EEUU

Trump despliega 700 marines en Los Ángeles junto a otros 2.000 soldados de la Guardia Nacional

El gobernador Gavin Newsom considera que la decisión es contraproducente porque han empezado a remitir los disturbios

La situación en la ciudad de Los Ángeles (California) se ha convertido en toda una demostración de fuerza por parte de Donald Trump. Si en los últimos días el presidente estadounidense había desplegado alrededor de 4.000 efectivos de la Guardia Nacional en el Estado más extenso del país en contra de la voluntad de su gobernador, Gavin Newsom, ayer envió 700 marines adicionales en servicio activo para hacer frente a las protestas. El mensaje resultaba contradictorio porque minutos antes de la nueva medida él mismo anunciaba que la situación estaba ¨muy bien controlada¨. El cuerpo de marines que llegó este martes a Los Ángeles, de nuevo sin el consentimiento del Estado, ha sido enviado para proteger a los agentes federales y las propiedades del área metropolitana de la ciudad, donde por el momento la situación está tranquila. Su comandante, Eric Smith, aseguró que aún no han sido llamados a responder y que no pueden llevar a cabo labores de arresto.

El jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD, por sus siglas en inglés), Jim McDonnell, se quejaba de que la presencia de marines en el territorio ¨genera riesgo de confusión¨ y representa todo un ¨desafío logístico¨. Por su parte Newsom ha calificado la última medida del mandatario de ¨ flagrante uso de poder¨. Al cierre de esta edición, el líder estatal insistía en que la situación estaba ya mucho más controlada y enviar más efectivos militares lo único que se estaba consiguiendo es tensar aún más los ánimos. Los medios nacionales parecían coincidir con esta visión porque también apuntaban a que la situación se estaba recuperando y las protestas se reducían este martes a pequeños grupos de manifestantes frente a las puertas de varios edificios gubernamentales en el centro de la ciudad.

Aun así, el Gobierno central sigue insistiendo en que si no se controla la situación habrá que tomar medidas más duras, y mientras Los Ángeles lidiaba con su realidad, a miles de kilómetros de distancia, en Washington, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, defendía el despliegue militar ante el Capitolio asegurando que ¨deberíamos poder hacer cumplir la ley de inmigración en este país¨. El coste de estas tropas sobre el terreno, según el Pentágono, será de $134 millones de dólares durante los dos meses que se espera que permanezcan allí. Newsom ha aprovechado para atacar también a Trump por este flanco a través de la red social X, criticando las condiciones en las que se encuentran desplegadas los efectivos, ¨has enviado a tus tropas aquí sin combustible, comida, agua ni un lugar donde dormir¨, asegura en una publicación acompañada de una foto en las que se ve a una veintena de militares durmiendo en el suelo de lo que parecen instalaciones del gobierno, ¨aquí están, obligados a dormir en el suelo, amontonados unos sobre otros. Si alguien está faltando el respeto a nuestras tropas ese eres tú¨, le ha dicho a Trump.

El estado de California demandó el lunes al Gobierno para tratar de bloquear el despliegue de la Guardia Nacional en su terreno, y al cierre de esta edición planeaba interponer una denuncia también contra la llegada de los marines. Por tradición y ley recurrir a estos efectivos solo está justificado en situaciones excepcionales y extremas. La retórica de Trump parece esconder un plan. Al llamar insurrectos a los manifestantes hay expertos que apuntan a que podría estar preparando el terreno para invocar la Ley de Insurrección de 1807, lo que les permitiría a los militares actuar y no solo estar presentes sobre el terreno. De momento el mandatario no ha recurrido a ella, pero no lo descarta. ¨Si hay una insurrección, sin duda la invocaría, ya veremos¨, dijo.

El martes los servicios de limpieza de la ciudad se esmeraban en limpiar las calles y borrar los enormes grafitis que los disturbios habían dejado a su paso los días anteriores, pero algunos lo hacían con poca esperanza de que el miércoles por la mañana no volvieran a aparecer. La alcaldesa de la ciudad, Karen Bass, alertaba de que si eso ocurre habrá consecuencias, ¨cualquiera que haya vandalizado el centro o saqueado tiendas no se preocupa por nuestras comunidades inmigrantes¨, publicaba a través de su cuenta en la red social X, ¨tendrán que rendir cuentas¨, porque ¨los angelinos tienen derecho a alzar su voz mediante protestas pacíficas, pero no pueden caer en la trampa de la administración (de Trump). La violencia y el vandalismo son inaceptables. Nadie debe correr peligro, ni las fuerzas del orden ni los manifestantes¨.