Túnez

Revolución ganada, sueños perdidos

Los revolucionarios tunecinos optan en las urnas entre un octogenario y un izquierdista

Seguidores de Beji Caid Essebsi, favorito de las elecciones de mañana
Seguidores de Beji Caid Essebsi, favorito de las elecciones de mañanalarazon

Ayer se cerró la campaña de las primeras elecciones presidenciales democráticas de Túnez. Su revolución comenzó hace casi cuatro años, cuando el joven Mohamed Buazizi se inmoló ante la desesperación por la falta de oportunidades en el corrupto régimen del entonces presidente Zine Benalidine Ben Ali. Su gesto hizo que miles de jóvenes despertaran. Las redes sociales, infravaloradas entonces por las autoridades tunecinas, fueron la herramienta para propagar la llama. Pero aquellos jóvenes también hicieron mucha calle y, por supuesto, sus padres y sus abuelos, toda la sociedad tunecina, se pusieran de su parte para combatir la dictadura. El 14 de enero de 2011, Túnez vivió unas manifestaciones masivas e históricas que derrocaron a Ben Ali. Tras la caída del dictador, los jóvenes revolucionarios siguieron muy involucrados en los asuntos del país. En las elecciones constituyentes de 2011, algunos lloraron al conocer los resultados y ver cómo su «revolución» quedaba en manos de los islamistas del partido Ennahda. En los comicios legislativos del pasado 26 de octubre, muchos votantes jóvenes desmotivados por la falta de trabajo y el mal estado de la economía no acudieron a votar. Además, tampoco veían al partido ideal para sus aspiraciones.

En las presidenciales de mañana va en cabeza Beji Caid Essebsi, líder del Nidá Tunis, partido laico y ganador de los comicios legislativos de octubre. Está a punto de cumplir los 88 y sirvió en los regímenes de Habib Burguiba y Ben Ali. El segundo favorito, Moncef Marzuki, líder del Congreso por la República (CPR), tiene 69 y es el actual presidente. «Por supuesto que nos encantaría que hubiera un candidato más joven y que nos entendiera mejor, pero Túnez necesita progresar. El estado de la economía y el desempleo se deben solventar. Hace falta alguien fuerte y con experiencia. Un hombre de Estado», asegura Olfa Haloui, estudiante de un máster en asuntos internacionales.

«La moda entre los revolucionarios para las presidenciales es votar por Essebsi o por Hami Hammami (de 62 años), el candidato de izquierdas», confiesa Skander Mzah, uno de los fundadores del movimiento Jeune Tunisie Libre. «Muchos no votaron por el Frente Popular, el partido de Hammami, en las legislativas y ahora sí lo harán. Nos sirven los dos con tal de que no salgan candidatos religiosos», resalta.

Los islamistas de Ennahda no han presentado candidato ni han querido decantarse por ninguno para no «polarizar al país». Sin embargo, en la sombra respaldan al presidente Marzuki, líder del CPR. Brahim Bahri, de 25 años, que en las legislativas votó por el histórico partido islamista, no quiere «nada que tenga que ver con el antiguo régimen. Me gusta Marzuki porque se preocupa por nosotros». Ayer, tras el cierre de campaña, muchos jóvenes salieron con banderas del presidente saliente gritando su candidatura. En un mitin en la ciudad de Nábel, Marzuki explicó que los objetivos de la revolución tunecina (trabajo, libertad y dignidad) «no pueden conseguirse en tres años (los transcurridos bajo su presidencia), necesitan más tiempo, pero no pueden lograrse con una vuelta atrás hacia el pasado».

Otro candidato que convence a algunos jóvenes es el magnate Slim Riahi, de 42 años y estilo berlusconiano. El multimillonario presidente de Unión Patriótica Libre (UPL) utiliza un lenguaje más familiar y menos político que cala entre la juventud. Josef Alhy, de 33 años, votará por él porque «va a traer inversión». A Alhy –seguidor del equipo de fútbol del que precisamente Riahi es presidente, el Club African–, no le importa de dónde provenga su riqueza sino lo que hará con ella una vez si llega a gobernar. «Riahi ha centrado su campaña en un nicho muy entusiasta pero muy volátil, que no necesariamente acude a votar», explicó a «Le Presse» Karim Buzuita, analista de discursos tunecino. Además, el experto recuerda que los menores de 25 años sólo representan el 10% del electorado, por lo que es una apuesta arriesgada centrarse en la juventud.

Túnez cierra la frontera con libia

Las autoridades tunecinas cerraron ayer, durante cuatro días, la porosa frontera con Libia. El Ministerio de Defensa aludió a motivos de seguridad ante la celebración de las elecciones de mañana. El país vecino se encuentra sumido en un caos y a un paso de la guerra civil, y Túnez no quiere que se empañen sus históricos comicios presidenciales. De hecho, en las legislativas de octubre ya cerraron los puestos fronterizos. Además, en algunas zonas, los colegios electorales abrirán menos horas para evitar atentados de terroristas.

Los laicos mandarán en el Parlamento

La Instancia Superior Independiente para las Elecciones proclamó ayer los resultados oficiales de los comicios legislativos de octubre, en los que venció el partido laico Nidá Tunis, la formación liderada por Caid Essebsi, que logró 86 escaños, lo que le da cierto empuje y halo de ganador de cara a las elecciones de mañana. Ennahda, la formación islamista que ganó en las constituyentes de 2011 y gobernó hasta final de 2013, logró 69 diputados. También UPL, del magnate Slim Riahi, confirmó su tercera posición, con 16 escaños.