Petro se mete en Venezuela

No queda muy claro el interés real del presidente colombiano Gustavo Petro de cara a la crisis venezolana. Por un lado, podría resultar plausible el hecho de que su Gobierno y algunos factores de la oposición venezolana se reúnan en Bogotá para buscar vías de acuerdos. Por el otro, genera suspicacia el momento de la convocatoria ya que está sobre la mesa, entre otras cosas, la compra –a un precio enflaquecido– de la empresa química venezolana en suelo colombiano, Monómeros. Considerando que Maduro necesita «flujo de caja» la venta de dicha empresa resulta una buena oportunidad para él.

La prioridad de Petro es tomar ventaja de la crisis venezolana, pensando, en primer lugar, en sus propósitos políticos. La pregunta que debe hacerse la oposición sentándose con el gobierno vecino sería: ¿cómo evitar ser utilizados? Tomando en cuenta el perfil político del presidente colombiano y el gran interés de Maduro en que Estados Unidos elimine las sanciones, pareciera –por lo menos en el corto plazo– que la mediación de Petro convendría, sobre todo, a Maduro y a sus acólitos.

¿Qué puede pedirle la oposición venezolana a Petro? Poco, ciertamente. Quizás, que anime al chavismo para permitir unas elecciones presidenciales libres y justas en el año 2024. Sin embargo, eso ya lo está haciendo la Administración de Joe Biden desde hace un buen tiempo. En este punto, Maduro sabe que está obligado a escuchar a los americanos; son ellos quienes tienen la llave para despresurizar buena parte del entramado comercial del país y también particular de los chavistas que hoy se encuentra comprometido.

Es mejor ser poco optimista con Petro. Los días por venir serán claves para descubrir la verdadera agenda del primer mandatario colombiano.