Otra vez salvado por la campana, pero ¿hasta cuándo podrá Trump capear la tempestad financiera?

Donald Trump ha pagado la fianza de 175 millones de dólares impuesta por un juez, y ha evitado, en el último momento, que le confisquen algunas de sus propiedades más valiosas, como la famosa Torre Trump en la Quinta Avenida de Nueva York, mientras se resuelve su apelación por fraude fiscal. La cuantía inicial que se le impuso superaba los 454 millones de dólares, pero la semana pasada el exmandatario y su equipo legal consiguieron que un panel de la corte de apelaciones la redujera, siempre que se pagara en 10 días.

"Como prometió, el presidente Trump ha pagado la fianza", ha dicho en un comunicado su abogada Alina Habba, "y espera reivindicar sus derechos en la apelación y anular este veredicto". El pago ha sido posible gracias a una compañía de seguros con sede en California, porque por mucho que Trump asegurara que tenía dinero en efectivo suficiente para hacer frente a la nueva cifra, parece que no es así.

Si Trump no gana el recurso (la próxima cita para escuchar los argumentos es en septiembre), deberá abonar el resto de la multa inicial, sumándole un extra de 100.000 dólares por cada día que pasa.

Ha sido un lunes negro para el exmandatario, porque tampoco le ha ido bien en el parqué neoyorkino. Las acciones de su compañía de medios (Trump Media & Technology Group, empresa matriz de la red social Truth Social) se desplomaron después de conocerse que la empresa tuvo unas pérdidas de $58 millones de dólares en 2023, dato que se supo ayer al presentarse nuevos informes ante la SEC (la Comisión de Bolsa y Valores).

Como Trump es el accionista mayoritario, su capital se vio afectado y su patrimonio neto se desplomó "en más de mil millones de dólares", asegura la cadena CNN. El precio de la acción de su empresa, que salió a Bolsa la semana pasada, llegó a alcanzar los $79.38 al cierre de la primera de jornada y se desplomó a $48.66 este lunes.

Trump confía en el apoyo de los donantes republicanos

Esto sí que son malas noticias para el republicano, porque más allá de los donantes pequeños y grandes, Trump confía en el apoyo de los donantes republicanos tradicionales del mundo financiero neoyorquino, y a estos hay darles confianza. Algunos están empezando a mostrarse cautelosos a la hora de donar fondos que irán destinados a pagar facturas legales y no a ganar las elecciones del próximo 5 de noviembre.

Hasta ahora Trump ha conseguido capear cualquier tempestad financiera, por lo menos de cara al público, porque de puertas para adentro algo no debe ir bien cuando el candidato presidencial republicano ha estado promocionado la venta de zapatillas y biblias para recaudar fondos.

También ha vendido camisetas con su foto policial haciéndose eco de las 4 causas penales que tiene pendientes, y parece haber funcionado porque solo con esa acción recaudó cerca de 190 millones de dólares, según el Financial Times, de los cuales 50 millones fueron destinados a sus asuntos legales.

El dinero en la campaña del republicano casi entra a la misma velocidad que sale. Hace un mes el expresidente también tuvo que abonar una indemnización de 91.6 millones de dólares por difamar a la escritora E. Jean Carroll. Dentro del partido republicano empiezan a preocuparse, sobre

todo porque los demócratas pasean mucho más holgados económicamente. Eco de ello se hizo en la red social X el comentarista conservador Charlie Kik, que en su publicación hizo referencia a la millonaria recaudación de los demócratas en Nueva York la semana pasada ($25 millones de dólares en una sola noche), y aseguró que superaba lo que Trump había recaudado en todo el mes de febrero.

"Los demócratas están afinando sus mensajes y tienen un ejército permanente de más de 5.000 organizadores de tiempo completo sobre el terreno en los estados clave. Estamos superados en armas y se gastarán aún más. Las encuestas se están ajustando, es hora de ponerse a trabajar".

Si bien es cierto que Trump se ha quedado rezagado en la parte económica, sigue subiendo puestos en las encuestas y en algunos estados incluso supera a Biden, pero esa distancia cada vez se recorta más.