Política

Dresde

Prende la mecha de la islamofobia

Manifestación antimusulmana en Dresde
Manifestación antimusulmana en Dresdelarazon

Los partidos europeos antimusulmanes han aprovechado el atentado contra «Charlie Hebdo» para defender sus tesis nacionalistas y populistas. El asesinato de doce personas en París ha avivado la llama islamófoba en países como Alemania y Francia, donde ayer se produjeron varios ataques como represalia contra mezquitas y contra ciudadanos musulmanes en distintos puntos del país.

FRANCIA

La líder del Frente Nacional francés, Marine Le Pen, abogó ayer por introducir la pena de muerte en el código penal francés «para los crímenes más odiosos». «Siempre he dicho que me gustaría ofrecer a los franceses la posibilidad de expresarse sobre este tema por medio de un referéndum», defendió Le Pen en una entrevista con la cadena France 2. Francia abolió la pena capital en 1981. Para la líder ultraderechista, el atentado contra la revista satírica «Charlie Hebdo» ha puesto de manifiesto que el «fundamentalismo islamista» está «en guerra contra Francia» y llamó a responder contra la «barbarie». «La nación ha sido atacada, nuestra cultura, nuestro modo de vida», advirtió. Le Pen aplaudió la «reacción popular salvadora» tras el atentado e instó a la clase política a «coger el relevo» con medidas como el control de las fronteras, el refuerzo de los cuerpos de seguridad o la revisión de las políticas de nacionalidad.

ALEMANIA

El movimiento nacionalista alemán Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida) aseguró ayer que convocará una nueva marcha en Dresde con el apoyo del partido euroescéptico Alternativa por Alemania (AfD) tras el atentado en Francia. Este anuncio activó ayer las alarmas en el país ante la islamofobia. Pegida pidió a través de la red social Facebook que se acuda el lunes a su duodécima manifestación islamófoba con crespones negros en señal de luto por las doce víctimas del atentado contra el semanario francés. El vicepresidente de AfD, Alexander Gauland, consideró que el atentado de París ha demostrado que se equivocaban «aquellos que ignoraban o se reían de la preocupación de las personas que alertaban de un peligro islamista inminente». En rueda de prensa, la canciller Angela Merkel reconoció la existencia de elementos «aislados» vinculados al yihadismo y defendió la necesidad de mantener las medidas de seguridad, aunque dejó también clara la buena relación con «la inmensa mayoría» de los musulmanes en Alemania. Más directo, el ministro alemán de Justicia, Heiko Maas, tachó de «repugnante» que haya movimientos islamófobos o partidos políticos que intenten «instrumentalizar» el atentado de París y subrayó la necesidad de distinguir con claridad entre terrorismo e islam. En este contexto, se hicieron públicos ayer dos estudios de la Fundación Bertelsmann que muestran que, aunque la mayoría de los cuatro millones de musulmanes residentes en Alemania se siente integrada en la sociedad, más de la mitad de los alemanes (57%) ve el islam como una «amenaza». Además, el 61% piensa que el islam no encaja en el mundo occidental, y el 40% se siente incluso «extranjero en su propio país» por la presencia de musulmanes. El 24% de la población cree que Alemania debería negar desde ahora la entrada al país a los musulmanes.

ITALIA

La mano tendida del Papa Francisco al islam, manifestada en múltiples declaraciones públicas y en sus recientes viajes a Turquía y Tierra Santa, no le gusta nada a una parte de la derecha italiana. El líder de la Liga Norte (LN), Matteo Salvini, cargó ayer contra el Pontífice por dialogar con líderes musulmanes. «Basta ya de tolerancia y de buenismo», pidió Salvini en Radio Padania, la emisora ligista. «Se está produciendo un intento de ocupación militar y cultural por parte de una comunidad prepotente y bien organizada, que se está clavando en Occidente con la facilidad de un cuchillo en la mantequilla. Es una auténtica guerra, por lo que responder con tolerancia y buenismo es un suicidio. Al pedir que dialoguemos con el islam, el Papa no hace un buen servicio a los católicos. La paz está bien, pero si eres el portavoz de los católicos, preocúpate de quien te está exterminando por todo el mundo».

REINO UNIDO

Las declaraciones del líder del Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP), Nigel Farage, sobre la necesidad de un fuerte control de la inmigración tras el atentado en Francia provocaron ayer la reacción de los partidos británicos. El líder eurorófobo declaró que las políticas de multiculturalismo implementadas en los últimos años han provocado que los inmigrantes mantengan sus costumbres, en lugar de integrarse en la comunidad, y pidió la aplicación de una «política de control de la inmigración». El político, que ha avanzado en intención de voto en el último año, afirmó que existe una «quinta columna», que vive en Reino Unido y Francia, responsables de los ataques como el ocurrido ayer en la sede de la revista satírica «Charlie Hebdo». El viceprimer ministro británico y líder del Partido Liberal Demócrata, Nick Clegg, afirmó que está «consternado» porque la primera reacción de Farage ante al atentado busque obtener réditos políticos. La ministra del Interior, Theresa May, condenó también las palabras de Farage y argumentó que es «irresponsable» hablar de «una quinta columna».

PAÍSES BAJOS

En Países Bajos –cuya sociedad está traumatizada por el asesinato hace diez años del cineasta crítico con el islam Theo Van Gogh a manos de un musulmán–, el líder xenófobo Geert Wilders, fundador del Partido por la Libertad –que ha vivido durante diez años con protección policial–, lanzó un llamamiento a cerrar las fronteras de Holanda a los inmigrantes musulmanes y dijo en un comunicado que «Occidente está en guerra y debería desislamizarse».