Bélgica

Ofensiva del EI: atentar contra la Policía belga y los islamófobos de Alemania

Los yihadistas de Bélgica planeaban matar a los agentes «en plena calle o en comisarías». Berlín detiene a dos miembros de EI y se teme un ataque contra trenes y protestas de Pegida

Redwane Hajoui y Tarik Jadaounre, los terroristas abatidos
Redwane Hajoui y Tarik Jadaounre, los terroristas abatidoslarazon

En una operación antiterrorista a gran escala, los cuerpos policiales de Bélgica y Alemania detuvieron a un total de 17 personas relacionadas con los yihadistas de Estado Islámico. En Alemania saltaron las alarmas después de que la Policía detuviera ayer en Berlín a dos ciudadanos turcos sospechosos de haber preparado un atentado en Siria y de reclutar a yihadistas. Según la Policía, los detenidos estarían vinculados a la organización terrorista Estado Islámico (EI). Además, las autoridades alemanas recibieron información de agencias de inteligencia de otros países europeos –obtenida en escuchas telefónicas– del riesgo de un ataque terrorista en estaciones de tren en Berlín y Dresde. Según información obtenida por la agencia Reuters, las marchas antiislamistas del movimiento Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida), que se celebran cerca de la estación de tren de la ciudad, son especialmente vulnerables.

Por su parte, el Gobierno belga presentó ayer un amplio plan de lucha antiterrorista como estrategia para plantar cara al yihadismo europeo. La Policía del país era el siguiente objetivo de los radicales, pero la acción policial pudo parar la amenaza que versaba contra las fuerzas del orden con una operación a gran escala que se saldó con dos muertos y quince detenidos, trece de ellos en Bélgica y dos en Francia. El operativo belga no parece guardar ninguna relación con los atentados de París o las últimas detenciones que se han producido en Francia o Alemania. Así lo confirmaba el portavoz de la Fiscalía, Eric Van der Sypt, en rueda de prensa en Bruselas, quien aseguraba que los terroristas tenían planeado matar a policías «en plena calle o en las comisarías».

Rápidamente el cuerpo policial recibía claras instrucciones que seguir en su trabajo. No salir solo sino siempre acompañado y armado. Evitar entrar en el domicilio particular con el uniforme puesto y, en lo que se refiere al coche de patrulla, no aparcarlo nunca en la calle, ni siquiera cerca de la Comisaría, si no utilizar siempre el garaje privado. Muchas de las Comisarías del país cerraban al público, atendiendo sólo en casos de urgencia y bajo férreos controles. Entre la tarde del jueves y ayer por la mañana, la Policía había realizado 12 registros en seis puntos del país y detenciones en tres de ellos, Bruselas, Molenbeek y Verviers. Es en esta última región donde se produjo un tiroteo entre los terroristas y los efectivos policiales, que terminó con la muerte de dos de los tres sospechosos. El tercero fue arrestado e interrogado. Según el diario «Le Soir», el sospechoso niega en los interrogatorios pertenecer a ninguna red terrorista.

Algunos de los detenidos habían estado en Siria, pero la Fiscalía belga no quiso confirmar si habían sido todos o sólo algunos de ellos. «Algunos han estado en Siria, pero no puedo dar el número exacto», señalaba Van der Sypt en un encuentro con los medios de comunicación donde no se contestaron muchas de las preguntas por motivos de seguridad. Tampoco confirmó si pertenecían a redes o grupos islamistas como «Sharia4Belgium» (sharía para Bélgica).

