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Putin reta a Obama
Rusia desafía a EE UU y no extraditará a Snowden, que sigue en Moscú. China y Hong Kong arremeten contra Washington por su presión «infundada»
Vladímir Putin reconoció que Edward Snowden está en la terminal de tránsito del aeropuerto moscovita de Sheremétievo y descartó su extradición a Estados Unidos, país con el que no tiene un tratado bilateral.
El ex agente de la CIA Edward Snowden está en Moscú. Y llegó por sorpresa. Parece que mientras que los analistas consideraban a Rusia como un posible destino dispuesto a darle asilo o acogerlo, Rusia no se lo planteó. O así lo ha contado su presidente, Vladimir Putin, quien describió ayer como «una absoluta sorpresa» la llegada del filtrador norteamericano al aeropuerto de Sheremetievo. Además, descartó que Snowden haya trabajado o lo haga en la actualidad con los servicios secretos rusos.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, confió en que se evite la «confrontación» con Rusia y pidió a las autoridades moscovitas que entreguen al filtrador. Washington también conminó a Moscú a que mantenga «la buena cooperación» de los últimos meses en material policial –especialmente tras los atentados de Boston– y explore «todas las opciones» para entregar al ex técnico de la CIA. «Aunque no tenemos un tratado de extradición con Rusia, existe una clara base legal para expulsar a Snowden, a partir del estatus de sus documentos de viaje y los cargos pendientes sobre él», dijo un portavoz del Departamento de Estado, que recordó que el año pasado Estados Unidos entregó a las autoridades rusas a cerca de un centenar de personas buscadas por la Justicia rusa, incluidos criminales muy peligrosos.
Pero Putin fue tajante y descartó una posible extradición a Estados Unidos, dando como razón el hecho de que el Kremlin no tiene un tratado bilateral con la primera potencia económica mundial. «Solo podemos entregar a ciudadanos extranjeros a aquellos países con los que tenemos los correspondientes tratados de extradición de criminales», subrayó, un punto de vista que no comparte Estados Unidos.
Putin fue más allá y dio el siguiente ejemplo: «Es lo mismo que esquilar a un cerdo: mucho ruido y poca lana». En efecto, Snowden es un pasajero de tránsito que no necesita visado ni ningún otro documento ya que no atravesó la frontera rusa. «Como pasajero en tránsito tiene derecho a comprar un billete y volar donde le dé la gana. No ha cruzado la frontera rusa y por tanto no necesita visado», insistió el presidente ruso, quien añadió que «cuanto más rápido elija su destino final, mejor será para nosotros y para él».
Desde Pekín, se calificaron como «infundadas» las acusaciones de Washington que señalan que China ayudó a Snowden con el fin de no extraditarlo a Estados Unidos: «No es razonable por parte de Estados Unidos cuestionar la gestión de Hong Kong de sus asuntos de acuerdo a la ley».
Pero parece que en este caso, el interés de ambas potencias es mantener unas relaciones estables para garantizar «los intereses fundamentales de ambos países», dijo la portavoz de Exteriores china en la rueda de prensa habitual en Pekín. «Esperamos que Estados Unidos trabaje con China para alcanzar un consenso en los asuntos de fricción y en las diferencias entre ambos y progresar en las relaciones bilaterales», agregó.
«El Diario del Pueblo», el periódico oficial del Partido Comunista Chino, abundó más en el análisis y publicó que «Estados Unidos ha pasado de ser un modelo de los derechos humanos a un espía en la privacidad personal, el manipulador del poder central a través de Internet y el invasor enfermo de las redes de otros países».
Por su parte, desde Hong Kong también se defendieron de las acusaciones lanzadas por Washington, en las que subrayaban su enfado con la ex colonia británica por no haber arrestado al ciudadano al que consideran un fugitivo. Hong Kong argumentó que EE UU no había dado información crucial, como el nombre completo y el número de pasaporte de Snowden, necesarios para apoyar la solicitud de detención antes de que saliese de la ciudad el domingo. Según el secretario de Justicia de Hong Kong, Rimsky Yen Kwok-keung, desde que Snowden saliese en un vuelo de la aerolínea rusa Aeroflot, Washington no ha respondido a la solicitud para completar la información que faltaba.
Varios periodistas han intentado buscar a Snowden desde el domingo en la zona de tránsito internacional del aeropuerto ruso de Sheremetievo. Pero el fugitivo no aparece.
Según «The Guardian», la visa de tránsito de Snowden caduca hoy, con lo que tendría que abandonar el país a menos que le sea entregado un permiso especial. Si finalmente abandona el aeropuerto moscovita, una opción probable es que Snowden viaje a Ecuador, donde el Gobierno de Rafael Correa –que ya concedió refugio a Julian Assange, fundador de Wikileaks, hace un año– estudia darle asilo político para que pueda vivir en este país.
Una potencia que pierde poder de intimidación
Cuando el presidente Obama quiere que un país haga algo que puede comprometer a Estados Unidos ante la comunidad internacional, levanta el teléfono y se lo pide personalmente al presidente de turno. Sabedor Obama de que en esta ocasión ninguno de los líderes internacionales iba a cumplir con su deseo de extraditar al filtrador Edward Snowden, han sido los diplomáticos norteamericanos quienes han hablado con Moscú, Hong Kong, Quito y Pekín, las capitales implicadas en el culebrón internacional del «caso Snowden». Lo cierto es que Washington no parece tener un gran poder de intimidación en este asunto. El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo ayer que «Snowden es un hombre libre» y que no puede extraditarle. Sin embargo, fueron las autoridades de Moscú las que en el pasado declararon «persona non grata» al inversor Bill Browder cuando éste intentaba aterrizar en Rusia en 2005. Washington está sufriendo reveses vergonzantes en el caso de la revelación masiva de secretos difundidos por Snowden. El primero de todos es que el filtrador se llevó cuatro ordenadores con abundante documentación secreta. ¿Por qué la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana no le atrapó antes de que se marchase a Hong Kong? ¿Por qué no habla Obama sobre este asunto? ¿Por qué no presiona con más dureza a China y Rusia, dos países que aprovechan cualquier oportunidad siempre que pueden para humillar a Washington?
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