Represión en Nicaragua
Ortega libera a presos políticos nicaragüenses para ganar tiempo
El sandinista vuelve a negociar preocupado por acabar igual que Maduro
El sandinista vuelve a negociar preocupado por acabar igual que Maduro
De nuevo los presos políticos utilizados como moneda de cambio. La vieja táctica bolivariana en versión sandinista. Encarcelar a disidentes para luego irlos soltarlos a cuenta gotas, con el fin de calmar las aguas internacionales y a la oposición. Ayer tensa calma a la espera de que mañana, empiecen de nuevo las negociaciones.
En la víspera el gobierno de Nicaragua excarceló este es un segundo grupo de 50 presos políticos que estaban detenidos tras las protestas contra el presidente Daniel Ortega del año pasado. La medida tomada por gobierno surge tras un acuerdo con la opositora Alianza Cívica en el marco de un diálogo iniciado hace dos semanas. Y que había quedado estancado.
Esta es la segunda excarcelación autorizada por Ortega en las últimas dos semanas. La primera ocurrió el 27 de febrero y en los días siguientes, cuando 112 personas salieron de prisión bajo la misma modalidad.
A diferencia de la primera excarcelación, esta vez los prisioneros no pudieron ser vistos por los periodistas ni por sus familiares, que desde temprano aguardaban impacientes en las afueras de la cárcel de máxima seguridad La Modelo, al norte de la capital Managua, sino que salieron en cuatro buses.
Los autobuses llevaban las ventanas cerradas, lo que impidió a familiares y la prensa comprobar quiénes estaban dentro, y salieron en caravana por la carretera norte, una de las principales arterias de la capital, seguidos de vehículos de familiares y periodistas.
Sin embargo según una lista proporcionada por el Ministerio de Gobernación, entre los excarcelados no figuran los principales líderes estudiantiles ni campesinos que han protestado contra el gobierno, como tampoco los periodistas Lucía Pineda y Miguel Mora, presos desde el 21 de diciembre.
Pablo Cuevas, abogado de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), lamentó que el gobierno haya manejado el hecho "con un secretismo excesivo". Dijo que la cantidad de personas excarceladas "no es lo que esperábamos", ya que el gobierno había prometido liberar a "un núcleo apreciable"de detenidos.
De hecho un sector de la Alianza Cívica, formado mayoritariamente por estudiantes, se retiró del diálogo esta semana porque no aprueban una excarcelación gradual, sino que exigen la liberación "inmediata e incondicional de todos los presos políticos", cuya cifra calculan en unas 770 personas.
Mientras tanto, la Policía de Nicaragua prohibió la realización de una marcha opositora convocada para ayer por la coalición opositora Unidad Nacional Azul y Blanco, para exigir "la inmediata liberación"de la totalidad de los presos políticos".
La crisis en Nicaragua estalló el 18 de abril con una protesta de universitarios y se extendió por el país tras la violenta acción de policías y paramilitares que dejó al menos 325 muertos, 2.000 heridos, cientos de detenidos y más de 52.000 exiliados, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Sin embargo Ortega, quien controla todos los poderes, se niega a adelantar las elecciones. Habría además, que cambiar las reglas del juego, ya que los principales líderes de la oposición se encuentran inhabilitados.
El sandinista parece más dispuesto a cooperar acuciado por la crisis económica que atraviesa el país, perdido a la deriva una vez que su homologo venezolano, Nicolás Maduro, parece haberle soltado la mano. No quiere correr la misma suerte que su compañero de lucha y se encuentra dispuesto a ceder en algunos puntos. Pero de eso a entregar el poder, hay un trecho.
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