La OTAN advierte de “consecuencias graves” si China suministra armas a Rusia

La Alianza no tiene de momento pruebas de que China esté suministrando armamento a Rusia, pero está ojo avizor sobre el desarrollo de los acontecimientos. En caso de que esto suceda, supondrá “un error histórico” que no quedará sin consecuencias, si bien los aliados prefieren no dar pistas sobre en qué pueden consistir estas represalias.

“No hay razones para entrar en detalles, pero China sabe que serán consecuencias graves”, ha asegurado el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, al ser preguntado en rueda de prensa. El político noruego ha realizado estas declaraciones en la segunda jornada de la reunión de los ministros de Exteriores de la organización militar en al capital comunitaria.

Tras un primer día histórico este pasado martes que dio comienzo a una Alianza de 31 miembros, con la incorporación de Finlandia, la segunda jornada de la reunión de este miércoles ha estado centrada en analizar la situación en el Pacífico – han sido invitados los ministros de Exteriores de Corea del Sur, Nueva Zelanda, Australia y Japón- con una China cada vez más asertiva e influyente en política exterior. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von de Leyen, que acompaña al presidente francés Emmanuel Macron en un viaje a Pekín llegó a asegurar la semana pasada que el gigante persigue un “cambio sistémico en el orden internacional con China en el centro”.

El análisis de la OTAN es muy parecido. “China se niega a condenar la agresión rusa. Se hace eco de la propaganda rusa y apuntala la economía de Rusia. China y Rusia también están intensificando sus actividades militares conjuntas en la región del Indo- Pacífico”, ha enumerado el secretario general para después advertir sobre la amenaza que supone la colaboración entre estas dos potencias. “Cualquier ayuda letal de China a Rusia sería un error histórico con profundas implicaciones en un momento en el que Pekín y Moscú están haciendo retroceder el orden internacional basado en normas”.

Los agravios de los aliados contra China son muchos. No ha condenado la invasión a Ucrania; ha presentado un ambiguo plan de paz que no distingue entre víctima y verdugos; está intentando controlar infraestructuras críticas también en el ciberespacio; ha emprendido una cruel represión en territorios como Hong Kong; persigue a minorías y su comportamiento en el Mar de China meridional amenaza la seguridad de los países de la región. Capitulo aparte merece el incremento vertiginoso de su gasto en Defensa y el desarrollo de misiles nucleares de largo alcance.

En la cumbre de Madrid del pasado mes de junio, por primera vez los aliados aprobaron un documento, bautizado como Concepto Estratégico, que si bien no considera a China un adversario, sí lo califica como “desafío”. Ahora el debate consiste en cómo afrontar este reto porque , aunque Washington lleva años con una mentalidad de guerra fría, los socios europeos se dividen entre halcones y palomas según la dureza o pragmatismo de las diferente cancillerías.

Aparte de China, la segunda jornada del encuentro ha seguido analizando la entrega de material bélico a Ucrania y los objetivos de gasto en Defensa de cara a la reunión de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará en julio en Vilnius (Lituania). El objetivo reside en que la meta pactada en 2014 en la cumbre de Gales del 2% del PIB sea un suelo y no un techo, pero no se sabe si la Alianza acordará un nueva cifra, cuando una gran número de socios queda todavía lejos de este 2%.