Venezuela
EE UU y la UE alertan sobre el déficit demócratico en Venezuela mientras Iglesias rehúsa la condena
La ONU recoge el clamor internacional por la «severa sentencia» y subraya las irregularidades de la Justicia venezolana
Fue prácticamente inmediata su reacción. La secretaria de Estado adjunta de EE UU, Roberta Jacobson, escribió en su cuenta de su red social de Twitter a las diez de la noche que estaba «profundamente preocupada» tras conocerse la sentencia a 13 años y 9 meses de cárcel al opositor venezolano Leopoldo López. Horas más tarde, el secretario John Kerry, criticó «el uso del sistema judicial para reprimir y castigar a los críticos con el Gobierno». Exigió su puesta en libertad, así como la del resto de presos políticos.
En la misma línea se pronunció ayer la Unión Europea que pidió la revisión de la condena del opositor venezolano Leopoldo López, de una manera «justa y transparente». Casi de inmediato tras conocer la noticia, el servicio de Acción Exterior de la UE, presidido por Federica Mogherini, reaccionó considerando «severa» la condena y pidiendo que las instancias de apelación puedan revisarla. «Los juicios contra el señor Leopoldo López, coordinador nacional del partido Voluntad Popular, y los cuatro estudiantes Christian Holdack, Marcos Coello, Demian Martín y Ángel González no han proporcionado a los acusados las garantías adecuadas de transparencia y debido proceso legal», indicaron los portavoces de Mogherini.
Asimismo, la UE lamentó que los observadores independientes no pudieran asistir a la fase final del juicio, «obstaculizados por las Fuerzas de Seguridad locales», a pesar de que contaban con una autorización concedida por el juez. En Bruselas, la noticia también causó conmoción en la mayoría de los grupos parlamentarios europeos. Coincidía además el día en el que el PPE proponía a la oposición venezolana para Premio Sajarov Libertad de Conciencia. Entre los grupos parlamentarios siempre se ha mostrado solidaridad con la oposición venezolana. Populares, socialistas y liberales han ido de la mano para denunciar la falta de libertad que sufre el opositor en el país. En marzo, el Parlamento aprobó por una holgada mayoría (a excepción de la izquierda radical y de Podemos) una resolución sobre Venezuela con la que exigía al Gobierno de Nicolás Maduro la puesta en libertad inmediata de los presos políticos.
Frente a la condena del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien insistió que Venezuela es «un gran país que merece una gran democracia», y del resto de partidos del arco parlamentario español volviereon a sorprender las evasivas de Pablo Iglesias.
El líder de Podemos se limitó a decir que «no le gusta, venga de quien venga, que se condene a alguien por hacer política» y que «le encantaría» que «este señor», en alusión a Leopoldo López, «se pudiera presentar a las elecciones». Más allá de estas palabras y preguntado concretamente por si consideraba que se trataba de una condena política prefirió guardar silencio.
Firme y contundente fue el ex presidente del Gobierno, Felipe Gónzalez, quien participó como asesor en la defensa de López. Para González, Venezuela se ha convertido en «una dictadura de facto». «Ni dentro ni fuera nadie puede llamarse a engaño», apostilló.
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