Guerra en Ucrania
Reconstruir caminos y puentes en el este de Ucrania costará 122,5 millones de euros
El Gobierno ucraniano estima en 122,5 millones de euros el coste de la reconstrucción de carreteras, caminos y puentes en la región de Donbass, compuesta por las regiones separatistas de Lugansk y Donetsk. “Como resultado de los enfrentamientos resultaron dañados en distintos grados 962 kilómetros de carreteras de uso público y más de 30 puentes, cuya reconstrucción costará más de 2.000 millones de grivnas (122,5 millones de euros)”, declaró hoy el portavoz del Consejo de Defensa y Seguridad de Ucrania, Andréi Lysenko.
Asimismo, 29 instalaciones de control del tráfico aéreo en el aeropuerto de Donetsk y en el de Lugansk; así como el complejo de radares de Artemovsk en la primera región, han sufrido daños, con un coste total de 700 millones de grivnas (43 millones de euros).
Lysenko negó que el aeropuerto de Donetsk haya caído en manos rebeldes, pero sí confirmó que allí se han producido en estos días combates, con tiros de misiles y morteros.
Desmintió, asimismo, versiones según las cuales se está negociando con los rebeldes que éstos devuelvan el control de ese aeropuerto a cambio de territorio.
Desde la firma del acuerdo de cese de las hostilidades alcanzado entre el Gobierno de Ucrania y líderes separatistas de Donetsk y Lugansk, el pasado 5 de septiembre, se han producido numerosos incidentes violentos, cuya responsabilidad Lysenko atribuyó a los rebeldes.
“Ucrania apoya totalmente el plan de paz, pero se defiende de los ataques. Si ellos (los rebeldes) atacan contestamos, pero no damos el primer paso”, aseguró.
Indicó que se estima que unos 30 soldados de las fuerzas ucranianas han muerto desde que se firmó el acuerdo, pero no pudo precisar el número de víctimas entre los civiles debido a que las autoridades no pueden recoger información de los muertos en las zonas bajo control de los grupos rebeldes.
Sobre la situación humanitaria, Lysenko dijo que es crítica en Lugansk, que sólo recibe el 20 % del suministro eléctrico que necesita y donde existe el riesgo de un corte total.
Calculó que todavía quedan “algunos pocos cientos de miles” viviendo en toda esa región y 300.000 en la región vecina de Donetsk.
“Es una situación muy peligrosa, sobre todo por el invierno que se acerca, cuando la gente comenzará a encender la calefacción, con lo que la situación empeorará”, señaló, para recordar enseguida que también el suministro de agua depende de la electricidad.
En Donetsk “estamos retrasados en las reparaciones para afrontar el invierno”, reconoció.
El portavoz indicó que también hay muchas dificultades para hacer funcionar la línea de suministro de alimentos, principalmente hacia las áreas controladas por los rebeldes, a los que acusó de capturar la ayuda alimentaria que se intenta hacer llegar como “retribución” por mano de obra.
“Ellos usan la ayuda para pagar a gente que contrata para rehabilitar infraestructura y reparar armamento”, sostuvo.
Respecto a las informaciones que circulan sobre movimientos de material bélico del lado de la frontera rusa, Lysenko las corroboró, pero aseguró que no se conoce la amplitud del movimiento.
“Pero tenemos suficientes fuerzas para detenerlos... quizás se han perdido otra vez”, comentó en referencia a la entrada hace algunas semanas de algunos soldados rusos en territorio ucraniano, un hecho que las autoridades de Moscú intentaron explicar asegurando que se habían perdido
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