Guerra en Ucrania
Putin refuerza su poder militar
El Ministerio de Defensa ruso anunció ayer un plan para modernizar y ampliar su Flota en el mar Negro, con base en Crimea, en la ciudad de Sebastopol. Una afrenta para Kiev, que aún reclama la titularidad de la península. Además, el plan viene a mostrar las prioridades del Kremlin, pues, pese a coincidir con un momento de fuerte de-saceleración de la economía nacional, cuenta con una generosa dotación de unos 1.750 millones de euros (que se suman a los 3.600 millones del plan para dinamizar la economía de la región anexionada).
«En las áreas donde tiene sus bases nuestra flota serán creadas unidades de defensa antiaérea e infantería de Marina. Además, este año la flota del mar Negro recibirá nuevos submarinos y buques de superficie de nueva generación», explicó ayer el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu. Los nuevos submarinos serán seis, de ataque, a propulsión convencional, mientras que los buques serán patrulleros. «Cuando todas las bases cerca de Sebastopol vuelvan a quedar bajo control ruso, la Marina ampliará su infraestructura con otras instalaciones, como la base naval de la localidad de Donuzlav y varias bases aéreas. Sin embargo, tras 20 años de control ucraniano, las instalaciones militares requieren una actualización completa debido a la carencia de inversiones por parte de Ucrania», concluyó Shoigu.
Por otra parte, con el conflicto en Ucrania y la reciente anexión de Crimea de fondo, se está fraguando una nueva polémica entre Moscú y Occidente a cuenta del desfile del Día de la Victoria, que se celebra este viernes 9 de mayo, y en el que se conmemora la capitulación nazi y fin de la Segunda Guerra Mundial. Desde hace días, en toda Rusia se adecentan las calles tras el largo invierno, brotan banderas como setas y carros de combate ensayan en las calles de madrugada. Es la fecha más importante del calendario ruso. Aunque el evento central será el desfile en la moscovita Plaza Roja, con una nueva exhibición de músculo militar al mundo, habrá desfiles más sencillos en muchas otras ciudades del país, y entre ellas, desde hace un mes y medio, Rusia cuenta como propias las de la península de Crimea.
De hecho, los medios de comunicación estatales recuerdan profusamente estos días el papel «heroico» de este terreno durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, dadas las circunstancias, la celebración de los desfiles en Crimea levanta ampollas tanto en Kiev como en Bruselas, una china en el zapato de la vía diplomática en el conflicto ucraniano que Moscú, de la mano de Alemania, parecía priorizar desde hacía cuatro días. Ha sido precisamente la canciller germana, Angela Merkel, quien ha puesto el grito en el cielo, especialmente por el rumor, aparecido en medios alemanes, de que el presidente Vladimir Putin en persona podría acudir este viernes a Crimea. Un escenario en realidad improbable, pues le obligaría a ausentarse de la capital, siendo la primera vez en la historia que el máximo mandatario del país no presidiría el desfile en la Plaza Roja. «Hace unos años estuve en Moscú el 9 de mayo para mostrar que habíamos aprendido de la Historia. Por eso me parece lamentable que en estos momentos se piense instrumentalizar esa fecha en medio de una crisis como la actual», se quejó ayer Merkel.
Pero la bronca a propósito del Día de la Victoria no termina en Crimea, pues Rusia, a través del presidente del Parlamento, Serguei Narishkin, calificó ayer de «lamentable» que el Gobierno de Kiev haya cancelado el desfile para este año en la capital ucraniana. «Es una fiesta sagrada para los países de la antigua URSS y para todos los europeos sensatos, en la que recordamos a los que dieron la vida por liberar a Europa del fascismo», explicó Narishkin.
En otro orden de cosas, EE UU denunció ayer un aumento de la actividad de las Fuerzas Aéreas rusas en el Pacífico cerca de California. El general Hebert «Hawak» Carliste vinculó el registro de aviones Tupolev TU-95, propios de la Guerra Fría, en Guam a la crisis con Ucrania. «Lo que ocurre en Ucrania y Crimea supone una amenaza para nosotros, para Asia y para Europa también», sostuvo ayer el general en el Centro de Estudios Estratégicos en Washington, según informa Reuters.
Desde el plano diplomático, el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, se reunió ayer en Viena con varios homólogos europeos, incluido el ucraniano, aunque con éste sólo durante unos pocos minutos. El jefe de la diplomacia rusa insistió en la idea lanzada el domingo por el Kremlin de suspender las elecciones programadas en Ucrania para el 25 de mayo. En su opinión, sería «insólito que se celebrasen mientras se emplea al Ejército contra la población».
✕
Accede a tu cuenta para comentar