Política

Irak

Operar bajo el fuego cruzado en Tikrit

La Razón
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Irak se enfrenta a una dura crisis que, de no frenarse la escalada de violencia, tendrá graves consecuencias humanitarias. Médicos Sin Fronteras es testigo de lo que ocurre sobre el terreno. En Tikrit, sufrimos un bombardeo aéreo el pasado viernes y nuestras instalaciones quedaron gravemente dañadas, por lo que tuvimos que cerrar nuestro hospital. Por suerte, en ese momento no había pacientes en las instalaciones y nadie resultó afectado. Esta ciudad es escenario de intensos combates, a pesar de lo cual nuestro personal sigue trabajando en el único quirófano que tenemos disponible. Sentimos una terrible rabia y dolor por no poder responder como es debido a las grandes necesidades de las personas desplazadas dentro del país que necesitan ayuda. En este hospital atendemos a una población de más de 40.000 personas. También trabajamos en Mosul, no en el interior de la ciudad, que ha sido tomada por el ISIS, sino en sus alrededores. Kirkuk es otra de nuestras bases. Allí acuden muchos de los desplazados desde Mosul y Ebril. Estamos trabajando en condiciones de extrema inseguridad, pero existe una necesidad de respuesta inmediata que no podemos dejar de lado. Además de atender a los heridos de los combates, también cubrimos necesidades médicas básicas, como atender a las mujeres que van a dar a luz y deben ser sometidas a cesáreas. Esta crisis ha desbordado las capacidades locales para atender a la gente. Sólo en Tikrit, prestamos atención médica a unas cien personas al día, pero son muchos más los que llegan a nuestras estructuras de salud en otros lugares. La violencia es extrema. Desde MSF hacemos un llamamiento urgente a todas las partes enfrentadas para que garanticen de inmediato que ni el personal médico ni las instalaciones de salud serán objeto de nuevos ataques y exigimos que se respete la vida de los civiles. La situación aquí empieza a ser crítica, pero tenemos que hacer un esfuerzo por seguir atendiendo a la población.