Política

Relaciones Estados Unidos-China

Primeros frutos de la tregua comercial entre Trump y Xi

Pekín reducirá los impuestos a la importación de automóviles estadounidenses

En el acuerdo el régimen chino se compromete a aumentar la compra de productos de EE UU para reducir el déficit comercial de su socio americano / Ap
En el acuerdo el régimen chino se compromete a aumentar la compra de productos de EE UU para reducir el déficit comercial de su socio americano / Aplarazon

Pekín reducirá los impuestos a la importación de automóviles estadounidenses.

Los tambores de guerra comercial entre Estados Unidos y China parecían enterrados después de que este fin de semana el presidente Donald Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, se entrevistaran en el G-20 celebrado en Buenos Aires. Pactaron algo así como un alto el fuego. Una suerte de tregua en la creciente escalada de imposición de aranceles y en la no menos preocupante guerra de declaraciones. Tal fue la sensación de alivio, tan necesitados estaban los mercados de una mejoría, un gesto esperanzador, una declaración de paz, que la bolsa dio una enorme subida en Wall Street. Por si había dudas, el secretario del Tesoro de EE UU, Steven Mnuchin, aseguró al programa de la NBC «Squawk Box» que «ésta es la primera vez que hemos obtenido de ellos la voluntad de lograr un verdadero acuerdo». También comentó que «está claro que el presidente Trump liderará el equipo y que éste será inclusivo».

Aunque los términos de la tregua están por desarrollarse, sí parece que Estados Unidos pondrá en cuarentena cualquier posible tarifa a los productos chinos durante los próximos tres meses. El tiempo que ambos países se habrían concedido para sellar un verdadero acuerdo. Nadie olvida que en los próximos dos meses Trump ha firmado aumentar los aranceles sobre los productos chinos en más de 200.000 millones de dólares. Quizás lo más reseñable sea el pacto para recortar los impuestos a las exportaciones de automóviles estadounidenses en China. Según explicó el presidente en Twitter, «mi encuentro en Argentina con el presidente Xi de China fue extraordinario. ¡Las relaciones con China han dado un gran paso adelante! Van a pasar grandes cosas. Estamos encontrando mucha resistencia, pero China también tiene mucho que ganar si se consigue alcanzar un acuerdo».

Los agricultores, añadió Trump, encontrarán beneficios muy grandes y rápidos del acuerdo con China. [Los chinos] tienen la intención de comenzar a comprar productos agrícolas de inmediato. Fabricamos los mejores productos, los más limpios, del mundo, y eso es lo que China quiere. Granjeros, ¡Os amo!». Tampoco olvido subrayar la química que tiene con Xi. Habló de una «una relación muy fuerte y personal» y enfatizó que «somos las únicas dos personas que pueden lograr un cambio». Cambios que, al parecer, no se limitarían al campo económico: «¡Una solución para Corea del Norte es una gran cosa para China y todos!».

Productos agrícolas

En el comunicado de la secretaría de Prensa de la Casa Blanca, que alaba el «maravilloso gesto humanitario» del presidente Xi (designar el fentanilo como una sustancia controlada), «lo que significa que las personas que lo venden a Estados Unidos estarán sujetas a la pena máxima establecida por la ley China», se alude explícitamente al acuerdo de mantener en el 10% las tarifas a una serie de productos chinos por valor de 200.000 millones, y no en el 25% prometido. A cambio «China ha acordado comprar una cantidad sin concretar, pero muy importante, de productos energéticos, industriales y de otros tipos de Estados Unidos».

Una compra masiva que debiera de servir para «reducir el desequilibrio comercial entre nuestros dos países». China también se habría comprometido a comprar productos agrícolas de EE UU de inmediato». El comunicado también alude a acuerdos para «proteger la propiedad intelectual» y combatir «las intrusiones cibernéticas y los robos cibernéticos». El plazo para que este decálogo de buenas intenciones se concrete en pacto real sería de 90 días. A partir de entonces, «y si las partes no pueden llegar a un acuerdo, los aranceles del 10% se elevarán al 25%».

También se alude a las negociaciones con Corea del Norte. El problema es que el comunicado del Gobierno de EE UU, y las declaraciones tanto del presidente Trump como de otros altos cargos de la Casa Blanca no parecían refrendarse con lo expuesto por los medios de comunicación chinos. Estupendos termómetros a la hora de establecer con claridad no tanto la interpretación de una Prensa muy poco libre como las intenciones del régimen que la controla. Así, los medios no aseguran que los dos países hayan acordado una moratoria de 90 días. Pero sí hablan de una voluntad común de suprimir todos los aranceles: una medida que de concretarse sería revolucionaria, y que, sin embargo, no aparece reflejada en el comunicado de la Casa Blanca.