Sahel

¿Qué papel juega la Unión Europea en la reavivación del conflicto de Mali?

La retirada de la misión de Naciones Unidas en el país reavivó este verano los choques entre Bamako y los independentistas de Azawad

Malí.- Mueren dos personas en un ataque con proyectiles de mortero contra la ciudad de Tombuctú, en Malí
Esta semana fallecieron dos personas en un ataque con proyectiles de mortero contra la ciudad de Tombuctú, en Malí.Europa Press

Lo que acontece en el norte de Mali es desde hace varias semanas la noticia más relevante para Europa en África. Y suma puntos si tu país toca con el Mediterráneo. Pese a la escasa cobertura mediática que se le está concediendo en Occidente, basta un vistazo a los actores implicados (Bamako, los tuareg, Wagner, los fulani, los árabes, minas de oro, los ochenta grupos separatistas que difieren en el orden de los párrafos, fundamentalistas del Estado Islámico del Gran Sáhara, filiales de Al Qaeda del Magreb Islámico, Naciones Unidas, los cazadores dogon, Rusia y Putin, Europa, Francia, el tráfico de cocaína, Argelia…) para saber que lo que ocurre en la puerta trasera del Sáhara toca de lleno en Europa.

Del resultado de esta guerra dependen las cifras migratorias del año que viene y el precio de la cocaína en Madrid, la amenaza yihadista, la legitimidad de Assimi Goita como jefe de Estado y el desarrollo de la estrategia de Rusia en la región. Si la estrategia rusa falla, Bamako podría volver a fijarse en la Unión Europea. Puede incluso que se decida finalmente quien vencerá en la batalla interna del fundamentalismo islámico, si el Estado Islámico del Gran Sahara o los retoños de Al Qaeda en el Sahel. Es importante. Y la maquinaria de guerra funciona aquí a toda pastilla. Es una maquinaria atascada por el polvo en la época seca, oxidada por la lluvia, menos llamativa que el último armamento en Ucrania, pero una maquinaria al fin y al cabo.

La batalla por el apoyo popular

Empieza por la propaganda. En la ONU se acaricia la idea de que la brutalidad de los métodos inducidos por Wagner en las Fuerzas Armadas de Mali (FAMA) harán que la población recele de ellos y opte por unirse a otro de los grupos que tienen para elegir en la zona, mientras los agentes de información de Bamako hacen correr el rumor de que Francia está armando a los yihadistas. Los yihadistas parecen haber hilado la importancia que tiene el apoyo popular con la victoria, y este sábado emitieron un comunicado donde acusaban a tropas rusas y malienses de matar a 13 civiles. La Coordinación de Movimientos de Azawad (CMA) acusa igualmente a las FAMA de atacarles desde hace semanas.

En Bamako negaron al principio que estuvieran ocurriendo agresiones contra los independentistas, hasta que una riada de imágenes irrefutables han inundado las redes desde el lado tuareg: vehículos que hace pocos meses desfilaban por la capital tras arribar desde China aparecen chamuscados o infestados de rebeldes de Azawad, un dron Orlan-10 de fabricación rusa que se estrelló varios kilómetros al este de Gao “por razones desconocidas”, tiroteos en varias de las bases que la ONU ha dejado en su retirada (iniciada en el mes de julio)….

En Tombuctú sigue vigente un toque de queda de 8 p.m. a 6 a.m., y que durará hasta el 10 de octubre, entre que los ataques de mortero llevados por los yihadistas contra objetivos civiles y militares se han multiplicado en los últimos días. La lucha es confusa porque afecta a una variedad de grupos que se alían en unos casos y se enfrentan contra otros, un batiburrillo de siglas que nacen entre las espinas de las acacias. Un momento se enfrentan las FAMA contra el independentismo de Azawad y al otro interviene la yihad, o Rusia. Pero no por ser confusa deja de ser una lucha importante.

Lluvia de aviones

En dos semanas, Bamako y sus aliados rusos han perdido un Su-25, dos Albatros L-39, dos helicópteros, el Orlan-10 y un Il-76 con capacidad de carga de 40 toneladas. Parecería que les sobran los aviones a aquellos, aunque esta lluvia de hierro demuestra otra realidad: que la guerra es abierta y que ninguno va a escatimar para ganarla, dentro de lo que sería un gasto en armas acorde con los niveles económicos de África. Assimi Goita incluso decretó que no habría festejos por el aniversario de la independencia de Mali, sino que la partida presupuestaria destinada a ello se repartiría entre las familias de los soldados malienses muertos en las últimas semanas. Este improvisado cambio de planes en el día de la independencia permite observar una psicología social que se desenvuelve en Bamako condicionada por el conflicto, los muertos y la indecisión.

La información que llega del frente es difícil de deshilar y a los periodistas que se acercan los secuestran o los matan. Las cuevas de Francia, Rusia y del panafricanismo militar no dejan de escupir trolls que falsean las noticias a su favor, mientras los militares malienses se cerraron a la prensa europea cuando tomaron el poder a tiros. Incluso Al Qaeda lanza ahora comunicados con tintes humanistas, y los secesionistas comienzan a dejar sus diferencias de lado para enfrentarse a la capital. El CSP (Cuadro Estratégico Permanente) de Azawad, que posee fuertes vínculos con Italia y Argelia, concuerda con sus hermanos de la CMA en su lucha y hace apenas cuatro días que declaró al medio galo RFI que “queremos ver caer a la junta [militar]”. A principios de septiembre, el CSP ya afirmó haberse enfrentado a las FAMA y operativos Wagner por el control de la base de Bourem, ubicada cien kilómetros al norte de Gao, en un enfrentamiento que concluyó con la retirada de los independentistas.

Todavía quedan militares españoles en Bamako, aunque su número hace meses que bajó de los 170. La misión Europea EUTM Malí, que adiestró al ejército maliense durante años y haciendo un trabajo extraordinario desde un punto de vista tanto militar como humanitario, se ha visto recortada sin remedio por la sombra rusa, cada vez más recluida en las bases y con menores competencias. La última baja fue Irlanda, el 11 de septiembre, momento en que el país abandonó la misión tras diez años participando en ella. Cabe un minuto de silencio por todos los soldados alemanes, húngaros, irlandeses, españoles, italianos, checos, suecos, etc., que intentaron hacer algo bueno en Mali. Fue una lástima que no interesara a sus compatriotas vestidos de civil pero es inútil lamentarse ahora. La plaza europea en Mali ya la hemos perdido.