Oriente Medio
Al menos 45 muertos en una matanza en un campo de desplazados en Rafah
Un ataque del Ejército israelí provoca un incendio que se extiende por las construcciones de chapa y plástico del campamento. La mayoría de las víctimas son mujeres y niños
Informaciones sobre víctimas mortales civiles en Rafah, en el sur de Gaza, vídeos de un campamento en llamas y los gritos y llantos comenzaron a difundirse el lunes de madrugada. Según las autoridades sanitarias de Hamás, los ataques aéreos israelíes del domingo por la noche provocaron decenas de muertos y muchos heridos en un campamento que albergaba a civiles desplazados.
Por su parte, el Ejército israelí comunicó que había atacado un complejo de Hamás en el área de Tel Sultan, en el noroeste de Rafah, donde se reunían altos cargos de la organización y agregaron que «el ataque se llevó a cabo contra terroristas que son un objetivo de ataque, de acuerdo con Derecho Internacional, utilizando municiones de precisión y basándose en inteligencia que indica el uso de la zona por terroristas».
El ejército insistió en que previamente habían tomado «muchas medidas para reducir la posibilidad de dañar [civiles] no involucrados, incluida la vigilancia aérea, el uso de municiones de precisión e información de inteligencia adicional». «Basándose en [estos pasos]», continuaba el comunicado, «se estimó que no era de esperar ningún daño a los civiles no involucrados». A lo largo del día, una fuente militar explicó en la Radio del Ejército que en el ataque se utilizaron dos misiles con una ojiva «de tamaño reducido», que ha sido adaptada para este tipo objetivos.
La Media Luna Roja Palestina aseguró que los ataques se llevaron a cabo sobre «tiendas de campaña de personas desplazadas cerca de la sede de la ONU», en una zona designada por Israel como humanitaria. Un portavoz alertó que era probable que aumentara el número de muertos.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) respondieron que el ataque no tuvo lugar en la zona humanitaria designada en la región costera de al Mawasi, donde el Ejército israelí ha llamado a los palestinos a evacuar en las últimas semanas. En su lacónico comunicado, el portavoz militar israelí dijo que estaban al tanto de los informes de que el ataque y un incendio posterior que se extendió a un campamento de personas desplazadas habían causado víctimas civiles, y agregó que el incidente estaba bajo investigación. Por la tarde, Hamás anunció que el número de muertos ascendía a 45 y que eran en su mayoría mujeres y niños.
Los objetivos de las (FDI) habían sido Yasin Rabia, el comandante del llamado cuartel general de Hamás en Cisjordania (una unidad de Hamás encargada de promover ataques contra Israel desde Cisjordania), y Jaled Najjar, alto miembro de la misma unidad. Ambos fueron eliminados.
Y mientras Hamás y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) reaccionaron al ataque diciendo que había sido deliberado contra civiles desplazados e indefensos y el ministro de Exteriores irlandés lo llamaba «acto bárbaro», otros países y organismos urgieron a Israel a detener sus operaciones en esa zona, como exigió el tribunal de la ONU el pasado viernes en un texto algo ambiguo que los israelíes consideran que deja cierto margen de maniobra militar.
La fiscal general militar de Israel, la general de división Yifat Tomer-Yerushalmi, valoró el incidente de Rafah como «muy grave» y dijo que será investigado a fondo. En su intervención en la Conferencia anual de la Asociación de Abogados de Israel, Tomer-Yerushalmi dijo que su departamento está investigando unos 70 casos de presuntas violaciones de las leyes de guerra desde que comenzó el conflicto en curso el 7 de octubre.
Detalló que las investigaciones de las FDI se centran en las condiciones de encarcelamiento en el centro de detención de Sde Teiman en el sur de Israel, en las muertes de detenidos palestinos retenidos por el Ejército, en los incidentes en los que civiles no involucrados en los combates han muerto por las fuerzas israelíes y otros incidentes violentos que incluyen delitos contra la propiedad y saqueos. «Nos tomamos muy en serio estas acusaciones y estamos trabajando para aclararlas», afirmó Tomer-Yerushalmi. «En una guerra de tal magnitud e intensidad, ocurren incidentes graves, incidentes en los que existe la sospecha de que se han violado las leyes de la guerra y las órdenes del ejército».
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