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Obama y Castro escenifican el deshielo

Primer cara a cara de los presidentes de EE UU y Cuba en Panamá tras anunciar el restablecimiento de relaciones

El presidente de EE.UU., Barack Obama, derecha, junto al presidente de CUba, Raúl Castro, centro, y el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, izquierda, al comienzo de la Cumbre
El presidente de EE.UU., Barack Obama, derecha, junto al presidente de CUba, Raúl Castro, centro, y el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, izquierda, al comienzo de la Cumbrelarazon

Los presidentes de Estados Unidos y de Cuba, se han saludado al inicio de la Cumbre de las Américas, en Panamá, en un significativo gesto, antes de la reunión que mantendrán hoy ambos mandatarios.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo cubano, Raúl Castro, han protagonizado la imagen más esperada de la jornada, cuando se han estrechado las manos y han caminado juntos en los momentos previos a la sesión de apertura de la VII Cumbre de las Américas, que se celebra en Panamá durante estos días, informa EP

Las imágenes del apretón de manos entre Obama y Castro, así como de los momentos previos a la sesión de apertura, en los que caminaban hombro con hombro por los pasillos del recinto, han inundado las redes sociales. El secretario de Comunicación de Panamá, Manuel Domínguez, ha sido uno de los primeros en subir una de estas instantáneas junto al siguiente texto: “Panamá: el país que une al mundo”.

Las calles de Panamá se han convertido en escenario de una guerra fría de espías, diplomáticos conversando en hoteles cinco estrellas y enviados especiales manteniendo encuentros en las cantinas del casco viejo. Todos hablan de lo mismo: el acercamiento entre Cuba y EE UU es un hecho histórico. La foto que todos esperan de Raúl Castro estrechando la mano del presidente de Barack Obama será la rúbrica del deshielo. La Casa Blanca confirmó ayer que mantendrán un encuentro informal «en los márgenes de la cumbre».

Los coqueteos ya empezaron hace cuatro meses con las reuniones bilaterales que ambas delegaciones comenzaron a celebrar y que buscan ir negociando el restablecimiento de las relaciones a cambio de más apertura por parte del régimen. Una tarea lenta y titánica, al tratarse de una isla poblada de dinosaurios castrenses que se aferran al poder desde hace 60 años. Por eso, en Panamá el propio Obama espera agilizar esas conversaciones, cara a cara. La Casa Blanca fue la primera en mover ficha. Ayer se supo que el presidente norteamericanos habló por teléfono con Castro. «Puedo confirmar que el presidente Obama habló con el presidente Castro antes de que el presidente Obama partiera de Washington», dijo el subdirector de la Agencia Nacional de Información de Cuba, Jorge Leganoa. Es la segunda conversación entre líderes de Estados Unidos y Cuba en más de 50 años. La primera fue en diciembre, poco antes de que ambos Gobiernos anunciaran el restablecimiento de los lazos diplomáticos.

Al margen del encuentro informal que Obama y Castro mantendrán, se espera que ambos dirigentes interactúen en la cumbre. Los mandatarios se sentarán en la mesa de diálogo del foro. Será el primer encuentro de dos presidentes de Cuba y Estados Unidos desde que se reunieron en 1956 Dwight Eisenhower y Fulgencio Batista, también en esta ciudad.

En otro gesto de acercamiento, en lo que fue la reunión de mayor nivel en cinco décadas, el secretario de Estado, John Kerry, y el ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, conversaron en Panamá a puerta cerrada. «Tuvieron una prolongada y constructiva conversación esta noche (jueves). Ambos estuvieron de acuerdo en que hicieron progresos y en que seguiremos trabajando para resolver los temas pendientes», dijo un funcionario norteamericano. El Departamento de Estado colgó en su cuenta oficial de Twitter una foto en la que se ve a ambos dirigentes estrechándose la mano. Poco antes, Kerry recomendó a la Casa Blanca que Cuba sea retirada de su lista de países que patrocinan el terrorismo. El asesor adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, no descartó que la decisión de Obama a este respecto se anuncie hoy o mañana e insistió en que la evaluación de la Casa Blanca se basará en «hechos» que determinen si Cuba ya no debe ser considerado un país patrocinador del terrorismo.

La Habana se encuentra en esta lista negra desde 1982 junto a Irán, Sudán y Siria. Washington les ha prohibido exportar o vender armamento, controla ciertas exportaciones que mejorarían sus capacidades militares y restringe su asistencia económica. Todavía, claro está, queda el embargo económico, pero como se trata de una ley, su retirada no está en manos del Ejecutivo sino del Congreso, controlado por una mayoría republicana –liderada por Marco Rubio y Robert Menéndez– que se opone. Obama destacó que el proceso de negociaciones con Cuba «llevará tiempo». «Nunca predije que todo se pueda transformar de la noche a la mañana», dijo en Jamaica, escala previa antes de llegar a Panamá. La única y última vez que Obama y Castro se vieron las caras fue cuando coincidieron en los funerales de Mandela en Sudáfrica en 2013.

Ayer, bajo el fuerte sol caribeño, los periodistas intentaron acercarse a Obama mientras visitaba las esclusas de Miraflores del Canal de Panamá, para preguntarle sobre estas conversaciones, pero el presidente tan solo se limitó a saludar y sonreír. En cualquier caso, «en términos simbólicos» la cumbre «es muy importante», dado que marcará «el fin definitivo de la guerra fría entre Estados Unidos y el resto del hemisferio», explica Cynthia Arnson, directora del programa de Latinoamérica en el Centro Woodrow Wilson, desplazada a la City de Panamá.

Desde el anuncio de la normalización, Estados Unidos ha tomado medidas para simplificar el proceso para que los estadounidenses autorizados puedan viajar a Cuba; además, ha levantado las limitaciones a la exportación a la isla de equipos de telecomunicaciones y va a permitir la importación de algunos bienes y servicios fabricados por el sector privado cubano. Más recientemente, Estados Unidos sacó a 45 compañías, individuos y embarcaciones de Cuba de una lista de sanciones por apoyar al terrorismo, y esta semana funcionarios de ambos países mantuvieron una reunión preliminar sobre la metodología y la estructura de su futuro diálogo sobre derechos humanos.