Eje antioccidental
Putin estrecha sus vínculos con el dictador norcoreano Kim Jong-un
El presidente ruso reivindica por correspondencia sus relaciones con Pyongyang en pleno aislamiento internacional
El presidente ruso, Vladimir Putin, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, se han comprometido a estrechar la cooperación entre ambos países en un intercambio de cartas con motivo del Día de la Liberación Nacional de Corea del Norte. «Estoy seguro de que seguiremos fomentando la cooperación bilateral en todos los ámbitos en beneficio de nuestros pueblos, en aras del fortalecimiento de la estabilidad y la seguridad en la península coreana y en toda la región del noreste asiático», declaró Putin en un mensaje de felicitación a Kim difundido el martes por el Kremlin.
Corea del Norte conmemoró el 15 de agosto el día de la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), que supuso el fin de la ocupación del territorio coreano por las tropas japonesas. En su misiva a Putin, Kim rememoró los orígenes de la amistad mutua forjada durante la Segunda Guerra Mundial, cuando ambas naciones derrotaron conjuntamente a Japón e hizo hincapié en que esta «relación manifiesta su poder invencible en la lucha contra las prácticas arbitrarias y la dominación de los imperialistas».
Por su parte, Putin manifestó que durante la liberación coreana de Japón y los «duros tiempos de guerra», se sentaron las bases para una estrecha cooperación entre los dos países. Asimismo, elogió la celebración como «símbolo del valor y el heroísmo de los soldados del Ejército Rojo y los patriotas coreanos que lucharon juntos» contra «el colonialismo japonés». Fue entonces cuando «nacieron las tradiciones de amistad y cooperación que se han convertido en una sólida base para el desarrollo de las relaciones de buena vecindad», recalcó.
Y es que, durante una reunión mantenida el 27 de julio en Pyongyang con su homólogo norcoreano, Kang Sun-nam, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, calificó a Corea del Norte de «socio importante» para Moscú. El funcionario se encontraba en la capital norcoreana para asistir a los actos conmemorativos del 70 aniversario del armisticio de la Guerra de Corea (1950-1953), que condujo a la división de la península en dos países. En el conflicto, que tuvo lugar en el contexto de la Guerra Fría, Rusia y China se pusieron del lado norcoreano contra las fuerzas surcoreanas, respaldadas por una fuerza internacional de la ONU dirigida por Estados Unidos.
Además, el líder ruso hizo un llamamiento a que ambas naciones intensifiquen sus vínculos en un momento en que experimentan un creciente aislamiento por parte de Occidente. Las acciones occidentales han acercado a ambas potencias desde que, el año pasado, el Kremlin desplegara tropas en Ucrania e iniciara hostilidades a gran escala. Por otra parte, Washington ha acusado a Pyongyang de suministrar armas a Rusia para su contienda en Ucrania, incluidos proyectiles de artillería, cohetes y misiles. No obstante, no existen pruebas fehacientes de esta transacción de armamento, aunque sea posible: después de todo, la industria de municiones norcoreana está altamente desarrollada, la artillería desempeña un papel clave en la doctrina militar del país, y el Ejército ruso necesita proyectiles.
Aun así, el mes pasado en un desfile militar en Pyongyang, el ministro de Defensa ruso permaneció codo con codo con Kim mientras revisaban sus más recientes misiles con capacidad nuclear y aviones no tripulados de ataque.
Las últimas declaraciones de Putin ha tenido lugar pocos días antes de que Biden reciba al primer ministro japonés y al presidente surcoreano, en su primera cumbre de líderes en Camp David, con planes para anunciar ejercicios militares conjuntos y una posible nueva línea directa de crisis entre los tres aliados. La cumbre del próximo viernes está diseñada para enviar un mensaje alto y claro a China y Corea del Norte de que los tres países están fortaleciendo sus lazos militares y económicos.
Al parecer, Japón y Estados Unidos han decidido desarrollar conjuntamente un nuevo tipo de misil capaz de interceptar las armas hipersónicas que están desarrollando China, Rusia y Corea del Norte. Ambas naciones tratarán de reforzar la disuasión preparándose para amenazas difíciles de afrontar con las actuales redes de defensa antimisiles. Esta es la segunda vez que desarrollarán conjuntamente misiles interceptores desde que trabajaron en el SM-3 Block IIA en el año fiscal 2017.
Actualmente, las relaciones entre las dos Coreas están en punto muerto, ya que Kim Jong-un insiste en la aceleración de la carrera armamentística, incluidas las armas nucleares tácticas.
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