
Avión de combate
Los pilotos de Estados Unidos realizan entrenamiento al estilo 'Top Gun': ya vuelan junto a drones
La Fuerza Aérea de Estados Unidos ya entrena a sus pilotos de combate para volar junto a drones autónomos. Apodada «Top Gun IA», esta nueva tecnología aprende por sí misma maniobras de defensa en pleno vuelo

El Pentágono ha querido atajar cualquier recelo: por mucha inteligencia artificial que gobierne sus futuros aviones de combate, la decisión final sobre el uso de la fuerza seguirá en manos de un ser humano. Esta garantía es la piedra angular de los nuevos programas con los que Estados Unidos busca revolucionar el combate aéreo, asegurando que un piloto supervisor tendrá siempre la potestad de desconectar los sistemas autónomos en caso de necesidad. Esta búsqueda de superioridad aérea se enmarca en una estrategia global más amplia, que incluye el despliegue de sus aviones de combate más avanzados en puntos estratégicos del planeta.
De hecho, esta supervisión humana es especialmente visible en el programa VENOM, un proyecto que persigue un objetivo audaz: la reconversión de cazas F-16 para que puedan operar sin nadie en la cabina. Para las pruebas iniciales de esta iniciativa, las Fuerzas Aéreas estadounidenses están modificando seis de estos cazas icónicos, que volarán con un piloto a bordo cuya única misión será vigilar el correcto funcionamiento de la inteligencia artificial.
En este sentido, los ensayos para perfeccionar esta colaboración ya se están llevando a cabo en Florida, en la prestigiosa Base de la Fuerza Aérea de Eglin, un escenario donde se busca pulir al máximo la simbiosis entre hombre y máquina, tal y como han publicado en Interesting Engineering. Allí se está gestando lo que muchos ya han bautizado como el «Top Gun de la IA», un nuevo paradigma táctico para el dominio del cielo.
La doble vía hacia la automatización del combate
Por un lado, la estrategia estadounidense no solo pasa por modernizar su flota existente. El desarrollo más notable es la creación de aparatos diseñados desde cero para este nuevo rol, como el XQ-58A Valkyrie. Se trata de una Aeronave de Combate Colaborativa (CCA) que ha sido concebida para actuar como un escolta letal y sigiloso para los cazas tripulados como el F-35, el F-22 o el F-15EX, con los que ya realiza vuelos de prueba. Este rol de escolta es crucial para proteger aviones de alto valor como el F-35, un caza que, además de su avanzada tecnología, es también una pieza clave en las alianzas estratégicas de Estados Unidos con otros países.
Asimismo, las capacidades de este dron de bajo coste, fabricado por la compañía Kratos, son considerables. El Valkyrie tiene un alcance cercano a los 5.600 kilómetros, es capaz de superar los 13.700 metros de altitud y puede alcanzar una velocidad máxima de Mach 0.86. Este aparato, que ya se encuentra en fase de producción, representa la punta de lanza de una nueva generación de combatientes aéreos no tripulados.
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