Guerra en Siria
Parte el primer cargamento de armas químicas del régimen sirio
Un buque danés transporta el arsenal tóxico, que será eliminado en el mar
Cuatro meses después del acuerdo alcanzado entre los líderes de Estados Unidos y Rusia sobre el desarme químico de Siria, un primer cargamento de sustancias químicas que eran parte del arsenal bélico no convencional del régimen sirio de Bachar al Asad fue sacado ayer del país.
Cuatro meses después del acuerdo alcanzado entre los líderes de Estados Unidos y Rusia sobre el desarme químico de Siria, un primer cargamento de sustancias químicas que eran parte del arsenal bélico no convencional del régimen sirio de Bachar al Asad fue sacado ayer del país.
Bajo un fuerte despliegue de seguridad, las armas químicas fueron retiradas de dos instalaciones en diferentes partes del país y trasladadas al puerto norteño de Lataqqia, donde las aguardaba una embarcación de Dinamarca. Así lo confirmó la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ, en sus siglas en inglés), que es la que tiene bajo su responsabilidad el cumplimiento del acuerdo sobre el desarme sirio. «El barco ha sido acompañado por escoltas navales proporcionadas por Dinamarca y Noruega, así como de Siria», decía un comunicado de la organización que pertenece a la ONU, agregando que «aguardará en el mar a la llegada de más materiales químicos».
El asunto de las armas químicas durante el conflicto bélico sirio conmocionó a la opinión pública internacional al publicarse fotografías y vídeos de cientos de víctimas civiles en los suburbios orientales de Damasco. El 21 de agosto del año pasado, se produjo un ataque con gas sarín por el que podrían haber muerto unas 1.400 personas, en su mayoría civiles. Aunque se responsabilizó al presidente Asad, él alegó que fueron los rebeldes sido los culpables de dicha matanza. A pesar de que antes de agosto ya se habían registrado distintos testimonios acerca del uso de armas químicas en el transcurso de la guerra, la masacre se convirtió en un símbolo, que estuvo a punto de desencadenar una ofensiva militar de Estados Unidos contra Siria. La evidente renuncia del presidente Barack Obama a atacar el territorio sirio y las presiones internacionales llevaron a un sorprendente esfuerzo diplomático que culminó con la firma del acuerdo de desarme químico de Siria, que incluso Asad aceptó a fin de evitar una guerra con la que probablemente habría podido terminar su Gobierno.
Pero desde un comienzo, estaba claro que el proceso sería muy complejo. Y esto, sin tomar en cuenta la posibilidad de que Asad engañe y logre ocultar armas químicas, lo cual no es imposible en un país de las dimensiones geográficas de Siria. Expertos en la material explicaron en su momento a LA RAZÓN que la implementación del plan se vería acompañada de grandes dificultades, tanto por la envergadura del arsenal químico sirio –el mayor de la región indudablemente, con aproximadamente mil toneladas de sustancias químicas– como por las condiciones en el terreno. Trasladar y neutralizar sustancias químicas tan delicadas en un país que continúa en guerra es un gran desafío.
El primer cargamento tenía como fecha límite de salida de Siria el 31 de diciembre, pero la fecha no se pudo cumplir por la propia guerra, las condiciones climáticas y varios problemas de otra índole. Un día antes del plazo previamente fijado en el acuerdo, un funcionario de Naciones Unidas, portavoz de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas anunció que «debido a dificultades técnicas, habrá una demora limitada en el transporte del primer cargamento de agentes químicos de la República Árabe Siria». Acto seguido, dejó claro que la «hoja de ruta» previamente fijada, sí se había estado cumpliendo en los demás puntos. «El esfuerzo internacional por eliminar el programa de armas químicas de Siria continúa avanzando de forma efectiva, tal como se ha demostrado por los firmes logros en el cumplimiento de todos los pasos previos en los últimos tres meses», indicaba la OPAQ. El Consejo Ejecutivo de la organización se reúne hoy con el fin de abordar la continuación del proceso de desarme químico de Siria. Dicho marco es responsable de la neutralización y destrucción de las sustancias, así como de las armas que pueden hacerlas llegar a destino, pero la OPAQ recuerda que el presidente Bachar al Asad es quien tiene la responsabilidad de «empaquetar de forma segura, transportar y quitar» las armas químicas del lugar.
EE UU envía diez «drones» a irak
Ante el estallido de violencia en Irak, EE UU anunció el lunes que acelerará el envío de aviones no tripulados para labores de vigilancia y que prevé enviar misiles «Hellfire» en primavera. El vicepresidente Joe Biden telefoneó también al portavoz del Consejo de Representantes Iraquí, Osama Al Nujaifi, a quien reiteró el apoyo estadounidense en su lucha antiterrorista contra Al Qaeda, así como a las comunidades tribales que están haciendo frente a la red terrorista en el triángulo suní. El jefe del Estado Mayor, Ray Odierno, manifestó su «decepción» por el deterioro de la seguridad en Irak, pero descartó el envío de tropas estadounidenses.
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