Política

El Futuro de Venezuela

Oportunidad de victoria

La Razón
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1.- ¿La oposición tiene la derrota asegurada en las parlamentarias o existe una posibilidad más grande ahora que en las elecciones previas de ganar una mayoría en la Asamblea?

Los estudios de opinión recientes y el ambiente que se palpa en las calles de Venezuela evidencian que el respaldo al gobierno se encuentra en sus mínimos históricos. Esta situación debería traducirse en una aplastante derrota electoral al régimen encabezado por Nicolás Maduro. Nunca el gobierno había estado peor; pero, al mismo tiempo, nunca el cerco en materia de libertades y medios de comunicación había estado peor para las fuerzas de oposición.

En el marco del autoritarismo prevaleciente que podría calificarse de una dictadura posmoderna o del siglo XXI, la voluntad del electorado está mediada por condiciones muy difíciles para su expresión cabal. Entre las condiciones en las cuales se realizan los procesos electorales están: la mayoría oficialista de los rectores del Consejo Nacional Electoral (4 a 1), el control gubernamental de la estructura burocrática de ese organismo, el ventajismo expresado en la utilización masiva de los recursos del Estado, el cambio de las circunscripciones electorales, el uso de grupos (“los colectivos”) armados que intimidan a la población, la ausencia de actualización del Registro Electoral que lo ha convertido en una “caja negra” a la que la oposición no tiene acceso, la prisión y el enjuiciamiento de líderes fundamentales de las fuerzas democráticas, la presencia militar en las votaciones en circunstancias en las que se obliga a la Fuerza Armada a jurar fidelidad al proyecto político de Chávez. Este contexto condiciona en forma decisiva la voluntad del elector y puede obligarlo a modificar, distorsionar o impedir su expresión genuina.

Ahora se añaden otros factores. Uno fundamental es que hasta el día de hoy no se conoce la fecha de las elecciones parlamentarias (se presume que serán en diciembre), lo cual hace conjeturar que se dispondrán en el marco de la estrategia del régimen. Dada la precaria situación económica, producto de la ruina del aparato productivo, del descenso de los precios del petróleo y de la consiguiente escasez de divisas para las importaciones, esa estrategia contempla expropiaciones de inventarios e importaciones en momentos específicos destinados a crear una sensación temporal de alivio con la expansión de la oferta, lo cual puede tener –como lo ha tenido en el pasado- impacto electoral.

Estas restricciones pueden contribuir a cambiar la voluntad de una porción del electorado en una medida por ahora no predecible.

2.- ¿Estas elecciones son una manera de sondear la fuerza que tiene la MUD?

Las fuerzas democráticas en Venezuela tienen en su seno divergencias importantes sobre la estrategia que debe seguirse en torno al régimen imperante. Sin embargo, hay coincidencias en la necesidad de aprovechar las elecciones, aun bajo las condiciones descritas anteriormente porque constituyen una oportunidad para la movilización política, para expresar el descontento y para que los dirigentes entren en contacto con la ciudadanía. En este sentido puede afirmarse que las elecciones miden la fuerza de toda la oposición en sus diversas variantes, agrupadas bajo el paraguas de la MUD. Con más exactitud podría decirse que miden la fuerza de la oposición venezolana, la que se identifica con la dirección de la MUD, la que no se identifica con ella y hasta del sector del chavismo que se ha desprendido de sus querencias, primero en forma molecular y desde 2014 con más velocidad.

3.- ¿Una victoria del chavismo reforzaría la legitimidad del actual Gobierno a nivel internacional?

Con motivo de las protestas del año 2014, de las prisiones de dirigentes fundamentales de las fuerzas opositoras como Leopoldo López, Antonio Ledezma y Daniel Ceballos, entre otros; con la persecución sostenida con muchos más, emblemáticamente contra María Corina Machado; así como las arbitrarias detenciones y torturas a dirigentes estudiantiles, la comunidad internacional pudo apreciar el grado de autoritarismo existente en Venezuela. Así se movilizaron gobiernos, partidos políticos, figuras internacionales de gran autoridad, ONGs e instituciones multilaterales. Sin embargo, al amainar las protestas por la fuerte represión gubernamental y las contradicciones en el campo opositor, si bien no se ha retrocedido en reconocer la ausencia de calidad democrática que hay en el régimen de Maduro, los factores internacionales han pasado a privilegiar la estabilidad regional frente a un presunto caos que podría sobrevenir con el cambio de régimen.

En este sentido, pienso que si el chavismo ganase las elecciones aun en las condiciones ventajistas y fraudulentas en que tiene lugar el proceso, en ausencia de movilización popular en Venezuela, los factores internacionales guiados por el “realismo” preferirán darle un respiro adicional a Maduro, aun sabiendo lo que saben.