Desastre

¿Quién gana con la destrucción de la presa en Ucrania? El motivo por el que Kajovka ha saltado por los aires

Moscú asegura que la represa ha sido destruida con un ataque con lanzaderas de misiles múltiples Alder por parte de Ucrania

Un asesor principal del presidente Volodimir Zelenski ha acusado a Rusia de destruir la represa ucraniana de Kajovka para obstaculizar la contraofensiva de las fuerzas armadas de Ucrania: “Rusia voló las represas de la central hidroeléctrica Kajovka. El propósito es obvio: levantar obstáculos insuperables en el camino de avance de las fuerzas ucranianas y ralentizar el justo final de la guerra”, dijo Mykhailo Podolyak.

La explicación en clave militar no admite muchas opciones. A Rusia le preocupa un ataque anfibio a través del delta del Dniéper. Volar la presa hará que el cauce del río sea mucho más ancho y por tanto será más complicado cruzarlo de cara a una ofensiva. "Hay muchas razones por las que Rusia teme el avance de las fuerzas armadas ucranianas hacia el sur, entre ellas la recuperación de tierras cultivables y la central nuclear de Zaporiyia, además de una seria amenaza a Crimea", explica el analista militar ucraniano Mykola Bieleskov.

Aún está por ver el alcance real del desastre medioambiental y huminario de este ataque a una infraestructura estratégica. Pero los analistas aventuran qué bando será el más afectado a corto y largo plazo. La orilla izquierda del río está controlada por Rusia y es más baja que la orilla en manos de Ucrania, por tanto se inundará más el lado ruso, si bien las autoridades ucranianas consideran que la zona bajo su control también se verá afectada y sufrirá más las consecuencias ambientales y humanitarias con el paso del tiempo.

La pregunta que muchos se hacen es por qué Moscú querría volar la infraestructura si buena parte del agua se está vertiendo hacia el margen que sigue controlando Moscú. El analista Bieleskov ofrece este argumento: "Para demostrar que aún pueden hacer estupideces. Pero si hubiera detrás una razón más seria podría pensarse que lo han hecho para dificultar el cruce de las tropas ucraniana".

Se cree que unas 16.000 personas se encuentran en la zona afectada en el lado ucraniano del río. Unas nueve ciudades y pueblos en la región de Jersón ya habían quedado inundados total o parcialmente a las nueve de la mañana, según Oleksandr Prokudin, jefe de la administración militar regional. El nivel del agua cerca de la localidad ucraniana de Nova Kajovka, ocupada hace más de 15 meses por Rusia y en cuya presa se produjo la voladura, asciende ya a más de 10 metros, indicó el alcalde de la localidad impuesto por Moscú, Vladímir Leontiev. "El agua ha subido, sigue subiendo. Dentro de 72 horas, según las previsiones, bajará. La ciudad se está inundando, la avenida del Dniéper ya está bajo agua. Esto significa que el agua ha subido más de 10 metros", dijo a los medios rusos Leontiev, según la agencia oficial TASS.

Ucrania comenzó este lunes una ofensiva contra las fuerzas rusas a lo largo de la línea del frente, avanzando con tanques, artillería y brigadas de asalto suministrados por Occidente. Aunque Kiev guarda silencio sobre una posible operación a gran escala, funcionarios estadounidenses confirmaron este lunes que los combates han aumentado en varios puntos.

¿Cómo se destruyó la presa?

El elemento que produjo la rotura de la presa no se conoce realmente. Rusia asegura que la voladura se llevó a cabo por un ataque con lanzaderas de misiles múltiples Alder ucranianas. Según Kiev, se debe a una explosión provocada desde dentro de la central hidroeléctrica.

Lo que sí se conoce es el número de potenciales afectados. En total, serían 14 localidades dañadas por las inundaciones, donde viven 22.000 personas, según el presidente del Gobierno impuesto por Moscú en la región de Jersón, Andréi Alekseenko.

Según el organismo de control nuclear de la ONU, la Agencia Internacional de Energía Atómica, la destrucción de la presa, que da servicio a los habitantes de la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014, no supone una amenaza inmediata para la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa. Esta planta está controlada por Rusia y sus seis reactores están paralizados desde el inicio de las hostilidades en la zona. El operador nuclear estatal de Ucrania, Energoatom, afirmó en un comunicado de Telegram que la voladura de la presa “podría tener consecuencias negativas para la central nuclear de Zaporiyia", pero matizó que la situación era “controlable”.

En función del impacto de la rotura de la presa, es posible que se pueda considerar la voladura como un crimen de guerra, establecido por la convenciones de Ginebra. Los Protocolos Adicionales incorporados en 1977 a los Convenios de Ginebra (1949) advierten de que "lanzar un ataque contra obras o instalaciones que contengan fuerzas peligrosas a sabiendas de que dicho ataque causará una pérdida excesiva de vidas, lesiones a civiles o daños a bienes de carácter civil" supone una violación grave del Derecho Internacional, informa Efe.

¿Cómo ha reaccionado Occidente?

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó este martes que la destrucción de la presa de Kajovka es una prueba de la "brutalidad de la guerra de Rusia en Ucrania". Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, se mostró "conmocionado" por el ataque a la presa y subrayó que la destrucción de infraestructuras civiles es "claramente un crimen de guerra". "La destrucción de infraestructuras civiles constituye claramente un crimen de guerra, y exigiremos responsabilidades a Rusia y a sus aliados", afirmó Michel en su cuenta oficial en Twitter, en el que manifiesta la conmoción de los 27 por este "ataque sin precedentes".