Racismo

¿Quiénes son las cuatro congresistas demócratas atacadas con mensajes “racistas” por Trump?

Las nuevas archienemigas y foco continuo de lascríticas del presidente se defienden de los inéditos ataques racistas lanzados por el inquilino de la Casa Blanca

Ayanna Pressley, Ilhan Omar, Alexandria Ocasio-Cortez y Rashida Tlaib se defendieron ayer de los ataques racistas lanzados por Trump
Ayanna Pressley, Ilhan Omar, Alexandria Ocasio-Cortez y Rashida Tlaib se defendieron ayer de los ataques racistas lanzados por Trumplarazon

Las nuevas archienemigas y foco continuo de lascríticas del presidente se defienden de los inéditos ataques racistas lanzados por el inquilino de la Casa Blanca.

El presidente Donald Trump desató la polémica el pasado fin de semana al atacar a cuatro congresistas demócratas de minorías étnicas con mensajes tachados de “racistas”. Lo hizo a través de sus redes sociales, iniciando un ir y venir de acusaciones que se han extendido hasta la fecha y todo apunta a que seguirá haciéndolo a lo largo de toda la campaña electoral.

Sin hacer mención expresa al nombre de estas cuatro jóvenes mujeres estadounidenses nacionalizadas, tres de ellas nacidas en el país aunque de origen latino, afroamericano y musulmán, Trump no dejó lugar a dudas que sus comentarios hacían referencia a Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar, Ayanna Pressley y Rashida Tlaib.

La diversidad racial de este “escuadrón” de legisladoras ha sido el blanco de los ataques del presidente, a quienes ha dirigido acusaciones como «Si odias a tu país o no eres feliz aquí, te puedes ir», invitándolas a “volver a sus países de origen”. Ellas se defendían en una comparecencia ante los medios, denunciando que la de Trump era una maniobra de “distracción” y alentando a medios y a ciudadanos a “no picar el anzuelo” e ignorar sus comentarios “racistas”.

Las cuatro congresistas simbolizan el cambio histórico que experimentó por primera vez el Congreso de EEUU cuando, en las elecciones de mitad de mandato, en noviembre de 2018, fueron elegidas con la mayor representación de mujeres nunca antes alcanzada en ambas Cámaras.

Alexandria Ocasio-Cortez, nacida en el Bronx de Nueva York y de padres puertorriqueños, se convertía a sus 29 años en la congresista más joven de EEUU tras arrebatarle el puesto al veterano y favorito de su partido, Joe Crowley, en las primarias demócratas. Desde su llegada a Washington, el ciclón Ocasio-Cortez no ha dejado a nadie indiferente.

Autoproclamada “demócrata socialista”, AOC ha generado un gran impacto entre sus millones de seguidores en redes, con quienes comparte el minuto a minuto de su nueva trayectoria política, tras haber pasado por la Universidad de Boston para estudiar Economía y Relaciones Internacionales, trabajando como coordinadora comunitaria y haciendo horas extras como camarera para financiar sus estudios. Esta millenial sin pelos en la lengua a menudo pone entre la espada y la pared a republicanos, congresistas y senadores, desmontándoles sus argumentos con discursos que se vuelven virales cada vez que los pronuncia.

Otra elección histórica en las legislativas de noviembre de 2018 fue la de Rashida Tlaib, la primera mujer de origen palestino en el Congreso. Nacida en Detroit, Michigan, es la hija mayor de 14 hermanos de padres inmigrantes palestinos, siendo también la única de su familia en graduarse de secundaria y estudiar en la universidad. Junto a Ilhan Omar, se convirtió en una de las dos únicas mujeres musulmanas elegidas en el cargo, cuyo juramento realizó vistiendo el tradicional traje palestino elaborado a mano por su propia madre.

La polémica también ha acompañado a la congresista de origen palestino en algunas ocasiones, como cuando hizo un llamado fuera de tono para un juicio político contra el presidente, justificándose con un “”siempre le digo la verdad al poder” tras el revuelo que causó Tlaib.

Otro miembro del famoso “escuadrón” que ha sentado precedentes en el Capitolio de EEUU ha sido la congresista por Massachusetts, Ayanna Pressley, convirtiéndose en la primera mujer afroamericana elegida para el cargo. Nacida en Cincinnati y criada en el estado de Ohio, estudió en la Universidad de Boston y trabajó como asistente del congresista Joseph P. Kennedy II y del senador John Kerry durante más de una década.

Esta madre solera de 45 años, lanzó con éxito su primera campaña como la primera mujer de minoría étnica en ser elegida en el Consejo de la Ciudad de Boston en sus 100 años de historia. Su elección a la Cámara de Representantes en las pasadas elecciones fue también una de las grandes sorpresas al desbancar a Michael Capuano, un consolidado congresista demócrata con más de 10 períodos de cargo a su espalda. Como víctima de abuso sexual, Pressley es una gran defensora de los derechos de protección de las víctimas de estos abusos, así como del aborto y la cobertura de gastos de la interrupción del embarazo en personas de bajos recursos.

Pero si una de las cuatro ha estado más que ninguna en el ojo del huracán esta semana ha sido sin duda Ilhan Omar, quien ganó su escaño en la Cámara de Representantes por Minnesota convirtiéndose en la primera congresista de EEUU de origen somalí. Nacionalizada estadounidense, llegó al país con sus padres como refugiada, huyendo de la guerra civil, cuando era una adolescente. A sus 37 años y con tres hijos nacidos en EEUU, Omar sentó precedentes nada más alcanzar el cargo al conseguir cambiar la prohibición de 181 años contra el uso del velo en la Cámara Baja, permitiéndole prestar juramento a su cargo vestida con su habitual hijab.

Blanco principal de los recientes ataques de Trump y de sus seguidores, al pedirle al presidente enfurecidamente “¡Mándala de vuelta!” durante su primer mitin electoral tras insinuar que la congresista alababa al grupo terrorista Al-Qaeda, no es la primera vez que Omar está en el centro de atención por asuntos raciales. Acusada de antisemitismo en diversas ocasiones, la congresista somalí se vio obligada a pedir disculpas en febrero por unos tuits que sugerían que el Comité de Asuntos Públicos Estadounidenses Israelí (AIPAC) financiaba medidas para influir en políticas pro-Israel.

Este “escuadrón” de congresistas, jóvenes, mujeres luchadoras y echas a sí misma han sabido hacerse un hueco destacado en la hermética cúpula política de la capital de EEUU, marcando la agenda electoral con temas decisivos como la inmigración, la sanidad, el aborto o el cambio climático, pero también sentando precedentes, revolucionando la burbuja hasta ahora estática del Congreso, haciendo historia y abriendo también camino a otras personas que, como ellas, puedan cumplir su “sueño americano”.