Amenaza rusa
La OTAN tilda de «peligroso» el despliegue de armas nucleares en Bielorrusia
EE UU dice que no tiene ningún indicio de que Moscú se esté preparando para usar este tipo de armamento en la guerra
En una maniobra sin precedentes, Rusia decidía establecer un acuerdo para trasladar una pequeña parte del arsenal de sus armas nucleares a Bielorrusia, tal y como dio a conocer este sábado una agencia de noticias rusa. Se trata de la primera vez desde mitad de la década de 1990 que Rusia decide basar una parte de su armamento nuclear fuera de su país. Un total de diez aviones capaces de transportar armamentos ya se habrían trasladado a la zona, según confirman los informes, armas diseñadas para ser utilizadas en el campo de batalla y no para destruir ciudades.
El presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko, han potenciado sus vínculos a través de encuentros bilaterales en sus respectivos países. Más allá de lo simbólico, el acuerdo nuclear refuerza la confianza del Kremlin en Bielorrusia como uno de sus aliados principales en la guerra de Ucrania.
Putin defiende la postura de que el traslado de las armas tácticas a Bielorrusia, que carece de armas nucleares, no viola ningún tratado internacional porque permanecerán en todo momento bajo el control ruso. «Aquí tampoco hay nada inusual: en primer lugar, Estados Unidos ha estado haciendo esto durante décadas, durante mucho tiempo han desplegado sus armas nucleares tácticas en el territorio de sus países aliados», justificó Vladimir Putin en un mensaje televisado. «Acordamos hacer lo mismo, sin violar nuestras obligaciones. Enfatizo: sin violar nuestras obligaciones internacionales sobre la no proliferación de armas nucleares», añadió el presidente ruso.
En la actualidad, Estados Unidos cuenta con cerca de 100 ojivas nucleares desplegadas en diversas bases aéreas del continente europeo, según el Centro para el Control de Armas y la No Proliferación, incluyendo Alemania, los Países Bajos y Turquía.
Casi 14 meses después de que diera comienzo la guerra de Ucrania, y ante la posible amenaza nuclear que supone tanto para Occidente como para el resto de mundo, Estados Unidos apostaba por reaccionar con cautela ante la decisión del presidente ruso de trasladar las armas nucleares a Bielorrusia. Desde la Administración Biden creen que no hay señales de que Moscú planee utilizar armas nucleares. «No hemos visto ninguna razón para ajustar nuestra propia postura nuclear estratégica ni ningún indicio de que Rusia se esté preparando para usar un arma nuclear», recalcó un funcionario estadounidense en calidad de anonimato, añadiendo: «Seguiremos comprometidos con la defensa colectiva de la alianza de la OTAN».
Pero Ucrania alerta que la medida desestabilizará a Bielorrusia. «El Kremlin tomó a Bielorrusia como rehén nuclear», reaccionó Oleksiy Danilov, el jefe del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania. Durante la guerra de Ucrania, Bielorrusia ha puesto a disposición de Rusia su territorio para lanzar ataques terrestres y aéreos, y ha contribuido al entrenamiento de tropas rusas, atención de heridos y entrega de suministros.
Para la UE el anuncio de Putin supone «otra escalada del conflicto», pero la OTAN descarta cambios en la postura nuclear. Según el máximo representante de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, este anuncio por parte de Vladimir Putin significa "otra escalada de conflicto" y supone "una amenaza para la seguridad europea". Unas declaraciones van en la misma línea que las realizadas por algunos socios europeos. Para el ministerio alemán de Asuntos Exteriores, esto supone un «intento más allá para la intimidación nuclear» y para Polonia, país que comparte frontera con Bielorrusia, «un paso más hacía adelante para que Bielorrusa se convierta en un engranaje de la maquinaria de guerra rusa», en declaraciones del ministerio de Exteriores.
Más allá de las palabras de condena, los aliados de la OTAN no van a tomar medidas precipitadas. «La OTAN esta vigilante y estamos supervisando de manera estrecha la situación. No estamos viendo ningún cambio un la postura nuclear que nos lleve a ajustar la nuestra», ha señalado un portavoz de la Alianza, en un mensaje muy similar al de Estados Unidos. Los ministros de Exteriores de la OTAN tienen previsto una reunión los próximos 4 y 5 de abril en Bruselas y será la ocasión propia para seguir analizando la situación. En todo caso, la OTAN ha hecho gala, durante este año de guerra, de sangre fría y de evitar cualquier paso que pueda interpretarse como una participación directa de los Aliados en la guerra que libra Rusia contra Ucrania.
En cuanto al plano político, la UE ya ha impuesto sanciones a personalidades del régimen bielorruso por sus implicaciones en la guerra de Ucrania y la prioridad es ahora mantener la presión y apoyar a las fuerzas opositoras que luchan contra Lukashenko. «Bielorrusia es una sociedad atenazada por un régimen completamente cautivo de su alianza con Moscú y el despliegue de armas tácticas en Bielorrusia no hace sino aumentar este grado de dependencia de este régimen», aseguró Borrell.
Ante estos hechos el político español subrayo que hay que seguir haciendo «más de lo mismo»: «mantener las sanciones, mantener la presión, mantener el apoyo a la oposición bielorrusa, apoyarles financiera y políticamente, todo lo que podemos hacer».
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