Hungría

Orban celebra su reelección con una dura amenaza a Bruselas

El Gobierno húngaro acelerará una ley contra las ONG extranjeras y el magnate George Soros

El primer ministro húngaro, el ultraconservador Viktor Orban, logró un tercer mandato mejorando el resultado de las elecciones de 2014
El primer ministro húngaro, el ultraconservador Viktor Orban, logró un tercer mandato mejorando el resultado de las elecciones de 2014larazon

El Gobierno húngaro acelerará una ley contra las ONG extranjeras y el magnate George Soros.

Europa se vio obligada ayer a felicitar a Viktor Orban por su magnífico resultado en las elecciones húngaras. Aunque todo indica que el tercer mandato de Orban va a convertirse en un órdago al «statu quo» europeo, Bruselas se ve atada de pies y manos a la hora de criticar a uno de los suyos. El primer ministro húngaro, a diferencia del Ejecutivo de Ley y Justicia polaco, no se encuentra aislado en la UE. Pertenece a la familia del Partido Popular Europeo (PPE), que durante esta campaña ha continuado apoyándole a pesar de la virulencia de su discurso. Lejos de amilanarse, su aplastante victoria le hace no abjurar de sus principios. Orban promete guerra y atraer a su causa al resto de los países del Grupo de Visegrado (Polonia, República Checa y Eslovaquia) que se oponen con fiereza al nuevo sistema de asilo que quiere impulsar la UE con cuotas permanentes de reparto de refugiados y defienden una retórica abiertamente antimusulmana.

Orban no perdió la oportunidad para cargar de nuevo contra Bruselas, a la que instó a que tome nota del resultado electoral, pues «las cosas no pueden seguir así». «No nos enfrentamos a Europa. Queremos una Unión Europea exitosa y fuerte, pero para ello debemos decir todo lo que nos atormenta», declaró Orban a la televisión Echo TV. Además, la cruzada contra las organizaciones no gubernamentales financiadas desde el extranjero y contra el inversor y filántropo George Soros, al que Orban culpa de casi todos los males que aquejan a su país, parece que sólo acaba de empezar. Para la OSCE, en las elecciones faltó un «debate político genuino».

En los pasillos comunitarios siempre se ha considerado a Orban como un perro muy ladrador, pero poco mordedor. Un problema de mucha menor envergadura que la deriva autoritaria de Polonia, sin aliados dentro de las cancillerías europeas y sin apenas interlocución con Bruselas. Con razón o sin ella, el PPE siempre ha visto al primer ministro húngaro como un dique de contención frente al partido ultraderechista Jobbik, que en las elecciones domingo se situó como segunda fuerza con un 20% de los sufragios, por encima de los socialistas (12%). Paradojas del destino, esta fuerza política ha acudido a las urnas con un discurso mucho más moderado que en anteriores convocatorias, no se sabe si por convicción o por simple pragmatismo. El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, envió ayer la tradicional misiva de felicitación y hoy el político luxemburgués (también del Partido Popular Europeo) tendrá la oportunidad de hablar con Orban por teléfono. De momento, el Ejecutivo comunitario se ha limitado a recordarle al político húngaro que la defensa de los «valores» y «principios» de la UE es un «deber común de todos los Estados miembros sin excepciones».

Tanto el presidente del PPE, el francés Joseph Daul, como el jefe de filas del grupo en la Eurocámara, el alemán Manfred Weber, felicitaron ayer a Orban de manera calurosa. Los tradicionales enemigos del proyecto de integración europeo: Marine Le Pen (Francia), Geert Wilders (Países Bajos) y Nigel Farage (Reino Unido) se unieron en las loas al primer ministro húngaro. Socialistas y liberales del Parlamento Europeo reaccionaron con escándalo ante esta coincidencia.

Resulta difícil saber qué postura tomará Bruselas respecto a Orban y si el PPE continuará acogiéndole en su seno. En diciembre, la Comisión Europea decidió por primera vez en su historia activar contra Polonia el artículo 7 debido a su deriva autoritaria, el denominado en los pasillos comunitarios como «botón nuclear», que puede desembocar en la pérdida del derecho de voto en el Consejo. El artículo 7 ha dejado de ser tabú, pero con la victoria de Orban la fractura Este-Oeste podría acrecentarse.

Sin llegar al extremo del artículo 7, Bruselas es partidaria de supeditar la recepción de fondos estructurales al respeto al Estado de Derecho. El 2 de mayo, el Ejecutivo comunitario deberá presentar su propuesta sobre el nuevo periodo presupuestario para el periodo 2020-2027 y todo indica que esta posibilidad continuará encima de la mesa.