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Putin lleva la guerra fría al mar

El presidente ruso, Vladimir Putin, ayer en Baltiisk
El presidente ruso, Vladimir Putin, ayer en Baltiisklarazon

Construirá medio centenar de barcos de guerra que desplegará en el Atlántico y el Ártico.

La carrera armamentística en Europa oriental entre Rusia y la OTAN vivió ayer un nuevo episodio con el anuncio de Moscú de modificaciones en su doctrina militar marítima para reforzar posiciones en el Atlántico ante lo que considera una ampliación al Este de la Alianza. Los cambios en la doctrina, según Dimitri Rogozin, viceprimer ministro y responsable del sector industrial militar, están motivados por «la nueva situación política internacional» tras la «reunificación de Rusia con Crimea». Se hace especial hincapié en el Atlántico, «debido a la ampliación de la OTAN al este y la creación por la Alianza de infraestructuras cerca de nuestras fronteras», continuó, en alusión al anunciado despliegue de blindados en varios países de Europa oriental por parte de EE UU.

Las enmiendas a la doctrina rusa fueron aprobadas por el presidente Putin y anunciadas ayer, coincidiendo con el Día de la Armada. El mandatario asistió a un desfile naval en Baltiisk, ciudad en la provincia de Kaliningrado, enclave ruso en el mar Báltico, donde depositó flores al pie del monumento a Pedro el Grande y recorrió en lancha una formación de los navíos de la Flota del Báltico. «Rusia debe conservar su estatus de potencia marítima para defender sus intereses nacionales en todo el mundo», solicitó Putin, que recordó el ambicioso plan de modernización del Ejército para esta década, dotado de 635.000 millones de euros de presupuesto, cifra que no se ha ajustado pese a la crisis económica del país. «Ese plan persigue entre otras cosas renovar la flota de guerra del país con barcos y submarinos de última generación», continuó el presidente. Sólo de aquí a final de año la Armada rusa incorporará medio centenar de barcos, entre ellos diez buques de guerra, según un comunicado del Ministerio de Defensa. «Se presta especial atención al mantenimiento en un nivel adecuado de las fuerzas marítimas nucleares. Su desarrollo continúa en el marco de dos grupos de cruceros submarinos nucleares para las flotas del norte y del Pacífico», recalcó.

La nueva doctrina marítima rusa pone también el acento en el Ártico, explicó Rogozin, una región de «creciente importancia estratégica por la ruta marítima del Norte, que requiere la reconstrucción de la flota de rompehielos nucleares». Se prevé finalizar la construcción de tres de estos navíos para 2017, 2019 y 2020. Además de rutas marítimas, la motivación de Moscú en el Ártico tiene que ver con asentar y proteger sus yacimientos energéticos en la región en el futuro.