
Terrorismo
Obstinación rusa en culpar a Ucrania de un atentado cometido por el Estado Islámico en una discoteca de Moscú
La matanza de Crocus, con 149 mueros, servirá a Putin para culpar a Kiev de conspiración tras un juicio que se celebra a puerta cerrada

Rusia celebra a puerta cerrada el juicio contra los presuntos autores del atentado perpetrado, según reivindicación propia, por la franquicia del Estado Islámico para Afganistán y Pakistán, el ISPK, contra una discoteca de Moscú. Según el Comité de Investigación , cuatro ciudadanos tayikos —Dalerdzhon Mirzoyev, Saidakram Rachabalizoda, Shamsidin Fariduni y Muhammadsobir Faizov— perpetraron la acción criminal y han admitido su culpabilidad. Sin embargo sigue la búsqueda de la "conexión ucraniana", con apoyo de Estados Unidos y Reino Unido, sin ningún fundamento.
El número 436 dela revista del Estado Islámico Al-Naba presentó el ataque como una coincidencia con el décimo aniversario de la declaración del Califato Islámico. Los medios de comunicación de ISIS se burlaron abiertamente de las acusaciones de Moscú contra el bando occidental.
Tras más de un año de investigación, el Comité de Investigación de Rusia anunció formalmente la conclusión de su investigación sobre el atentado terrorista en el Ayuntamiento de Crocus, una operación que puso de relieve el alcance transnacional del ISKP y reforzó su reputación como una de las organizaciones yihadistas más brutales que operan a nivel mundial, informa HST. El expediente del caso indica que el atentado causó 149 muertos, 609 heridos y tres personas desaparecidas.
Contra todas las evidencias, como se preveía, el Comité de Investigación de Rusia finalmente designó a Ucrania como chivo expiatorio del atentado contra el Ayuntamiento de Crocus, equiparó deliberadamente a los líderes políticos de Kiev con el ISIS. "Este crimen inhumano fue planeado y cometido en beneficio de los actuales líderes de Ucrania, con el objetivo de desestabilizar la situación política en Rusia", declaró Svetlana Petrenko, portavoz oficial del Comité de Investigación, al anunciar las conclusiones.
El Comité de Investigación afirmó haber descubierto vínculos entre los agentes del ISKP y los servicios de inteligencia ucranianos, aunque no aportó pruebas sustanciales. Alegó que los atacantes fueron guiados por una figura no identificada que utilizaba un seudónimo y que, tras el asalto, intentaron huir hacia la frontera ruso-ucraniana para entrar en Kiev y cobrar la recompensa prometida.
Los principales estudiosos del salafismo radical y de los movimientos yihadistas transnacionales siguen siendo profundamente escépticos ante la afirmación del Comité de Investigación ruso de que ISIS —un grupo que denuncia ideológicamente a cristianos, budistas, hindúes, judíos y líderes políticos musulmanes por igual como enemigos o regímenes apóstatas — conspiraría con los servicios de inteligencia de lo que sus ideólogos llaman el estado “kafir” (infiel) de Ucrania, incluso a cambio de importantes incentivos financieros, añade la publicación norteamericana.
Además, en medio de la guerra en curso entre Rusia y Ucrania, ISIS ha adoptado una postura ideológica firme, presentando el conflicto como una lucha de poder secular entre estados no musulmanes, completamente ajena a los objetivos de la yihad sagrada. El grupo ha instado explícitamente a sus seguidores a abstenerse de participar, declarando que la guerra no constituye una lucha religiosa legítima por el islam ni por las tierras de Dar al-Islam, sino más bien un enfrentamiento entre dos naciones kafir.
"La tragedia del Ayuntamiento de Crocus fue, en parte, resultado de la prolongada negligencia de Rusia hacia la investigación académica y teológica rigurosa sobre el pensamiento salafista postsoviético de Asia Central desde una perspectiva antiterrorista: su evolución ideológica, sus corrientes cambiantes y las fuerzas más profundas que impulsan su radicalización. La postura condescendiente y desdeñosa de Moscú hacia los estados de Asia Central, a menudo vistos simplemente como su patio trasero geopolítico, fomentó un clima de descuido académico en Rusia respecto a las corrientes emergentes del salafismo yihadista uzbeko, tayiko y kirguís. Esta ceguera analítica socavó gravemente la capacidad del Kremlin para anticipar y mitigar la creciente amenaza que representaban los movimientos yihadistas transnacionales como el ISKP", subraya.
"No cabe duda de que el tribunal ruso confirmará finalmente la versión que acusa a Ucrania de incitar a agentes del ISKP de Asia Central a perpetrar el atentado contra el Ayuntamiento de Crocus a cambio de incentivos materiales, una afirmación que, según se informa, se sustenta en confesiones obtenidas durante interrogatorios. Sin embargo, en un sistema autoritario como el ruso, tales admisiones merecen un escrutinio minucioso. Los resultados de las investigaciones suelen estar influenciados por agendas políticas, y las confesiones pueden ser obtenidas mediante coacción, en particular las de trabajadores migrantes centroasiáticos marginados, que a menudo se convierten en chivos expiatorios en casos de terrorismo en medio de la creciente xenofobia y el acentuado fervor nacionalista alimentado por la guerra en curso con Ucrania", concluye. "Sorprendentemente, este caso marca un momento sin precedentes en la historia del contraterrorismo global: un régimen secular autoritario parece dispuesto a explotar un ataque terrorista vinculado al ISIS para promover una narrativa conspirativa con motivaciones políticas contra un gobierno más joven, democrático y prooccidental".
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