujos migratorios. Asimismo, se reclamarán medidas específicas para detener los flujos de ilegales en los países de origen y tránsito, en particular mediante la adopción de medidas de fomento de las capacidades, la profundización de las actividades de Frontex, así como la asistencia y la solidaridad con los Estados miembros en primera línea de la lucha contra la trata y el tráfico de inmigrantes. A ello se añade una «estrategia europea más eficaz de retorno», como parte integral de las relaciones globales de la UE con terceros países, donde se cita expresamente el uso «de la política de desarrollo de la UE para hacer frente a las causas fundamentales de este fenómeno». Los Veintiocho se emplazarán además a junio de 2014 para volver a retomar estas cuestiones de asilo e inmigración.
Por su parte, el PE subrayó ayer en una resolución que tragedias como la de Lampedusa deben marcar un punto de inflexión para realizar esfuerzos más coordinados. Los eurodiputados pidieron que se modifique o revise toda legislación que criminalice a quienes asisten a los inmigrantes que están en peligro en el mar, algo que ocurre en Italia. Según recordó la Eurocámara, los países de la UE tienen la obligación jurídica de ayudar a los inmigrantes en peligro en el mar y deben tomar nota de que una entrada regular es preferible a una de tipo irregular más peligrosa. La eurocámara reclama fuertes sanciones penales contra cualquier persona que facilite el tráfico de personas tanto de entrada como a través de la UE y pide una mejor coordinación de los medios y recursos europeos.
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