Defensa

Reino Unido describe a China como "un desafío" y no como "una amenaza" en su estrategia nacional de seguridad

Londres aspira a proteger los intereses británicos, pero mantener al mismo tiempo relaciones constructivas con la segunda economía del mundo

El "premier" británio, Rishi Sunak, junto a la vicepresidenta de EE UU, Kamala Harris, en Múnich
El "premier" británio, Rishi Sunak, junto a la vicepresidenta de EE UU, Kamala Harris, en MúnichMichael ProbstAgencia AP

El Gobierno británico cree que China plantea un “desafío que define una época”, ya que es “cada vez más explícita” en su objetivo de hacer que el orden internacional sea “más favorable a su sistema autoritario”. Sin embargo, no considera al gigante asiático como una “amenaza”.

En definitiva, apunta la necesidad de proteger los intereses británicos y occidentales, pero, al mismo tiempo, mantiene relaciones constructivas y comerciales con la que es la segunda economía más grande del mundo.

Esta es la conclusión que se extrae de la actualización de la llamada “Revisión Integrada”, la estrategia que Downing Street presentó ayer para su política exterior y seguridad nacional. Cuando el entonces premier Boris Johnson presentó el documento original en 2021 se presentó como la “mayor revisión” desde la Guerra Fría. Ya entonces, la nueva mirada de la Global Britain post Brexil se ponía en el Indo-Pacífico.

La guerra de Ucrania ha obligado ahora al actual premier Rishi Sunak a publicar una actualización. Y aunque el verano pasado, durante las primarias del Partido Conservador, Sunak calificó a China como “la mayor amenaza para Reino Unido”, su postura ahora se ha moderado considerablemente, enfureciendo así a un importante sector de sus propias filas que presionaban para marcar mucho más las distancias con el régimen de Xi Jinping.

“No creo que sea una política inteligente o sofisticada reducir nuestra relación con China... a solo dos palabras”, recalcó ayer el inquilino del Número 10, defendiéndose así de las críticas.

Según la nueva “Revisión Integrada”, Reino Unido “no acepta que la relación de China con Reino Unido o su impacto en el sistema internacional sigan un curso predeterminado”, por lo que la preferencia del Gobierno es “por una mejor cooperación y comprensión, y previsibilidad y estabilidad para el bien público global”.

“Aunque creemos que esto dependerá de las decisiones que tome China, y será más difícil si continúan las tendencias hacia un mayor autoritarismo y asertividad en el extranjero”, matiza el texto que marcará la nueva estrategia de Londres para los próximos años.

La terminología ha sido diseñada pensando en Estados Unidos, su aliado especial. De ahí que mencione, por primera vez, la 'supuesta amenaza de China continental para Taiwán'. Washington es el líder indiscutible de cualquier esfuerzo Occidental para contrarrestar a China, pero la Administración de Joe Biden ha tenido cuidado de definir a Pekín sólo como un desafío y no como una amenaza. Si el Reino Unido hubiera dado un paso más que Estados Unidos tendría mucho que perder.

En cualquier caso, la Revisión Integrada establece una Autoridad de Seguridad de Protección Nacional, que se ubicará en el MI5 y asesorará a empresas y universidades sobre los riesgos del espionaje industrial, algo que Sunak se había comprometido a hacer en julio del año pasado. Finalmente, también incluye una duplicación de la financiación para la "capacidad de China en todo el Gobierno", en otras palabras, capacitar a los funcionarios públicos y otros actores gubernamentales para comprender mejor a China y mejorar las habilidades lingüísticas para interactuar con el país.