Asia

Corea del Sur

Seúl encumbra a su presidenta

La conservadora Park será la primera mujer en dirigir el país surcoreano

Park Geun-Hye en Seúl Diciembre 10, 2012. REUTERS/Kim Jae-Hwan/Pool
Park Geun-Hye en Seúl Diciembre 10, 2012. REUTERS/Kim Jae-Hwan/Poollarazon

El general Park Chung-hee tomó las riendas de Corea del Sur en 1961.Se hizo cargo de la Corea que menos brillaba, ensombrecida por los éxitos iniciales de la otra mitad de la península, la del norte, la comunista, donde prosperaba un régimen apoyado y financiado por los aliados de la internacional socialista. Quienes viajaban a un lado y otro de la frontera en aquellos años volvían con una impresión parecida: en Corea del Norte se vivía mejor.

Comparado a veces con Pinochet, Park gobernó con puño de hierro, impuso un desarrollismo acelerado, propugnó el liberalismo extremo y la ley de la selva en lo económico. En 1979 fue asesinado en un atentado, pero había sentado las bases de la Corea del Sur actual: uno de los países más dinámicos del mundo, que ha conseguido elevar el nivel de vida de su pueblo sobre la innovación tecnológica, la educación y el trabajo duro, a pesar de no contar con ningún recurso natural en abundancia. Diez años después de la desaparición de Park, y tras una década de lucha social, Corea del Sur abrazó la democracia. Mediante el voto popular, precisamente, la hija del «generalísimo» se convirtió ayer en la primera presidenta del país, algo que tiene doble mérito viniendo de la nación desarrollada que, según la ONU, tiene los peores registros del mundo en materia de igualdad. Park Geun-hye ha ganado por varios motivos, pero uno de los principales es su pedigrí: es hija del hombre que, según millones de surcoreanos, sacó al pueblo de la pobreza. Además, en su campaña electoral ha hablado de «reconciliar» a todas las ideologías y clases sociales y también se ha mostrado más dialogante con el régimen de Corea del Norte que el hombre que le cede el trono: el también miembro del partido conservador Nueva Frontera, Lee Myung-Bak. El discurso «conciliador» de Park Geun-hye está cargado de simbolismo, ya que también su madre fue asesinada en un atentado, en este caso perpetrado por los servicios secretos de Pyongyang. Y ella misma se llevó un navajazo en la cara que por poco la manda a la tumba durante un campaña electoral municipal en 2006. Más allá de las connotaciones históricas, a sus 60 años la nueva presidenta promete mantener la senda de prosperidad económica que lleva décadas recorriendo su país y que en los últimos años se ha ralentizado a causa de la crisis económica internacional.

Un discurso centrista

Hoy es el sur de la península lo que asombra al mundo con sus rascacielos, sus multinacionales centradas en la alta tecnología y su obsesión por la educación. Mientras, la Corea comunista pasa hambre. La hija del dictador también ha derrotado a su rival de la izquierda (un abogado defensor de los derechos humanos, Moon Jae-in) con un discurso centrista, la promesa de crear empleo de calidad para la gente joven, la lucha contra el abuso de las grandes corporaciones o el compromiso de fortalecer las prestaciones sociales, algo cada vez más reclamado en el país ante el aumento vertiginoso de las desigualdades sociales.

El perfil

La hija del generalísimo

Park Geun-hye no está casada ni tiene hijos. Su madre fue asesinada en

un atentado en 1974 y a su padre el general Park Chung-hee lo mataron en 1979 de un tiro. Ella

misma a punto estuvo de morir en 2006, tras recibir un navajazo en la

cara. La nueva presidenta de Corea del Sur tiena una merecida fama de

mujer dura y valiente. De hecho, hacen falta muchas agallas para

llegar a presidenta en uno de los países más machistas de Asia.