Trastorno de autismo

“Ralph el Demoledor”: una madre pide ayuda para su hijo de seis años que come paredes, tierra y arena

Su extraño trastorno ha convertido la vivienda familiar en un lugar inseguro mientras esperan una casa adaptada

Neuropediatras señalan que el aumento de casos de autismo se debe a la mayor capacidad de detección mayor
Neuropediatras señalan que el aumento de casos de autismo se debe a la mayor capacidad de detección mayorEuropa Press

Leigh Murphy, de 29 años, vive en constante vigilancia para evitar que su hijo Steven, de seis años, ingiera objetos peligrosos. El pequeño, diagnosticado recientemente con autismo severo, discapacidad intelectual y un raro trastorno alimentario llamado pica, desarrolla compulsiones que lo llevan a consumir arena, barro, yeso e incluso arrancar paredes de su habitación, dejando al descubierto cables eléctricos.

La familia, residente en Cumbernauld (North Lanarkshire, Escocia), lleva tres años solicitando una vivienda social adecuada que pueda adaptarse a las necesidades del menor. Hoy conviven en un domicilio de alquiler privado, de dos plantas y tres habitaciones, imposible de modificar para garantizar un entorno seguro. “Es horrible. No hay ningún espacio seguro donde dejarlo. Lo destruye todo y me derriba con su fuerza. Entro en la habitación y encuentro cables sueltos de la pared”, explicó la madre a medios locales.

Para lograr un entorno protegido, los padres piden la instalación de revestimientos especiales que impidan que el niño coma las paredes, además de un cuarto húmedo y ventilación controlada. Sin embargo, la escasez de viviendas adaptables y de bungalows en la zona ha dificultado la respuesta de las autoridades locales.

La lucha de la familia por una vivienda adaptada

La abuela de Steven, Lesley McCrann, trabajadora en formación social, detectó signos tempranos de autismo cuando el niño tenía apenas un año. Sin embargo, la confirmación de los diagnósticos llegó hace apenas unos meses, tras años de esperas médicas y retrasos en las derivaciones. “No tiene conciencia del peligro. No puedes quitarle la vista de encima ni un segundo”, relata McCrann.

La situación también afecta a Isla-Mae, la hermana de nueve años, que no puede invitar a amigos a casa por el comportamiento compulsivo de Steven. En la vivienda apenas queda mobiliario: en el dormitorio de Steven solo se conserva un colchón, y en el salón dos sofás y un televisor, ya que el menor arranca o consume cualquier otro objeto.

El Ayuntamiento de North Lanarkshire afirma estar trabajando con los servicios sociales y asociaciones de vivienda para encontrar una solución lo antes posible, aunque admite que el tipo de propiedad que la familia necesita es “extremadamente escaso”. Mientras tanto, la madre y el padre continúan pidiendo apoyo para asegurar un espacio seguro a su hijo, al que han apodado “Ralph el Demoledor”, en alusión al personaje animado que destroza todo a su paso.