
Dimisión de Benedicto XVI
Se publica una carta inédita del papa Benedicto XVI escrita un año después de su dimisión: "Mi decisión es plena y válida"
En el documento se desmienten las teorías de la conspiración sobre la legitimidad de su dimisión
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La reciente publicación de una carta inédita de Benedicto XVI, fechada el 21 de agosto de 2014 y dirigida al monseñor Nicola Bux, ha desatado un intenso debate sobre la validez de su renuncia al pontificado. En la misiva, publicada en el libro "Realidad y utopía en la Iglesia", Ratzinger expone con claridad sus opiniones sobre las especulaciones que rodean su decisión de dimitir, ocurrida el 11 de febrero de 2013.
En la carta, Benedicto XVI afirma que las teorías planteadas por algunos historiadores y teólogos sobre la invalidez de su dimisión son "absurdas". "Los 'historiadores autorizados' y los 'otros teológicos' en mi opinión no son verdaderos historiadores ni teólogos", escribe el papa emérito, destacando que su renuncia fue plena y válida, contrariamente a lo sostenido por algunos críticos.
Benedicto XVI subraya que el concepto de renuncia, tanto para un obispo como para el Papa, está claramente definido en la doctrina dogmática canónica. "Siempre ha sido indudable e indiscutible que el papa puede renunciar libremente, y que su renuncia valga plenamente", reafirma Ratzinger. Estas declaraciones buscan cerrar la puerta a interpretaciones erróneas sobre su actual estado como Papa emérito.
Más allá de defender su legitimidad, Benedicto XVI aborda también el tema de su retiro del ministerio, aclarando que no hubo coacción ni presiones externas que lo empujaran a renunciar. En respuesta a los rumores de un "cisma subrepticio" dentro de la Iglesia, decide no prestar atención a tales afirmaciones, sosteniendo que estas teorías no merecen consideración. "Nadie intentó chantajearme. Ni siquiera lo habría permitido", escribe Ratzinger.
Un punto particularmente interesante en la carta es el paralelismo que traza entre la figura del papa y la de un obispo diocesano en relación con la renuncia. Benedicto XVI señala que incluso Juan Pablo II, su predecesor, había considerado la idea de dimitir en ocasión de su septuagésimo quinto cumpleaños. Sin embargo, concluye reafirmando que, aunque existen responsabilidades y diferencias entre ambos roles, es innegable el derecho de un papa a renunciar a su cargo.
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