Literatura

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«Que nos acojan en España es un sueño hecho realidad»

Su padre, agradecido y emocionado, le pide a Europa «que no se olvide de toda la gente que sufre cada día» en los campos de refugiados

Osman, junto a sus hermanos mayores Jamil y Monir, que también recibirán asilo
Osman, junto a sus hermanos mayores Jamil y Monir, que también recibirán asilolarazon

Hoy llega desde Idomeni Osman, el niño afgano con parálisis cerebral. El pequeño será tratado en el Hospital La Fe de Valencia.

«Estamos felices de pensar que por fin Osman va a ser tratado en un hospital. Hemos sufrido mucho en las últimas semanas porque veíamos cómo empeoraba y no podíamos hacer nada. Es un sueño hecho realidad». Éstas fueron las primeras palabras que Ata, el padre de Osman, dijo entre lágrimas al conocer la noticia. El pequeño llega hoy a España, al Hospital La Fe de Valencia, gracias a las más de 150.000 firmas recogidas en la página change.org tras una petición de la ONG Bomberos en Acción y entregadas al Gobierno español el 27 de abril, a CEAR, así como a la implicación personal del Ministro de Exteriores en funciones, José Manuel García Margallo, que en una entrevista hace unos días apuntaba que «vamos a hacer lo que podamos por ese niño».

Osman sufre parálisis cerebral. Nació sano hace ocho años, pero con tan sólo uno enfermó de meningitis y las secuelas fueron las peores: sufre crisis de forma constante, sus músculos se contraen, tiene problemas respiratorios y padece desnutrición. «En Afganistán, antes de que huyéramos, pesaba 12 kilos. Ahora sólo ocho, y mide 90 centímetros. No tenemos dinero para comida ni para nada. Su madre y yo sufrimos cada día por él. Este campo no es el lugar en el que debe estar mi hijo. Sólo pedimos ayuda para llevarle a un país que pueda darle los cuidados que necesita», contaba a LA RAZÓN su padre, Ata Mohamed, con tristeza e impotencia hace dos semanas en el campo de Idomeni. Su madre Palwasha y sus hermanos, Jamil (de nueve años) y Monir (de ocho), se desviven por él. No le quitan el ojo de encima. Los cinco salieron de Afganistán a primeros de marzo y, tras un angustioso y largo viaje, llegaron a la frontera que separa Grecia de Macedonia. Desde el 10 de abril estaban atrapados allí.

Fue en Idomeni donde la ONG Bomberos en Acción conoció a Osman después de que sufriera una crisis de espasticidad, una enfermedad que afecta al sistema nervioso. Ata, su padre, acudió al hospital de campaña de esta ONG. «Su padre nos trajo al pequeño muy nervioso. Tenían la tienda cerca de nosotros y se encontraba perdido, no sabía qué hacer. Le ayudamos y desde entonces, todos los días nos ha ayudado con el trabajo aquí en el campo. Era uno más de nosotros», relata Ernesto Almagro. Este bombero madrileño, junto a varios de sus compañeros, han tratado de hacerle la vida más fácil. «Le construimos con palés y con los pocos recursos de los que disponíamos una camilla para que pudiera estar incorporado. El médico nos dijo que era importante cambiarle de posición», añade. No sólo eso. También le compraron una silla ortopédica en Tesalónica, a una hora del campo de refugiados. Poco a poco se intentó mejorar su calidad de vida, pero todo era insuficiente cuando hablamos de un niño en situación crítica.

El pasado 4 de mayo la vida de Osman y de su familia cambió por completo. Una llamada del Ministerio de Exteriores comunicó la buena noticia a Bomberos en Acción en Idomeni. «Fue una enorme alegría. En un principio quisimos ser prudentes y esperar la confirmación, pero una vez recibida decidimos que había que comunicárselo a la familia afgana», cuenta Vicente Carro, que pertenece a la iniciativa ciudadana Pasaje Seguro para las personas Refugiados. Se incorporó al trabajo que realizaban Bomberos en Acción en Idomeni hace unas semanas y ha seguido el caso muy de cerca. «A eso de las 8 de la tarde, nos acercamos todos los compañeros a la tienda de campaña de Osman. La rodeamos entera y pedimos a la familia que salieran. Al vernos, ya imaginaron que habían llegado noticias de Madrid. Cuando se lo confirmamos, Ata rompió a llorar, como su mujer. Se fundieron en un abrazo para después abrazarnos a cada uno de nosotros. No se podía creer que después de tanto luchar, por fin su sueño se hiciera realidad», recuerda Vicente.

Los últimos días los ha pasado fuera de Idomeni. Bomberos en Acción se encargó de trasladar a la familia a un piso en Axiopolis, un pueblo a diez kilómetros de Idomeni, para que estuvieran más tranquilos. El domingo, una furgoneta preparada se encargó de trasladarlos a Atenas, desde donde parte hoy el avión con destino Madrid. Según fuentes de la ONG, Osman aterrizará en el aeropuerto de Barajas sobre las 19:00 horas. Según explicó el titular interino de Exteriores en una entrevista a EFE, «el plan es que llegue a Madrid y de ahí a Valencia, espero que el martes. La Delegación del Gobierno ha previsto que vengan también sus padres y hermanos, que serán derivados al centro de atención a refugiados de Mislata (Valencia)». «El niño –señalaba el ministro– será trasladado a un hospital designado por la Generalitat Valenciana en función de las necesidades y atención específicas que requiera».

Esta operación se realiza en coordinación con el President Ximo Puig y la Consellera de Sanidad, Carmen Montón. El Ministerio de Exteriores y Bomberos en Acción solicitaron a la Generalitat que acogiese a este niño afgano, dada su delicada situación. El delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, señaló ayer que cuando Osman, sus padres y sus dos hermanos estén en Valencia se iniciará, a través de la Comisión de Refugiado, el «proceso de protección o asilo internacional» de la familia. El padre de Osman cuenta con un pasaporte afgano, pero el resto perdió su documentación durante el trayecto hasta Idomeni y ha sido gracias a Exteriores que se les ha expedido un salvoconducto.

Para la familia de Osman se abre un futuro esperanzador. No ocurre lo mismo con los más de 7.000 refugiados que siguen malviviendo en Idomeni y a los que Ata, padre del pequeño, dedicó sus últimas palabras antes de poner rumbo a España: «Yo solo espero que los niños que hay en este campo tengan la misma oportunidad que va a tener Osman y sus hermanos. Le pido a Europa que no se olvide de toda la gente que sufre cada día aquí».