En los registros efectuados la Policía Federal encontró armas de guerra, entre las que figuraban cuatro fusiles kalashnikov, además de municiones y explosivos. También interceptaron documentos falsos, una importante cantidad de dinero y uniformes falsos de Policía, lo que corrobora la sospecha de que la amenaza era directa contra los efectivos policiales. Al cierre de esta edición, la Fiscalía federal de Bélgica informó de que había presentado cargos contra cinco de los trece detenidos en la operación antiterrorista realizada en seis ciudades del país contra presuntas células yihadistas. De esas cinco personas, tres se han presentado ya ante un juez de instrucción, y son sospechosas de haber participado en actividades de organización terrorista, según la Fiscalía, mientras que dos han quedado en libertad condicional. Aunque el presidente belga, Charles Michel, aseguró que después de las redadas no existe ninguna amenaza en concreto, reconocía que el riesgo «nunca es cero». Por ello, su Ejecutivo ha presentado doce medidas de calado después de elevar el nivel de alarma por alerta terrorista desde el número 2 al 3, grave, dentro de una escala donde el límite es el 4. Entre ellas destaca la decisión de contar con el Ejército en ciertas misiones de vigilancia. Unos 150 militares serán movilizados temporalmente para velar por la seguridad de zonas concretas del país. Lo que en principio podía llevar a un debate de importancia en el país ha sido aceptado con naturalidad por la mayoría de los sindicatos, aunque uno de ellos se opuso a la medida anunciada por el Gobierno belga porque considera que los militares actualmente no están capacitados para intervenir en misiones policiales. «En 2007, el ministro Pieter De Crem suprimió las misiones que formaban parte de la ayuda a la nación. Desde entonces no tenemos ni el material ni la formación adecuada para participar en las misiones policiales. Sólo hay 5.000 militares aptos para este tipo de misiones, sobre un total de 30.000, y la mayoría o está en el extranjero o acaba de volver al país», explicaba a «Le Soir» el secretario del sindicato militar CGSP, Patrick Descy.

Otras de las medidas planteadas por el Ejecutivo belga son la ampliación de las escuchas y la retirada de la nacionalidad a sospechosos, además de la documentación de identidad cuando el individuo represente un peligro para el orden público y la seguridad. Bélgica castigará penalmente los viajes al extranjero con fines terroristas y para las próximas semanas prevé tener preparada una lista negra de yihadistas para congelar sus haberes en el país. El Ejecutivo también contempla en el marco de la lucha contra la radicalización en las prisiones crear dos divisiones específicas, en el norte y en el sur del país, para aislar a aquellos terroristas que tengan los perfiles de mayor riesgo.

Las prisiones son uno de los principales focos de contagio para la radicalización en materia terrorista. Tanto que el debate se amplía a nivel europeo y el ejemplo de Bélgica que ya separa a los radicales podría ser imitado por otros Estados miembros. De cara a ampliar el marco de actuación, el mandatario belga ha enviado una carta a sus homólogos de la Unión Europea para que la próxima reunión de jefes de Estado y de Gobierno que se prevé para los días 12 y 13 de febrero en Bruselas sea un encuentro «formal» en el que los líderes europeos puedan tomar decisiones en conjunto para combatir al terrorismo que está afectando a la región. El próximo lunes los ministros de Exteriores europeos también hablarán de terrorismo en su Consejo en Bruselas, aunque la competencia más fuerte en la materia la tienen los titulares de Justicia e Interior, que tienen cita a finales del mes de enero en Riga. No se esperan por lo tanto decisiones ni conclusiones sino una aproximación política de los jefes de la diplomacia con la Alta Representante, Federica Mogherini.

Redwane Hajoui

Ocultó a su familia que se fue a Siria

La madre de este joven de 23 años, abatido ayer por la Policía belga en el marco de una operación antiterrorista, sufrió muchísimo cuando su hijo partió a Siria hace justo un año. «Me dijo que estaba en Italia, pero el prefijo era de Turquía. Si había entrado en Siria: ¡estaba jodido! Le acompañé al aeropuerto y yo tenía un mal presentimiento. Él me abrazó y me dijo que todo estaba bien», comentó la madre de este ciudadano de Verviers. «Me ha mentido. Nos ha mentido a todos», señaló entre lágrimas a Sudinfo. Hajoui sí que confesó que su hijo había cambiado, tenía un grupo de nuevos amigos a los que se refería como «hermanos» (musulmanes). Aunque era de origen marroquí, su entorno confesó que el joven Hajoui no hablaba bien el árabe.

Tarik Jadaounre

Radicalizado en la mezquita

Tarik Jadounre partió a Siria hace un año junto a Hajoui y otro chico de origen checheno, los tres nacidos en Verviers, Bélgica. En territorio sirio, se cambió de nombre por uno más «islamista» y árabe como Abu Hamza Belgiki. Según la prensa belga, este grupo de jóvenes de unos 22 y 23 años se habrían radicalizado en una mezquita de Verviers. Su familia esperaba ayer a que las autoridades de Bélgica confirmaran la identidad de los dos fallecidos en la operación antiterrorista (en la imagen). En Siria estuvieron luchando en un grupo yihadista para después unirse al Estado Islámico. Hace unas semanas volvieron a Bélgica, curiosamente a su ciudad natal, donde estaban preparando un atentado contra la Policía belga que iba a ser grabado.