
Defensa
El Pentágono revoluciona la guerra aérea: así es su nueva superarma de 'usar y tirar' que combate por los F-35
El Pentágono acelera el desarrollo del dron LongShot, un sistema de armas lanzado desde el aire que, a su vez, dispara sus propios misiles para extender el alcance de combate y proteger a los aviones nodriza

El Pentágono explora un concepto que podría transformar las tácticas del combate aéreo: un arma de doble filo, diseñada tanto para ser recuperable en misiones de entrenamiento como para actuar como un sistema de usar y tirar en los escenarios de mayor riesgo. Se trata de una forma de proteger sus cazas más avanzados y, sobre todo, a sus pilotos, manteniéndolos a una distancia prudencial del peligro mientras un intermediario se encarga del trabajo sucio. El objetivo es claro: salvaguardar activos de alto valor como el avión de combate F-35, cuyo programa enfrenta sus propios desafíos, delegando las misiones más arriesgadas a sistemas no tripulados.
De hecho, este intermediario es un dron bautizado como LongShot, cuya principal característica es la capacidad de disparar sus propios misiles aire-aire. El sistema funciona como una extensión del avión nodriza. Una vez lanzado, el dron se adentra de forma autónoma en la zona de combate, actúa como una plataforma de fuego avanzada y ataca los objetivos, ampliando drásticamente el alcance efectivo del caza que lo transporta.
Asimismo, el programa, gestionado por la agencia de investigación DARPA y con General Atomics llevando la voz cantante en el diseño, avanza a buen ritmo. Actualmente se realizan pruebas aerodinámicas en túneles de viento y, si el proyecto cumple con los plazos previstos, se espera que el primer vuelo de prueba tenga lugar a lo largo del año fiscal 2025, según informa el medio The War Zone. Las demostraciones con fuego real quedarían para el año siguiente.
La doctrina del 'lanzador avanzado' toma forma
Para lograr esta versatilidad, el diseño del LongShot es un ejercicio de ingenio. El dron cuenta con alas y alerones plegables que permanecen recogidos mientras está acoplado al avión nodriza y se despliegan justo después de ser liberado. Esta solución permite que sea transportado por una notable variedad de aeronaves, desde cazas como el F-15 hasta bombarderos estratégicos del calibre del B-52, e incluso aviones de transporte C-17. Esta tendencia de adaptar aeronaves de apoyo no es un caso aislado, pues ya se explora cómo los aviones cisterna KC-135 podrán lanzar drones en pleno vuelo, ampliando aún más el abanico de plataformas nodriza.
Por otro lado, la tecnología desarrollada para este proyecto no terminará con él. La experiencia adquirida está llamada a que influya en otros programas de gran envergadura, como el de los Aviones de Combate Colaborativos (CCA) de la Fuerza Aérea estadounidense. El interés es tal que la Marina de Estados Unidos también sigue de cerca su evolución, perfilándose como un socio potencial para integrar esta nueva capacidad en sus flotas aéreas y redefinir el futuro del dominio en los cielos.
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