Atentado en Moscú
Putin reconoce que los «islamistas radicales» atentaron en Moscú pero siembra la duda: «Queremos saber quién lo ordenó»
El presidente ruso abona la teoría de la conspiración sobre la autoría intelectual del atentado y apunta de nuevo a Ucrania sin aportar pruebas
La conmoción parece haberse apoderado de Rusia desde el terrible atentado del pasado viernes que causó la muerte de 137 personas en la sala de conciertos Crocus City Hall, a las afueras de Moscú. Sumidos en un luto oficial, mientras se despiden de las víctimas, los ciudadanos intentan seguir con sus vidas en un ambiente más incómodo que el que vivían hace tan solo una semana. Por televisión muestran los rostros de los detenidos y los analistas políticos coinciden en que una afrenta de ese calibre no puede quedar impune. Mientras, desde el Kremlin aseguran que aún no hay una «hipótesis definida» sobre la autoría de atentado, pese a la reivindicación hecha pública poco después de lo ocurrido por el Estado Islámico.
En respuesta a varias preguntas formuladas por los medios, el portavoz oficial de la presidencia, Dmitri Peskov, afirmaba este lunes que «la investigación continúa» y que, «de momento, no se ha hecho pública ninguna hipótesis definida». Según Peskov, en la reunión con los servicios de seguridad y emergencia «se habló solo de datos preliminares, aún no ha habido hipótesis», e insistió en que «hay que esperar la información de los cuerpos de seguridad».
El hombre de confianza de Vladimir Putin, consciente de las críticas a los servicios de seguridad en estos días, quiso posicionarse en su defensa, asegurando que estos «trabajan incansablemente y hacen frente a todas las amenazas, a todos los desafíos que afronta nuestro país y nuestra sociedad». El Kremlin sigue lamentando que tras lo ocurrido ningún país occidental con información sobre los atentados se haya puesto en contacto con ellos para proponer ayuda, pese a las alertas emitidas por la embajada de Estados Unidos semanas antes del ataque.
El propio Putin ha reconocido este lunes que los «islamistas radicales» estuvieron detrás del que es ya el peor atentado terrorista en suelo ruso de los últimos 20 años. «Sabemos que el crimen fue cometido por manos de islamistas radicales, contra cuya ideología el propio mundo islámico lucha desde hace siglos», apuntó el presidente ruso, que, lejos de zanjar las especulaciones, aprovechó la ocasión para sembrar más dudas sobre la autoría intelectual de la masacre.
«Pero también vemos que Estados Unidos está tratando de convencer a sus satélites y a otros países del mundo de que supuestamente no hay rastro de Kyiv en el atentado terrorista de Moscú, que el sangriento atentado terrorista fue cometido por seguidores del islam, miembros de la organización ISIS prohibida en Rusia», deslizó. «Sabemos por manos de quién fue cometida esta atrocidad contra Rusia y su pueblo. Nos interesa saber quién lo ordenó», insistió Putin, que intentó de nuevo vincular sin pruebas a Ucrania en un atentado que, según sus declaraciones, «podría haber sido un eslabón de una serie de intentos de quienes están en guerra con la Federación Rusa desde 2014 de la mano del régimen neonazi de Kyiv».
«Por supuesto, es necesario responder a la pregunta, ¿por qué después de cometer el crimen los terroristas trataron de ir a Ucrania? Quién les esperaba allí?», deslizó el presidente ruso en referencia a la detención del sábado de los cuatro presuntos atacantes mientras conducían por la región de Briansk, cerca de la frontera con Ucrania. Putin ya sugirió, una vez más sin pruebas, que los sospechosos intentaron huir a Ucrania, donde tenían «importantes conexiones».
La seguridad en las principales ciudades rusas se ha reforzado considerablemente. La gente intenta volver a la normalidad, a pesar de algunos incidentes, como la amenaza de bomba comunicada el pasado domingo en un centro comercial de San Petersburgo. Se ha detenido a un estudiante de esa ciudad, como el responsable de la llamada que obligó a evacuar el edificio. Las autoridades saben que una tragedia así puede volver a repetirse, no solo en territorio ruso y Peskov quiso recordarlo afirmando que «no hay ni una sola ciudad ni un solo país que esté totalmente protegido de la amenaza del terrorismo».
Mientras continúan las pesquisas, en la Duma rusa se ha presentado un proyecto de ley sobre el apoyo social a los afectados por ataques terroristas, que prevé medidas como la condonación de las deudas de los fallecidos y la asistencia psicológica a largo plazo. El último parte confirma que todavía hay 97 personas hospitalizadas. Durante la tarde del lunes, el presidente Putin mantuvo una reunión extraordinaria con los representantes de las fuerzas de seguridad del país, los servicios de emergencia y sanidad en los que obtuvo información pormenorizada de lo ocurrido y cómo se están desarrollando los nuevos protocolos de emergencia.
Amenaza global
Desde Moscú se ha apuntado a que ataques terroristas como el perpetrado el pasado día 22 puedan repetirse en territorio europeo, señalando a países como España o Francia como objetivos de los terroristas, hablando incluso de un plan para atentar durante los Juegos Olímpicos que se celebrarán este verano en París. Precisamente este lunes, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha afirmado durante su viaje oficial a la Guayana francesa que el Estado Islámico del Jorasán, que ha reivindicado la autoría del ataque producido en Moscú, ha estado «estos últimos meses» detrás de «varias tentativas» de consumar masacres en territorio francés.
Los servicios secretos franceses llevan meses siguiendo la pista de algunas de las «ramificaciones» e «intenciones» del Estado Islámico de Jorasán, llegando a establecer durante las últimas semanas la alerta máxima en Francia «como medida de precaución», una decisión basada, según el mandatario francés, en «elementos creíbles y sólidos».
Para Macron no hay dudas de la responsabilidad del Estado Islámico en los asesinatos de Moscú, algo que la inteligencia su país y la de varios socios internacionales han podido demostrar tras meses de seguimiento. El presidente francés ha pedido a Rusia evitar «cualquier instrumentalización o deformación y ser exigente y eficaz». «Sería a la vez cínico y contraproducente para Rusia y para la seguridad de sus ciudadanos utilizar este contexto» contra Ucrania, aseguró el líder galo.
Macron, muy crítico con el régimen ruso y su homólogo en el Kremlin había insinuado hace tan solo una semana la posibilidad de enviar tropas de su país al frente ucraniano, lo que provocó la ira inmediata de Moscú. Al ser preguntado sobre un posible contacto con Putin, Macron respondió que «se han establecido contactos a todos los niveles, técnicos y ministeriales, para poder proponer nuestra cooperación (antiterrorista). Teniendo en cuenta las informaciones que tienen nuestros servicios secretos y los elementos que pueden ser útiles para los rusos, se hará a ese nivel».
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