Opinión
Por qué Putin hará todo lo que le pida China
El presidente Xi Jinping es la única persona que puede ordenar a Moscú que se retire de Ucrania
El primer año de la guerra entre Rusia y Ucrania estuvo marcado por toneladas de comentarios sobre una posible paz y los líderes europeos instando a Kyiv a iniciar conversaciones con Moscú mientras los funcionarios estadounidenses aconsejaban al presidente Zelenski para "que empiece a pensar en sus demandas y prioridades realistas para las negociaciones". Por su parte, los comunistas chinos presentaron su "plan de paz" de doce capítulos hecho con puras banalidades. Fui testigo de su anuncio, realizado por Wang Yi en la Conferencia de Seguridad de Múnich, y tenía claro de que no seduciría a ninguna de las partes del conflicto, pero diría que el papel de China en la resolución de la crisis ucraniana podría ser mucho mayor de lo que ha sido desde que comenzó la guerra.
Durante varios años, los analistas políticos estadounidenses escribieron decenas de artículos sobre la peligrosa deriva de Moscú hacia Pekín. Su idea principal era que Occidente no debía "ceder" Rusia a China y, por tanto, debía acercarse al Kremlin de una manera más amistosa. Los recientes acontecimientos, sin embargo, demostraron que Rusia actuó de una manera mucho menos racional de lo que lo ha venido haciendo China, y la estrategia podría corregirse. Con el conflicto entre Rusia y Ucrania amenazando los cimientos de la estabilidad mundial, China podría decir una palabra muy necesaria, pero sólo si tiene buenas razones para hacerlo.
Pekín parece ser ahora el mayor beneficiario de la guerra en curso. Durante años, Moscú creyó que era un socio igualitario en la alianza China-Rusia, incluso mientras la generación más joven de expertos chinos se limitaba a bromear sobre estas suposiciones en privado. Tras un año de humillación en primera línea de combate, cuando el "segundo ejército más poderoso del mundo" no puede capturar una pequeña ciudad de Bajmut durante seis meses ni siquiera con la ayuda de miles de criminales convictos y armados con munición comprada en secreto a Irán, Rusia no puede considerarse como tal.
China es ahora su mayor socio comercial, con cerca del 26% de todo el comercio exterior; es casi el único proveedor de coches, ordenadores, circuitos electrónicos integrados y teléfonos inteligentes; el mercado potencial más importante para el carbón y el gas rusos. Además, Rusia depende vitalmente de la liquidación de sus facturas en yuanes, que en febrero se convirtió en la divisa más negociada en la Bolsa de Moscú y que está oficialmente reconocida como moneda básica para el Fondo Nacional Ruso de la Riqueza. Cuanto más débil se vuelva Rusia, mayores serán las posibilidades de China de apropiarse -digamos, al menos económicamente- de las regiones rusas del Lejano Oriente.
Pero, al mismo tiempo, China necesita desempeñar un papel en las relaciones internacionales que se corresponda con su peso en la economía mundial. Si uno busca en Google el término "Tratado de Pekín", se referirá a la convención de Pekín de 1860, un "acuerdo desigual" que China, derrotada, se vio obligada a firmar con las victoriosas naciones europeas. Pero ahora China, creo, tiene una buena oportunidad de irrumpir en la "primera liga" de las potencias mundiales si consigue mediar en la paz en Ucrania, donde Occidente no tiene tantas posibilidades de avanzar. El presidente Xi es la única persona que puede ordenar al presidente Putin que se retire de Ucrania, ya que sin el apoyo de China la economía rusa no puede sobrevivir y todo el mito de que Rusia está pivotando con éxito hacia el Este se derrumbará. En conjunto, estos acontecimientos pondrán fin al gobierno de Putin y, muy probablemente, también a su vida, por lo que estoy bastante seguro de que Moscú hará lo que diga Pekín, si lo dice de forma clara y argumentada.
Estados Unidos y Europa, por su parte, deberían enviar a China una señal clara de que agradecerán un servicio así. Con todos los problemas que China causa en el Pacífico, no ha invadido Taiwán y, en mi opinión, se abstendrá de hacerlo en el futuro. En consecuencia, Rusia se ha negado a negociar una gran alianza con Occidente que se construya sin China (y en parte contra ella), así que ¿por qué no intentar establecer relaciones mucho más estrechas entre Occidente y China dejando de lado a Rusia? Al fin y al cabo, fue la idea principal de Kissinger hace cincuenta años, así que quizá vuelva a intervenir, en junio, por ejemplo, tras las celebraciones de su centenario.
Una estrategia de este tipo podría crear una nueva arquitectura mundial, aparentemente estable, puesto que las relaciones económicas entre los tres países del Primer Mundo son mucho más profundas que las que cualquiera de ellos tenía con Rusia. Además, yo diría que la China próspera y económicamente exitosa todavía no se ha dado cuenta de que la oportunidad de democratizar Rusia ya la ha perdido, por lo que un bloque de este tipo podría tener perspectivas mucho mejores que uno que incluyera a Moscú.
Para concluir, quiero dejar muy claro mi punto de vista: pensemos en lo que Occidente puede ofrecer a los líderes chinos a cambio de llevar a las hordas de Putin de vuelta al interior de las fronteras rusas de 1991. Parece que el presidente Macron se está preparando para hablar precisamente de estas cuestiones con los gobernantes de Pekín durante su próxima visita a China a principios de abril. Si el premio es lo suficientemente alto, pueden obtener de Rusia casi todo lo que puedan necesitar, y lo que venga después podría ser el comienzo de un nuevo orden global, más estable y pacífico que el que surgió de la Guerra Fría...
✕
Accede a tu cuenta para comentar